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“La niña” y las amenazas políticas
por Marcelo Ostria Trigo (Perfil)
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Parece que no hay límites para el sufrimiento de nuestra Patria. Cuando no somos los ciudadanos los que estamos en apronte para el enfrentamiento -y, en efecto, nos enfrentamos- la naturaleza nos castiga con excepcional dureza. Ahora el país está padeciendo las penurias de las incontenibles inundaciones provocadas por el fenómeno de “La niña”. Las víctimas en Bolivia aumentan todos los días y, hasta ahora, son más de sesenta mil las familias damnificadas. Las pérdidas económicas son enormes.
El dolor que está agobiando a tantos se produce en medio de una grave y generalizada crisis política. Por ello, fue bienvenida la iniciativa para concertar una tregua, precisamente en una hora en que la Nación requiere solidaridad, unidad y, sobre todo, respeto a los que tienen tantas penurias. Hasta se mencionó que esta tregua debía ser indefinida.
Pero los que nos gobiernan no pueden con su tendencia a la simulación y a sus instintivos afanes de confrontación. No hay pausa, ni la tragedia los conmueve. Siguen profiriendo acusaciones y reproches incendiarios -fundados o no-, y amenazan constantemente a personas, instituciones, la justicia, las regiones, a ciertos gobiernos extranjeros, a los partidos. Se desconoce el derecho a disentir y a elegir distintos caminos para convivir.
Tregua o no, la marcha del oficialismo hacia la imposición no se ha detenido, y aun parece acelerarse con anuncios de juicios y acusaciones sin sentido. Es más: los compromisos asumidos, como el de suspender una campaña de “socializar” (así se dice ahora a la difusión de algo) el proyecto oficial de constitución, no se cumplen, ni aun los que contrajo el propio presidente. Y persiste la afirmación de los dirigentes y de los constituyentes del Movimiento al Socialismo, de que no se cambiará ni una coma de este texto, insistiendo así en la negativa cerril a retomar el camino de la legalidad para su aprobación. ¡Vaya muestra de buena fe en el diálogo que el gobierno insiste en continuar!
Todos los días el gobierno -emulando a un conocido sátrapa desquiciado- quitándose tiempo y energías para gobernar con eficiencia y para atender problemas y desastres como el de las inundaciones, nuevamente usa, como arma política, la provocación; actitud que sólo tiene sustento en la soberbia, no en la eficiencia ni en la vocación de servicio ciudadano.
En medio de la polémica, acusaciones, tensiones y hasta amenazas, parece que se ha olvidado que el verdadero propósito del populismo en el poder es copar todos los espacios institucionales y territoriales de la República, así sea fomentando la agresividad de exaltados partidarios. Con recursos del Estado, precisamente cuando se llama a una tregua, persiste la propaganda ofensiva del gobierno.
Esto confirma también que lo de la sensibilidad con los desposeídos, creando bonos en forma de prebendas, es una farsa; que, en verdad, esta política de dádivas con recursos de todos los bolivianos, constituye en el camino para prevalecer sobre los departamentos que libremente eligieron autoridades ajenas al partido de Gobierno. Como no hay esencia democrática, el empeño populista es ahogar financieramente a los gobiernos departamentales no oficialistas, cortándoles los recursos públicos. Lo de la sensibilidad con los ancianos y desposeídos, no es creíble. Se usa el poder y la esperanza de los necesitados para fines espurios.
Mientras tanto, sigue el sufrimiento de muchos y la incertidumbre se esparce y, lo que es peor, nuevamente asoma un peligroso curso de colisión. Pero se olvida también, que no se puede indefinidamente “sembrar nabos en las espaldas del pueblo...”
Cuando ya estaba preparado el artículo precedente, los titulares de la primera página de La Razón de hoy sábado 16 de febrero de 2008, son preocupantes:
"EVO LLAMA A MOVILIZACIONES CONTRA LA AUTONOMIA CRUCEÑA"
"Revela que sis bases están dispuestas a defenderlo con las armas. Ataca nuevamente a EEUU y pide a la FFAA velar por la unidad."
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