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Año V Nro. 369 - Uruguay, 18 de diciembre del 2009
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El problema de la acción Que quede constancia además que esas deformaciones aparecen tanto en la base como en los organismos de Dirección.
Es la tendencia a creer que constituimos el monopolio del coraje. Esta deformación pierde la perspectiva de nuestra larga y dura lucha, que estará llena de fracasos y derrotas, creando por eso condiciones para que cunda la desmoralización, la desilusión. Vestida de un ropaje de firmeza y de dureza, es la que mayor vacilación y blandura puede traernos. Es necesario hacer carne en todos nosotros de que nos espera una dura y larga lucha que en ella tendremos que batimos en retirada quizás muchas veces, que no puede haber por el momento salida cortoplacista. La prudencia ha sido una de nuestras mejores virtudes. Podrá parecer demasiado largo 5 años como tiempo de preparación, elaboración, fortalecimiento. Sin embargo hay experiencias lamentables que no podemos perder de vista de lo que significa la falta de prudencia, la impaciencia, el "embalaje". ¿Cuántas organizaciones como la nuestra han caído víctimas de un error de cálculo para no volverse a levantar? En eso nos diferenciamos de ellas y eso ha sido factor principal del triunfo que significa estar, perdurar. La experiencia ha demostrado que la cosa no es tan fácil como parecía después de 1959; no basta con desear fervientemente la Revolución, con tener enorme fe, un gran coraje; la lucha necesitará gran inteligencia, un gran despliegue técnico, gran circunspección, más aun en nuestro medio donde no podemos contar con las facilidades que brinda una geografía amiga sino que debemos pelear en medio del enemigo, en el lugar donde sus mayores y mejores fuerzas están agrupadas. EN RESUMEN: creemos que ambas deformaciones son causadas por una falta de perspectiva, de una visión global. Es necesario que aprendamos de una vez por todas que la acción no sólo consiste en realizar cosas que salgan en las primeras planas. A medida que crecemos crece también el abanico de posibilidades de actuar en distintos frentes y de muy diversas formas, no sólo a través de la acción directa. Esta deberá ser gradual y simultánea con otras formas de acción a veces más sutiles, pero casi siempre tan importantes e imprescindibles: el crecimiento, la propaganda en sus diversas formas, los sindicatos, el fortalecimiento interno, los servicios, la elaboración técnica, la infraestructura de apoyo, la influencia. Las condiciones para desarrollar nuestra lucha se nos imponen de afuera, pero nuestra situación interna nos condiciona con igual fuerza. No debemos confundir deseos con realidades. Los compañeros conocen las actuales carencias, los principales problemas a resolver. A nuestro juicio esas son dificultades del momento, transitorias, circunstanciales. Hoy podemos decir: "no las tenemos todas con nosotros aún", sin embargo hemos avanzado considerablemente; ese avance nos permitirá nuevos avances y así sucesivamente. Es decir: hemos iniciado hace 5 años un proceso gradual, de ascenso que debemos seguir desarrollando, pero sabemos que ese ascenso no plácido, continuo, fluido, estuvo, está y estará lleno de saltos, retrocesos parciales, rápidos y abruptos avances y aún puede detenerse y retroceder. Esa línea que de cerca parece abrupta, zigzagueante, irregular, en perspectiva es una línea ascendente. No podemos pues esperar siempre una plácida y continua línea ascendente en el desarrollo del Movimiento y su accionar. Debemos analizar las cosas dialécticamente. Nuestros errores, la acción del enemigo, pueden hacernos retroceder o estancar parcial o definitivamente. La situación mundial, de América, de nuestro país, que es una situación coyuntural y de crisis puede en un momento cualquiera obligarnos, brindarnos Ias condiciones para dar un gran salto, para un gran avance. Creemos que somos capaces de sentir plenamente eso que hemos hecho que no es más que lo que hemos vivido. Es nuestra experiencia. Algunas cuestiones sobre funcionamiento y organización Es dinámico, es además una escuela donde todos nos autoformamos para la lucha y la nueva sociedad. Provenimos de una sociedad determinada y por lo tanto traemos de ella grandes deformaciones, toda una ideología. Dentro del Movimiento debe haber una constante lucha contra esa deformación, tendiente a ir creando el hombre del mañana en cada compañero. Esa lucha se Inicia hoy en las organizaciones revolucionarias pera continuarla mañana en la sociedad socialista. Esa lucha es en puridad de verdad, la forma más alta de la lucha de clases. Todas las ideas. todos los esquemas mentales (que se trasuntan en hechos) que arrastramos de la vieja sociedad deben ser combatidos y