Cada vez estamos más totalitarios e intolerantes
por Beto Pignataro
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Finalmente la Suprema Corte de Justicia, Poder Independiente del Estado, dictó sentencia en tres demandas por la inconstitucionalidad del IRPF a los jubilados.
El resultado el mismo, la aplicación del IRPF a los jubilados es Inconstitucional, viola el artículo 8 de la Constitución de la República, que sostiene que “todos las personas son iguales ante la Ley”. También lo hace con el artículo 67 que impide gravar a las pasividades. Y la resolución sostiene que las pasividades no son rentas porque no hay una actividad económica actual.
El Gobierno reaccionó, y lo hizo de diversas maneras. Con un Astori mesurado que dice que respetará el fallo de la Justicia; un Presidente Vázquez que dijo no estar de acuerdo (como si el fuese un juez aún con mayor decisión), y con Mújica, desencajado, y un Eleuterio Fernández Huidobro, rayando con la desesperación y la venganza, queriendo promover un juicio político a la Suprema Corte, porque se filtró la información antes de saberse la sentencia, pero en realidad es porque les molestó el fallo adverso.
Es un nuevo y absurdo atropello al estado de derecho. Otro más de los que nos tiene acostumbrado este gobierno. En donde parece que el que más grita, dice improperios, y hace desplantes, cree tener la razón por la fuerza.
¿Donde está la diferencia entre la Dictadura Militar y la Dictablanda Progresista?
Unos y otros condenan en forma sumaria y bajo preconceptos a todos los que los critiquen, se opongan, o no les agradan. La diferencia es el signo político.
Los militares condenaban a la izquierda, estos no sólo a la derecha sino a todos los que no son de izquierda. Se exacerba la idea de la lucha de clases. Si tenés algo sos rico, por tanto no sos ni obrero y menos pueblo. Si sos pobre sos pueblo, sos digno. Eso sí, ni se te ocurra pensar en que el que tiene algo seguramente lo hizo trabajando fuertemente, y no jodiendo. En cambio quizás la causa de esa pobreza fue el trabajar poco, no estudiar, pasarte en el boliche, vagar, etcétera. Y ni te digo si sos marginal, eso es casi tocar el cielo con las manos. Sos un desplazado por las clases dominantes, por tanto tenés derecho a robarle al rico. Convertite en un Robín Hood a la criolla, como lo hicieron los Tupamaros en su época (quién se acuerda del chueco Maciel, aquel ladrón de bancos, que le servía para recaudar fondos para el MLN, y que Viglietti le dedicó una canción).
Los militares se vanagloriaban de serlo como si fueran elegidos. Los actuales gobernantes cuentan como medallas los años que estuvieron presos, las hazañas terroristas, y por sobre todo ser de izquierda.
Qué nos va a extrañar de un Gobierno o de un Senador que entiende que la Constitución es un chicle. Donde siempre que algo no le gusta, la culpa la tiene la prensa, claro no la cipaya como lo es algún diario que se dice pluralista. Si no es la prensa, la culpa la tienen la oposición, la que ha sido más timorata que otra cosa.
Es que un gobierno de pensamiento totalitario (comunistas, tupamaros, socialistas de otrora, y otros extremistas) no pueden entender que la Democracia, no es ni el corporativismo de los sindicatos, ni la dictadura del proletariado, ni la dictadura militarista de la izquierda cubana o de China, ni tampoco la prepotencia de Chávez.
La Democracia, es el respeto por las minorías, otorgándole su representación en el parlamento. Es negociar, es consensuar (palabrita que le gustaba a Seregni para dentro del Frente Amplio, pero que quedó lejos del entendimiento del actual Gobierno) entre las mayorías y las minorías. La Democracia es el respeto por el estado de derecho.
Es el respetar la independencia de Poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y no decir que la justicia es buena cuando sirve para vengarse de los militares y mala cuando el fallo es adverso.
Por este camino, sólo nos acercamos al totalitarismo, al estado salvaje de quien tiene más fuerza domina. A la venganza y a la contra venganza, y luego la re contra venganza, así por los siglos de los siglos. Siempre mirando al pasado y jamás al futuro.
Así la brecha con los países evolucionados y civilizados cada vez será mayor.
Es hora de que empecemos a respetarnos más.
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