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“Quino” tenía razón por Luis Tappa |
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El tercer mundo, ¿Porque somos el tercer mundo?... ¡Porque nos gusta!
Hoy en día les andamos oliendo el culo a los poderosos y pidiéndoles por favor que vengan a poner alguna fábrica en Uruguay, ¿Por qué? Porque somos incapaces de hacer nada por nuestros propios medios y, ante cualquier empresa que venga nos bajamos, respetuosamente por supuesto, los pantalones
Porque las enormes fortunas que se nos han otorgado, en forma de préstamos impagables, toda esa enorme cantidad de dinero que nos dieron, los miles de millones de dólares solicitados y concedidos para, y por los diferentes gobiernos de los países de un continente ciego de toda ceguera, se usó para lujos, mientras que gran parte nadie sabe adonde fue a parar ni en que se gastó.
Seguimos prendidos de los pantalones de papá, además nos encanta.
Algunos pregonan desesperadamente por un TLC con Norte América, otros dicen que hay que insertarse en el mundo y venderles a todos; ¡Claro! como si tuviéramos tantas cosas para vender que hasta pudiéramos emular a China y llenar el mundo de baratijas.
Todos ellos quieren abandonar nuestro mercado interno, partir aún más, si es posible, a la América del sur.
El Dr. Tabaré Vázquez está encaprichado en que las cosas deben de ser como él dice, no permite que se abra una brecha al diálogo, no quiere razonar, es más, no quiere nada y, recurrió, nuevamente, a utilizar el ejercito como policía; por suerte duró poco y no pasó nada.
Llamemos a cada cosa por su nombre, no fueron a cuidar la frontera, fueron a cuidar la planta de Botnia, es lo mismo pero dicho de otra manera, nada más fuera de lugar.
Las fábricas de pasta de celulosa han obtenido todos los beneficios que es capaz de brindarles un gobierno, todas las facilidades, todas las comodidades, todas las regalías, hasta nos hemos peleado con los argentinos por ellos; pues parece que eso no es suficiente, llegamos al ridículo extremo de ponerles el ejército a disposición para cuidarlos también. Hasta ellos mismos deciden donde se van a ubicar, caso ENCE. Ya se convirtieron en nuestros nuevos patrones.
¿Todo esto para qué?, para que se sigan llevando la materia prima; porque los árboles que se van a plantar, cortar y convertir en pasta es materia prima nuestra, aunque sea artificial y conseguida a costa de lo que va a ser un progresivo deterioro de nuestras tierras, aguas y sistema ecológico.
Esto es así, quieran o no quieran verlo, en un país como el nuestro este tipo de industria no es posible, no se precisa ser científico ni demasiado inteligente para darse cuenta. Y no me importa lo que digan los estudios que vienen del norte, son parte interesada.
Estas dos plantas que tenemos ahora, son la avanzada de muchas más fábricas que vendrán, lentamente irán convirtiendo a nuestro país en un enorme plantío de eucaliptos que terminaran con la agricultura y parte de la ganadería para, finalmente, vaciar nuestros campos de gente y aumentar los cinturones de pobreza que “adornan” y circundan la capital.
Pero estas enormes multinacionales no vienen solo a moler madera, compran las tierras y plantan sus propios árboles, ellos son los dueños de esas tierras y de los árboles. Nuestro patrimonio territorial en manos de extranjeros a cambio de alguna dádiva o unos pocos empleos.
Quisiera saber, en estos momentos, cuantos de nuestros 180 y pico de mil kilómetros cuadrados están en manos de uruguayos y, cuantos están en manos de empresas extranjeras y sociedades anónimas que se han ido adueñando de nuestro territorio.
El Dr. William E. Deming, hace muchos años, en una de sus conferencias definió;
"Colonia: Una colonia es una nación que vende materias primas y compra bienes manufacturados”.
Fuente: http://www.mujeresdeempresa.com/management/management050701.shtml
Gráfica y triste definición, para ubicar el lugar que ocupamos la mayoría de los países subdesarrollados.
Eso somos, a pesar de nuestra viveza criolla y de la “garra”, lamentablemente otros son los inteligentes, ¡aunque no sean tan “vivos” como nosotros!
Un presidente argentino, allá por el siglo IXX dijo, refiriéndose a Europa, principalmente a Inglaterra: “Debemos enviarles nuestras materias primas para que ellos nos manden los productos manufacturados que necesitamos”
Realmente brillante, todo un patriota, todo un economista, todo un ideólogo, todo un profeta.
El único país de América del Sur que por entonces se industrializó y, que tenía una visión bien diferente a la de los obsecuentes colonialistas y oligarcas de entonces, fue Paraguay; lo masacraron, pero no fueron fuerzas extracontinentales, fuimos nosotros mismos, desde adentro, enmanijados por los de afuera, o sea que, nuestro peor enemigo somos nosotros mismos, igual que ahora.
Es por todas estas cosas que somos el tercer mundo, el Dr. W. E. Deming lo tenía muy claro.