derrotados por cada uno de nosotros en nosotros mismos y en los demás compañeros para que triunfen las ideas socialistas. Es por ello que la actitud de todos nosotros en la Organización debe ser proclive al cambio. Debemos estar dispuestos a cambiar y ayudar a cambiar. No debemos escandalizarnos ni desanimarnos cuando presenciamos grandes errores, grandes fallas de los compañeros; ello es propio de quienes quieren ver al Movimiento como algo perfecto, acabado y por tanto estático. Eso es idealismo, falta de realidad. Para desarrollar esta lucha dentro del Movimiento, tenemos un mecanismo: la autocrítica. Ella debe ser empleada lealmente. comprendiendo que la lucha no es contra los compañeros sino contra determinadas ideas, contra las las fallas y los errores del trabajo y a la inversa para destacar los aciertos. Eso deberá ser siempre así entre aquellos a los que el Movimiento considere compañeros; nadie, absolutamente nadie, tiene derecho a decidir por sí y ante sí, quien es compañero y quien no lo es dentro del Movimiento, quien sirve y quien no sirve. Pensar así es pensar con las ideas del enemigo. es ser individualista y paradojalmente implica, a lo mejor, no servir. Centralismo, disciplina, democracia: El carácter político-militar de nuestro Movimiento entorpece la comprensión de cuáles deben ser los criterios generales en materia de organización. A los efectos de tener una referencia y definir nuestra posición manifestamos que el concepto que se debe tener de Organización, es el concepto Leninista. A nuestro juicio eso debe ser así porque la experiencia nos indica que es el mejor. Los principios del centralismo democrático adaptados a cada etapa histórica en que debemos desarrollar nuestra acción son los que deben regir el Movimiento. Y decimos "adaptado a cada etapa histórica" porque su aplicación debe ser analizada en forma concreta y no en forma abstracta. El centralismo democrático como sistema organizativo implica una contradicción insoluble entre centralismo y democracia; contradicción que no es antagónica o no puede serlo porque se da en el seno de una organización revolucionaria o de una sociedad socialista. El ideal buscado es el de que haya un equilibrio entre los dos polos de la contradicción. Pero en determinadas etapas o momentos históricos se debe producir necesariamente un desequilibrio entre ambos. Por ejemplo, en el momento actual debe predominar en el Movimiento el centralismo sobre la democracia. ¿Por qué? porque somos un movimiento en plena lucha contra un enemigo poderoso, perseguido, que debe por necesidad vital ejecutar prestamente. Podemos agregar cantidad de datos concretos, de detalles que todos los compañeros conocen, que coartan las posibilidades de desarrollar plenamente la democracia Interna y que nos obliga a usar un acentuado centralismo en las cuestiones organizativas. Evidentemente otra sería la actitud sí nos encontráramos construyendo la sociedad socialista, luego de haber derrotado militarmente a nuestros enemigos. En esas condiciones históricas, sí se puede garantizar el casi perfecto funcionamiento del centralismo democrático. Pero aún en esas condiciones y puesto que no cesa la lucha de clases cuando se está construyendo la sociedad socialista, hay ejemplos por todos conocidos que demuestran que es necesario establecer determinados niveles y por lo tanto si nos ponemos exquisitos, coartar las posibilidades democráticas. Sin embargo los problemas que antes del triunfo revolucionario quizás no era dable discutir, luego de esto pueden ser discutidos con plena participación y con mecanismos propicios para un buen ejercicio de la democracia. Por supuesto puede haber otras etapas que históricamente nos plantee la vida, en las cuales se pueda o no ejercer los principios del centralismo democrático a cabalidad. Debray dice lo siguiente sobre este problema:
Y dice Lenin:
Por último cabe agregar: las circunstancias en que nos estamos moviendo hacia una gran división del trabajo y hacia una rápida ejecución de las tareas. Ello hace, junto a otras cosas (como las propias carencias del organismo) que a veces resulte inconveniente, sino imposible, una amplia y prolija discusión. La democracia interna, más que una cuestión formal es una actitud de la base y de la dirección. Pueden existir acabados estatutos que garanticen teóricamente un pleno ejercicio de la democracia, pero si no hay una actitud proclive a ello habrá un abismo entre la teoría y la realidad. Basta recordar, por ej.: estatutos tan buenos como los del PS o los del PC e incluso la Constitución de la República y la realidad de esos partidos y del país. No existe ningún sistema democrático perfecto; está fuera de todo sentido exigir o pretender que nuestro Movimiento lo tenga. En adelante cada compañero debe ser consciente de que