Impuesto Mínimo Global según Oddone: Descubre qué empresas afecta y cuáles quedan fuera

Por : Javier Fernández

Implementación del Impuesto Mínimo Global en Uruguay

En un reciente anuncio, Gabriel Oddone, ministro de Economía y Finanzas de Uruguay, proporcionó detalles significativos sobre la aplicación del Impuesto Mínimo Global en el país. Esta nueva medida fiscal, que ha sido presentada ante el Parlamento uruguayo, cuenta con el respaldo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), asegurando que se mantendrán los beneficios fiscales ya otorgados en la nación.

Oddone aclaró en una conferencia de prensa que este impuesto no supondrá costos adicionales para aquellas multinacionales cuyas matrices se encuentran en países donde ya se aplica este tipo de tributo. Específicamente mencionó el caso de UPM, empresa con matriz en Finlandia, destacando que para ellos el impacto sería neutro dado que ya cumplen con estos pagos en su país de origen. Uruguay, por su parte, facilitará certificados que las autoridades fiscales de los países correspondientes deberán reconocer.

Exenciones y Beneficios del Nuevo Marco Fiscal

El ministro también subrayó que estarán exentas del nuevo impuesto aquellas empresas que operen dentro de las zonas francas uruguayas o que tengan contratos preexistentes que les eximan de futuros gravámenes. Este esfuerzo por excluir a ciertas empresas surge de un acuerdo con la OCDE para proteger los beneficios ya concedidos, incluso si la matriz de la empresa no está sujeta al impuesto global en otro país.

Un ejemplo claro de esta política es PepsiCo, cuya matriz en Estados Unidos no está incluida bajo el impuesto global, pero que, no obstante, no será gravada en Uruguay debido a acuerdos contractuales previos.

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Impacto Económico y Respuesta a Críticas

Oddone enfatizó que el impuesto es parte de un esquema que busca recaudar fondos de manera eficiente, proyectando obtener el 80% del aumento de la recaudación fiscal necesaria para este período sin impactar negativamente a los contribuyentes locales ni comprometer la seguridad jurídica del país. Esta estrategia fiscal no solo busca eficiencia en la recaudación sino también mantener a Uruguay como un destino atractivo para las inversiones extranjeras.

Ante las críticas recibidas por algunos sectores políticos, el ministro defendió la medida, describiéndola como una acción audaz y compleja, pero absolutamente necesaria para seguir promoviendo a Uruguay como un lugar idóneo para la inversión extranjera y el desarrollo económico.

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