Quiero decir con esto que nuestra historia, la de América latina y, las experiencias del pasado, no nos han servido de nada.
Esto no es extraño, pues, como ya hemos dicho, no solo se nos mintió la historia, también, desde hace años, algunos sectores políticos nos viene diciendo que debemos olvidar el pasado, pretenden formatearnos el disco duro y dejar nuestro cerebro vacío, sin banco de memoria ni sistema operativo.
Ahora, el Dr. Vázquez ha vuelto a reincidir, parece que no recuerda ni siquiera sus propios discursos preelectorales.
No hay ninguna amenaza, ninguna señal que indique que estamos ante una eventual aventura bélica por parte de los argentinos, y estoy segurísimo de que no se les ha pasado ni remotamente por la imaginación semejante barbaridad.
Si alguno de nuestros poderosos vecinos quisiera intervenirnos, poco y nada podríamos hacer. No hay absolutamente nada que no pueda solucionar la policía o una guardia contratada por la propia empresa cuestionada. Es entonces que no encuentro la más mínima justificación para alardes de esa naturaleza.
Hoy sabemos, perfectamente, delante de quien tendríamos que poner los “guevos” arriba de la mesa.
Entonces, ¿Qué se pretendió hacer? ¿O pensaron que los argentinos se iban a asustar?
No logro entender toda esta parafernalia, no entiendo esta escalada de machismo mal entendido, ¿Qué queremos demostrar? ¿Qué somos machos y somos muchos? ¿Que somos guapos y vamos “pa’ delante”? ¡Pero por favor! no me hagan reír que tengo un pariente enfermo.
Quienes me han leído, si es que alguien lo ha hecho, saben de sobra que estoy en contra de la instalación, en nuestro pequeño país, de este tipo de industria; no voy a repetir los argumentos que he esgrimido tantas veces; solo quiero tratar este tema desde otro ángulo.
Yo pegunto una cosa, ¿Qué hubiera pasado si algún soldado uruguayo hubiera matado, a propósito o por error, a algún despistado argentino que se le hubiera ocurrido cruzar el río? distinto sería si esto sucediera y fuera la policía quien lo hiciera, o la guardia particular de las papeleras.
¡Pero el ejército!... ¿Alguien se ha puesto a pensar en las consecuencias que podría haber acarreado?
Acabamos de salir, ¡Por fin!, de un presidente gracioso, muy chistoso… ¡y llorón!
Nos hizo pasar el papelón del siglo, pero seguimos sin usar el “balero”, el resultado no podía ser otro que un nuevo papelón.
Según dijeron los informativos, la propia Botnia hizo retirar las tropas que se encontraba en el lugar: ¿Por qué razón?, muy sencillo, dijeron que la medida les da mala imagen; nosotros en su momento eso no lo vimos, no nos dimos cuenta de que la medida estaba fuera de lugar. No nos dimos cuenta de que, si esto era una mala imagen para Botnia, peor lo era para nosotros.
Ridícula imagen, disfrazada de “nuestro derecho”.
Pero tampoco piensen que me creo demasiado esto de que fue Botnia quien, por razones de imagen, pidió que se retiraran las tropas. Ustedes discúlpenme, pero la vida me ha enseñado a ser desconfiado, puedo equivocarme como cualquier hijo de vecino, puedo no tener razón en lo que pienso, pero lo que no me permito es ser ingenuo.
Lo que no me cierra es que, el Sr. Presidente mandó las tropas “de motu propio” y porque lo creyó conveniente, pero habría bastado que Botnia diga que no les gusta y se retiran inmediatamente, ¿Quién manda en el país?
Para mi se acabó aquel tiempo en que nuestros viejos decían -¡Es cierto!, lo dijeron en la radio
¿Pretendemos ser “primera plana”?, ¿Queremos llamar la atención? ¿Queremos que el mundo se fije en nosotros?, ¿Queremos mostrar la “garra”?, pues están totalmente equivocados si creen que esta es la manera de hacerlo.
Lentamente nos vamos quedando solos en América del Sur, los del hemisferio norte nos pueden dar la razón en muchas cosas, pero siempre que esas razones favorezcan a sus intereses, cuando a ellos no les convenga se acabará el apoyo.
Argentina es un país enorme y mucho más importante y pesado que nosotros en el entorno mundial, sin embargo no encuentra apoyo a sus reclamos en el concierto europeo.
¿Por qué será? ¿O somos tan “nabos” que todavía no nos hemos dado cuenta como se manejan las cosas en el turbio y oscuro mundo de los negocios y la política?
No se confundan, no quiero decir con esto que Argentina tenga la absoluta razón en sus reclamos, lo que quiero decir es otra cosa, mi pensamiento vuela más lejos, se trata simplemente de que el norte defiende los intereses del norte, no los nuestros, ¡Pobres ilusos si eso creemos!, nos vamos a llevar en el futuro más de una desagradable sorpresa.
Esos fallos de los jurados internacionales no son favorables a Uruguay, son favorables a las empresas que se instalaron y se instalarán aquí, esa es la cruda realidad.