mientras dure esta situación abdica de una cantidad de posibilidades democráticas. Fundamentalmente deben tenerlo claro quienes ingresan. Debe ser una condición para el ingreso. De esta forma no engañaremos a nadie y evitaremos grandes problemas. De la misma forma debe quedar claro el concepto de disciplina y la necesidad de su custodia y preservación permanentemente como única garantía de efectividad. Enfrente tenemos un enemigo peligroso que se organiza sobre la base de una extremada disciplina. Nosotros no le podemos otorgar ninguna ventaja en ese terreno. De todas formas, ambos aspectos, centralismo y disciplina, no pueden ser impuestos a nadie; es imposible que así sea. Ambos presuponen un acuerdo unánime, su respeto consciente y, por lo tanto, suponen el cambio de ideas, la discusión. En resumen, no habrá mecanismos orgánicos ni reglamentos de funcionamiento con las respectivas sanciones que garanticen por si solos la unidad del Movimiento y el respeto de la disciplina. Será necesario que haya en todos y cada uno de los compañeros de dirección y de base, conciencia clara y decisión firme de defender la unidad interna, de observar la disciplina dando todo de sí para ello. La disciplina debe ser consciente y voluntaria. Debe tener siempre un porqué. La formación de los compañeros Para enfocar el tema de la formación de los compañeros que integran el Movimiento, podríamos comenzar por dar una idea del militante que el movimiento necesita. Las características de ese militante las da fundamentalmente el carácter político-militar de nuestro Movimiento. Por lo tanto el militante revolucionario integrante del Movimiento debe ser un individuo consciente y convencido de la lucha que debe desarrollar, capacitado técnicamente para llevarla adelante. El cuadro revolucionario será aquél que reúne en su persona:
En la medida que se den esas condiciones, el militante del Movimiento se estará acercando a ser un cuadro revolucionario cabal. Hacia ello debemos tender cuando intentamos formar un compañero. Los compañeros entran al Movimiento provenientes de una sociedad que los ha formado para sus fines. Traen consigo una serie de carencias, de déficits, con respecto a lo que debe ser un militante. De ahí la necesidad de formar a ese compañero que ha tomado conciencia de la injusticia del régimen y ha llegado a la conclusión de que la única vía para que ella desaparezca es la lucha armada. Esos déficits serán tanto en el plano ideológico como en el práctico y militar. En es aspecto ideológico podemos citar: el individualismo, el verbalismo, las deformaciones que han engendrado otros tipos de militancia, la falta de capacitación mínima, etc. En el orden práctico o militar podemos señalar déficits de capacitación física y técnica. ¿Cómo se plantea entonces, concretamente, el Movimiento llevar a cabo esta formación? Formarse en la práctica Este será nuestro gran principio. Concretándolo, deberá contemplar cuatro espectros fundamentales a desarrollarse en forma lo más equilibrada posible: entrenamiento, capacitación, estilo de trabajo y fogueo. El entrenamiento contempla los aspectos físicos y militares. La capacitación política, los aspectos imprescindibles para poder calibrar correctamente una situación determinada: informativos, históricos, doctrinarios. El estilo de trabajo es un poco la experiencia que a lo largo de cinco años ha recogido el Movimiento y que ha marcado su militancia cotidiana, experiencia que es importante trasmitir. Ella nos indica que son los menos los momentos heroicos y los más los de militancia oscura y callada pero imprescindible para crear el aparato que posibilite, la comprensión de nuestros fines. El fogueo es la formación, sobre todo de la psicología del combatiente; es psicología que se crea únicamente en la acción directa. Pero es necesario agregar que la acción directa no necesita ser de enorme envergadura para cumplir con ese cometido, donde desde la más pequeña basta la más importante, todas aportan nuevos elementos. Las consideraciones anteriores no son más que grandes coordenadas, fruto de grandes necesidades que han ido surgiendo a lo largo de cinco años de trabajo. Y decimos que son solamente grandes coordenadas porque es imposible elaborar un plan altamente detallado sin tener en cuenta las dificultades materiales que se presentan diariamente en el Movimiento. Sobre dichos principios y sobre las necesidades del Movimiento, sus posibilidades, se van elaborando los planes según cada circunstancia. El Movimiento que está en lucha, inmerso en una sociedad capitalista que nos ataca y que debemos derrotar, tiene necesidades perentorias, escollos difíciles de salvar que indefectiblemente condicionarán todo plan que nos tracemos. Habrá momentos, por lo tanto, en que se dediquen grandes energías a la