Incomprensible
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por Michael S. Castleton-Bridger |
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En los últimos días muchos hemos recibido una foto de Ingrid Betancourt en algún lugar de la selva Colombiana.
La foto es un estudio de la tristeza y la desesperanza. Salió a la luz como una prueba de vida entregada por quienes la tienen secuestrada. Se suponía que esta foto más una carta servirían para demostrar que seguía con vida esta desgraciada mujer en el marco de tratativas para su liberación.
Ingrid Betancourt está secuestrada hace casi cinco años. Tiene hijos , madre , esposo, familia que la esperan ansiosamente. Ella no es más que una de tantas ya que no se sabe a ciencia cierta cuantos rehenes tienen las FARC con vida.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia son una organización que originalmente pudo haber tenido algún fin político de tinte marxista-comunista. Como siempre en esta gente buscando imponer por las armas lo que no pueden hacer por la razón de sus ideas.
Hoy no son más que una banda paramilitar traficante de drogas que usa la política como excusa para llevar adelante sus pingües negocios.
Una banda paramilitar que actúa contra un gobierno democrático en un país donde salvo los corruptos de siempre nadie quiere saber nada de ellos. Quizá puedan seguir actuando por estar en un país democrático. Sería interesante ver qué pasaría si en Colombia hubiera otro tipo de gobierno en el poder.
El hecho es que estos hampones tienen gente inocente secuestrada, matan, secuestran, extorsionan y venden droga.
El caso más notorio es el de la Sra. Betancourt. Yo he tenido algún pariente cercano asesinado por estos mafiosos.
Lo incomprensible del tema es la total falta de posición al respecto de este flagelo que sufre la hermana república de Colombia por parte de nuestro gobierno.
El presidente Sarkozy, Chávez, tan amigo de nuestros gobernantes, el mundo entero hace pronunciamientos sobre la inadmisible situación de estos rehenes.
El gobierno del frente amplio se debate entre el silencio y el silencio absoluto.
Sería el colmo que este silencio fuera por alguna deuda pasada que esta gente tuviera con la banda de asesinos colombianos. Sería más lamentable aún que hubiera algunos en nuestro gobierno que comulgaran ideológicamente con quienes ya no tienen otra ideología que los narco dólares.
Ya es hora que los latinoamericanos nos demos cuenta que los señores de la guerra como Marulanda y sus esbirros no son más que un trágico anacronismo.
Esta gentuza no tiene ni puede tener espacio en una latino América moderna y que parecería que al fin está empezando a consolidarse ante el mundo y más importante, ante sí misma.
Todos los latinoamericanos debemos apoyar a Colombia en esta lucha contra su pasado violento. Todos los gobiernos serios de nuestro continente deberían pronunciarse claramente contra bandas narco- terroristas como las FARC.
Esta gente es el pasado y ningún ser pensante los quiere en nuestro futuro colectivo.
Un buen comienzo sería que el gobierno del frente amplio se pronunciara sobre este tema, aunque más no fuera por razones humanitarias, que tantas veces son las mejores de las razones.
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