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Exportación no tradicional de talentos
La industria cultural va en aumento
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* Amilcar Legazkué |
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Puede que la palabra industria parezca economicista, sorprendería más hablar de Bolsa de Valores Culturales.
Ese fue el nombre de la fundación que fundamos con el lírico alemán Ulrich Schraeder, titulado Montevideo Berlin, en Pérez Castellanos 1478, al lado del bar The Beatles y a una cuadra del Mercado del Puerto, entre el olor de pescado crudo y frito y los efluvios de la paella y la cerveza.
Las fascinantes fotos de Olga en Rusia me dieron la idea de hurgar en algunos caminantes que van haciendo caminos en terrenos no despejados.
Es, que más que los promotores, son los propios artistas ,los que abren caminos.
http://www.tangomagia.ru/main.shtml?/kak

GASPARROSETY.COM
Víctor Hugo Morales, fan del futbol, la óopera... nació en Cardona, en el departamento de Soriano,... Es capaz de comentar música clásica, explicar el tango como pocos o conducir un programa en pleno Mundial de Alemania

El hombre del piano
José Colángelo, el hombre que ha acompañado al piano a Julio Sosa, Aníbal Troilo y Roberto Goyeneche, se presenta a solas.
Astor Pizzolla sospechaba que el sonido de Aníbal Troilo era un invento de Orlando Goñi y Kicho Díaz. Para hablar del pianista José Colángelo podría sustituirse uno de los términos y decir que es un derivado de Goñi y Horacio Salgán, me dicen

El galán uruguayo Laport ya conoce de preparar sus personajes con rigurosos entrenamientos físicos o de danza. Tomó clases de boxeo para hacer al Guido Guevara, de tango para su Franco Buenaventura, el profe, y de flamenco para Soy gitano.
Ahora, en Amor en custodia llegó el turno de la capoeira. "Tomé clases para que sea más creíble cuando hacemos las escenas de acción".
Después te encontrás con que ¿para qué tanto esfuerzo? si todo eso, de la historia, desaparece.
Franco Buenaventura, por ejemplo, que jamás volvió a bailar un tango.
Laport: Por ejemplo. Lo mismo el flamenco. Yo entendía que éramos todos gitanos: todos teníamos que saber bailar, todos teníamos que saber bulería... y sentí cierta orfandad.
Oímos a Jorge Lanata desentonando un rap con Fena Dellamagiore y Carlos Sturze, a Osvaldo Laport entonando un tango con "Los guapos del arrabal",

Tango y milonga con Drexler
El cantautor uruguayo disfruta sorprendiendo con cada disco, "haciendo lo que nadie espera que haga" y se define a sí mismo como "un desgenerado", que, en "12 segundos de oscuridad", su nuevo trabajo, recoge "aires de tango, hip-hop, milonga y Radiohead".
"12 segundos de oscuridad" es su último disco, que toma su nombre del tiempo que el faro de Cabo Polonio tarda en devolver su haz de luz a las embarcaciones del océano Atlántico. El cantautor afincado en Madrid toma como "punto de referencia" el faro, que le sirvió de génesis creativa para su octavo trabajo.
Drexler canaliza todas sus emociones a través de la música, y "12 segundos de oscuridad" es el fruto de un año que ha supuesto "un viaje emocional entre varios estados anímicos diferentes y muy vinculado al movimiento geográfico", explicó.
Efectivamente, Drexler reconoce que, tras ponerse en el punto de mira internacional al ganar el Oscar a la mejor canción con "Al otro lado del río", de la película "The motorcycle diaries", de Walter Salles, ha tenido que "vaciar la cabeza de viajes, entrevistas, ruido, conciertos y cámaras" y enfrentarse al desgaste, la incertidumbre y la desorientación.
Por ello, el cantautor afincado en Madrid toma como "punto de referencia" el faro de Cabo Polonio (Uruguay), que le sirvió de génesis creativa para su octavo trabajo, "12 segundos de oscuridad", disco que toma su nombre del tiempo que el faro tarda en devolver su haz de luz a las embarcaciones del océano Atlántico.
Esta imagen, que se recoge en canciones como "Transatlántica", "La vida es más compleja de lo que parece" o "Sanar", sintetiza cómo "los navegantes de la vida debemos seguir adelante también en la oscuridad", apunta Drexler.
De esta manera, "12 segundos de oscuridad" ofrece un recorrido que va desde Los Angeles (EEUU) a Madrid, pasando por México D.F. y, por supuesto, Uruguay.
En sus trece temas, en los que vuelve a poner en marcha su poética explícita, tranquila y accesible que demostró en títulos como "Vaivén" o "Eco", Drexler desgrana reflexiones sobre las distancias, la inmigración y la polivalencia del amor.
Sin embargo, el artista prosigue también su búsqueda de temas actuales, como el amor cibernauta en "La infidelidad en la era de la informática", y se abre a nuevos arreglos en los que ha utilizado por primera vez "la solemnidad que dan los metales graves, como el trombón bajo", explica.
Tampoco renuncia a traducir "Disneylandia", del brasileño Arnaldo Antunes, a la vez que se atreve con una versión en clave de milonga de "High and dry", del grupo británico Radiohead, sin más explicación que el hecho de que son canciones que le gustan mucho.
Aunque asume retos, cree que no es infiel a sus seguidores, ya que opina que "ser honesto es lo mejor que puedes ofrecer a quien te escucha. Cualquier concesión significa oportunismo y, por tanto, una falta de respeto hacia mí y hacia el público".
Drexler, que huye de la consideración de poeta o de músico, se define como "cancioncista" y en esta "ilustración del tiempo y el espacio" que para él representa "12 segundos de oscuridad", "no ha habido premeditación" sino que es, como todas sus composiciones, "producto de un ejercicio que no tiene nada de racional".
Y es que, a pesar de lo necesario de ese faro vital que ha inspirado el disco, Drexler da "un gran valor a la intuición" y explica que "una vez que sabes lo que sientes y lo que quieres, no tienes más que seguir tu propio impulso hacia ello".
El cantautor, que ha contado con la colaboración de la cantante brasileña María Rita para la canción "Soledad", presentará en directo éste y sus otros nuevos temas en una gira que, con inicio el 5 de octubre en París, pasará en 2007 por América.
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