La Sorpresa que no lo fue
por Eduardo García Gaspar
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Una noticia del sábado pasado reportó declaraciones de Hugo Chávez:
“Las FARC y el ELN no son ningún cuerpo terrorista, son verdaderos ejércitos... que ocupan espacio en Colombia... Hay que darle reconocimiento a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y al Ejército de Liberación Nacional de Colombia... comencemos reconociendo a las FARC y al ELN como fuerzas insurgentes de Colombia, y no como grupos terroristas".
El día anterior fue reportada otra información:
“Tras liberación de Clara Rojas y Consuelo Gonzalez, 774 secuestrados siguen en poder de las Farc. También, un total de 1,285 personas han fallecido en poder de algún grupo armado ilegal colombiano entre los años 1996 y 2007...El grupo de los denominados canjeables, que hacen parte de un eventual intercambio humanitario, está integrado por 19 policías, 14 militares, 8 políticos y tres estadounidenses. Las otras 730 personas han sido retenidas por el grupo guerrillero con fines extorsivos, entre ellos muchos menores de edad que son obligados a hacer parte de sus filas”.
La situación es muy fácil de entender. Fuerzas terroristas secuestran personas, unas pocas de ellas son liberadas con la intervención del dictador venezolano y ambos ganan: las FARC son calificadas de admirables por Chávez y él se da crédito por la intervención de rescate. Más el punto de fondo: Chávez apoya a los terroristas en contra del gobierno colombiano. Esos terroristas son según Chávez: “fuerzas insurgentes que tiene[n] un proyecto político, que tiene[n] un proyecto bolivariano, que aquí es respetado”.
¿Sorpresa? No, ninguna sorpresa. Lo que hubiera sido increíble habría sido lo opuesto, que Chávez se hubiera puesto en contra de los terroristas reprobando su conducta, como lo hubiera hecho cualquiera con un poco de sentido común. Y, por supuesto, la conducta de terroristas y Chávez tienen una explicación, la misma de toda conducta humana: lo los días que vienen, con las reacciones del resto de los gobiernos.
Es imposible predecir los detalles de lo que venga, pero sí puede anticiparse con certeza razonable una reacción de dejar pasar sin gran alboroto. El gobierno de Argentina y Ecuador, ya reprobaron las declaraciones y quizá vengan otras acciones similares, que en conjunto, pienso, no serán lo fuerte que debieran. Y habrá aprobaciones claras, como la que significa la presencia de miembros del PRD en la refundación del partido de Chávez. De la ONU no espero nada serio. Ella es un club de protección mutua de poderes ejecutivos.
Del otro lado, y en algo que no es posible ver en público, muchos gobernantes tendrán una reacción. La reacción de un evento más que apunta en una dirección conocida: el gobierno venezolano está en manos de un desquiciado con dinero. Es un auténtico rogue state. Pero mucho me temo que a pesar de saberlo, poco se hará al respecto. Dejarán pasar las cosas en un acto de consecuencias futuras serias.
Porque ese es un rasgo de la política y los gobernantes, el de reaccionar a destiempo, cuando las cosas se han convertido en crisis severas, hicieron porque a ambos les convenía.
El punto siguiente es la reacción del resto. La inmediata y natural es la del gobierno colombiano. Su ministro del Interior y de Justicia, Carlos Holguín Sardi dijo: “La verdad es que eso es una solicitud totalmente insólita, y desproporcionada [nuestro gobierno] no puede admitir una solicitud de esa naturaleza, por supuesto es que la condición de terrorista no lo hace la calidad o nombramiento como tal, sino los hechos que cometen". Tampoco es sorpresa que esto haya sucedido. Lo interesante será lo que siga en como la que eventualmente llegará con Chávez y sus intromisiones en los asuntos de otros gobiernos, a los que quiere manipular.
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