formación interna y puede haberlos en que sea necesario suspenderla casi totalmente para realizar tareas más urgentes. Algunas tareas concretas de vigencia constante Queremos precisar aquí algunas ideas generales con respecto al funcionamiento. En primer lugar creemos que la aspiración de cada grupo integrado al Movimiento debe ser transformarse al impulso de su propio trabajo, en una organización capaz de llevar adelante por si sola la mayor cantidad de tareas posibles, munido para ello de los elementos prácticos y de la capacidad técnica necesaria. Este hecho permitirá que cada grupo o célula pueda desarrollar al máximo su iniciativa y pueda operar con autonomía. Además de ello, contribuirá al máximo a eliminar el peligro de que las fuerzas represivas puedan de un solo golpe eliminar el Movimiento, desde el momento que cada organismo de él estará facultado para llevar el trabajo adelante y reconstruir lo destruido. De todas formas, cada grupo, cada célula, debe comenzar desde ya a desarrollar su iniciativa. No esperar todo de los organismos de dirección. A veces sólo una parte del Movimiento está en condiciones de ver o notar una necesidad que el resto no puede ver ni notar. Acciones, tareas concretas, propaganda, etc., toda una gama de aspectos que se prestan perfectamente e incluso hacen necesario que sólo sobre la base de la iniciativa de cada organismo del MLN se encaren. Existen, por otra parte, en el Movimiento una serie de tareas de vigencia constante, que por sí solas pueden ocupar gran parte de la energía disponible. Veamos por ej. algunas de ellas. LA FORMACION: la ímproba tarea de transformarnos en cuadros revolucionarios, insume más tiempo y energía de lo que a primera vista parece necesario. La experiencia del Movimiento a lo largo de 5 años de trabajo ininterrumpido permite hacer esta afirmación y permite calibrar y conocer realmente lo que cuesta un cuadro revolucionario, cuánto cuesta ganar la mentalidad del combatiente. Implica una tarea práctica e ideológica. Más arriba hablamos de la tarea de construir, ya en el seno de la Organización, el hombre nuevo; nada menos que en eso consiste la tarea de formación. LA INFORMACION: a pesar de que existe un equipo especializado en la tarea, a nadie escapa que por la escasez de cuadros revolucionarios por un lado y, por otro lado las posibilidades que todos y cada uno de nosotros podemos desarrollar, es necesario transformar a cada militante en un informante. Esto implica un constante estado de alerta y una tarea fundamental y mínima, el conocimiento del terreno en que cada compañero o grupo se mueve, relevamiento de la zona, conocimiento profundo, etc. Lo ideal sería que nuestro Servicio de Informaciones estuviera recibiendo día a día de todos los compañeros informes objetivos y precisos de todo tipo. Cosas que para un compañero carezcan de importancia pueden tenerla y mucha para el Movimiento. En esta tarea los márgenes para iniciativa son ilimitados. RECLUTAMIENTO: el crecimiento es vital para el Movimiento. Organización revolucionaria que no crece, perece. El crecimiento puede darse en distintas formas y puede expresarse en compañeros nuevos o en nuevos colaboradores, o simplemente en nuevo apoyo a nuestra lucha en nuevos sectores del pueblo. Nuestro Movimiento debe tener ojos, oídos y boca en todas las organizaciones de masas si es posible y los compañeros saben cómo desarrollamos nuestro trabajo en esas organizaciones. Cómo sin tener local público, periódico legal, audiciones, etc., se puede capitalizar crecimiento en ellas y se puede imprimir nuestra influencia. Por otra parte, eso no lo hemos demostrado nosotros; está demostrado históricamente en el ejemplo de las organizaciones clandestinas que no tuvieron otra manera de desarrollar sus trabajos de masas que esa. Nuestro objetivo debe ser ganar nuevos cuadros y extender nuestra "agua territorial". SUMINISTRO: el Movimiento tiene una cantidad de necesidades materiales que no siempre es posible cubrir con finanzas. De ahí que sea una preocupación constante de sus militantes el munirla de todo tipo de bienes. Hay algunos rubros de especialísima importancia por su incidencia en las posibilidades operativas; ellos son: enterraderos, vehículos y documentos. Le obtención de cualesquiera de estas cosas significa una victoria de importancia en el trabajo de cualquier núcleo del MLN. PROPAGANDA: Todos conocemos las limitaciones que tenemos en este aspecto y la necesidad de difundir nuestras ideas a los más amplios círculos. Por esas limitaciones, por el riesgo que significa distribuir nuestra propaganda debemos educarnos en la tarea. En esta cuestión la iniciativa es también ilimitada. 2da. Convención Nacional: enero de 1968 Fuente: Amadeus - URUGUAY...¿es libre...?
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