Esto me lleva a pensar que, detrás de todo esto, se mueven los grupos que manejan enormes intereses, dentro de nuestro propio país, y de la Argentina también.
Hay gente y grupos económicos muy interesados en que se termine el mercado común de América del Sur, gente que se llevará sus buenos dividendos con ello; de lo contrario no se entiende la razón de las actitudes de ninguno de los dos países, ni la de los argentinos ni la de los uruguayos. A mi criterio, y remedando al “Chapulín colorado”, esto está fríamente calculado.
La estupidez se puede considerar una enfermedad mental crónica, pero la ingenuidad es el producto de la inmadurez intelectual en que nos movemos, y si se tratara de ingenuidad política, peor aún, porque el daño se lo hacemos a nuestros propios pueblos. Tanto apoyo a nuestra posición y tantos estudios ambientales favorables, yo por lo menos, no me lo fumo, puedo ser estúpido, pero ingenuo no,
Nadie me saca de la cabeza que, a la corta o la larga, los perjuicios van a ser mayores que los posibles beneficios, que el deterioro ecológico y ambiental de nuestros campos y ríos va a ser tremendo.
Hemos tomado este tema como un asunto de honor nacional, y los caprichos están a la orden del día, patrioterismo barato que nubla la mente y nos aleja, cada vez más, de soluciones razonadas y equilibradas que contemplen ambas partes y, nos den un respiro para encarar las cosas que verdaderamente necesitan nuestros países y nuestra querida América del Sur para salir adelante.
Cada vez estoy más de acuerdo con el pensamiento de Methol Ferre, “Amo el Uruguay, pero odio el uruguayismo” de la misma manera que dijo: “Amo a la Argentina, pero odio el argentinismo”
El patrioterismo y el uruguayismo dejémoslo para el fútbol, que vive y se alimenta de eso.
No logramos entender que la fuerza está en unirnos, no logramos entender que la unión hace la fuerza, debemos tener la suficiente capacidad como para encontrar la forma de solucionar los diferendos internos en nuestro continente para salirle a pelear al mundo en igualdad de condiciones, de lo contrario seguiremos siendo el tercer mundo, el petizo de los mandados “per saecula saeculorum”
Nos negamos sistemáticamente, por comodidad, a plantarnos de frente al mundo y comenzar, de una vez por todas, a escribir nuestra propia historia y abandonar definitivamente el papel de tercerones y mendigos que nos impusieron.
Hay que entrar a pedalear juntos, porque los de adelante se nos escapan y nosotros venimos en el pelotón de cola. ¿Qué debemos integrarnos al mundo? ¡Cierto!, pero hay “formas” y “FORMAS” de hacerlo.
La consigna de “Los tres, o cuatro, Mosqueteros” era “Todos para uno y uno para todos”, aquí en América es “Uno para uno y todos para ellos”
Somos un conventillo totalmente divorciado entre nosotros, resultado de los intereses que llevaron a los genios de la política del norte a dividirnos en pedazos para gobernarnos mejor… ¡Y lo lograron! Consiguieron hacer de todos estos países simples colonias con el título de “Naciones” y, a lo largo de los siglos continuamos pendientes y dependientes de ellos.
Pobre de nosotros si llegamos a quedar solos y atados a un TLC con los Estados Unidos, o con quien puta sea, miren a Centro América y díganme que ven; solo un montón de republiquetas bananera inmersas en la pobreza.
Vegetan como simples colonias bajo la batuta de multinacionales norteamericanas; podríamos nombrar unas cuantas que han marcado su historia; incapaces de gobernarse por si mismos y con presidentes puestos a dedo o, por medio de las armas de los Estados Unidos de Norteamérica, ellos también son socios de los americanos. ¡Vaya sociedad!
Centro América, un pequeño territorio lleno de pequeños países tan divorciados como nosotros y, alguno, siendo una estrella más en la bandera de los Estados Unidos; les trajo prosperidad, ¡NO, ninguna!, y son ciudadanos de segunda, igual que los ingleses de la Islas Malvinas.
Cuando algún gobierno de nuestro país se saca el cartel de “artiguista”, pues que lo demuestre hasta las últimas consecuencias, y si no saben como hacerlo que lean la verdadera historia y pensamientos de Artigas, no nos pongamos la camiseta si no vamos a jugar el partido. Es muy fácil hablar de ser “artiguistas, lo difícil es serlo.
Quiero demasiado a mi patria y a este continente nuestro, el de una misma historia compartida, el de los mismos sufrimientos, este continente nuestro tan usurpado, esclavizado, asesinado, saqueado y sometido a lo largo de los siglos.
Hace mucho tiempo, y con motivo de una nota aparecida en Informe Uruguay, le escribía una carta al autor del artículo: el excelente periodista, amigo y compañero de esta página, Julio Dornel, aunque no era mi intención que mi modesta opinión viera la luz, este la publicó.
Cada vez me convenzo más de que Quino tenía razón.
Fuente: Julio dornel, http://www.uruguayinforme.com/news/05112004/05112004dornel2.htm
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