"Quino...si sabía de ajedrez, él tiene razón, siempre ganan las negras. Las blancas son simples marionetas cuyos piolines manejan con extrema habilidad los maestros del juego. Las dejan ganar cuándo quieren, las jaquean cuando se les antoja y les dan mate cuando lo creen oportuno.
Vivimos una utopía y las utopías son solo utopías, un montón de esperanzas huecas de las que se alimenta el hombre para engañarse a si mismo y creer que lo puede lograr todo. Pero es mentira, puras mentiras, solo logramos lo que las negras permiten que logremos.
Los gambitos los proponen las negras, las blancas los aceptan y se sacrifican en ellos. Cuando las negras se lo proponen vuelven a dejar todo como estaba, si no pueden te patean el tablero.
Es cierto que vendrán nuevos nombres, otras caras (hasta por ahí nomás) otras seguirán siendo las mismas y algunos apellidos se perpetuaran por los siglos de los siglos, pero las negras estarán vigilantes para darnos el jaque mate apenas hagamos un movimiento que ponga en peligro a su Rey y todo no pasará de eso...una utopía.
El arma más poderosa del mundo no es la bomba atómica, es el papel, si el papel, el papel moneda, el papel cheque, el papel del diario y hasta el papel higiénico. Pero si no pueden con el papel para eso se hicieron las bombas, las negras lo tienen todo.
No son los pueblos los que definen su futuro, lo hace el papel, por más voluntad que se ponga no bastara para cambiar nada.
Podremos colaborar todos con nuestras buenas intenciones, para con las buenas intenciones del gobierno de turno, pero el Rey negro, siempre bien defendido , estará atento a cualquier contingencia.
Por mejor que juguemos esta partida nos pasará inevitablemente lo que al ruso Leonel Kieseritzky con el alemán Adolf Anderssen en Londres en el año 1851 y la famosa partida que pasó a la historia con el nombre de "la Inmortal". A Andressen le quedaban dos piezas y cuatro peones y el ruso tenía todas las piezas menos tres peones. Ganó Anderssen.
Nuestro destino no lo elegimos nosotros, se define sobre un papel en lejanos escritorios de vaya a saber que habitación, de que edificio, de que ciudad aunque sabemos de que país, entre tanto y mientras no molestemos mucho, nos dejan jugar a ser los dueños de casa y ¿elegir? nuestro destino.
Yo también como muchos uruguayos votaré por el cambio, hace tiempo que lo hago, jamás en vida gané una elección, ni siquiera de joven cuando votaba a los blancos primero y a la 90 de Frugoni después....hasta el día de hoy, en que por primera vez en mi vida tengo la esperanza de poder decir dentro de dos días:
¡ Al fin...carajo! mi perro cazó una mosca. Podría si quisiera, ponerme poético y decir muchas palabras lindas y frases rimbombantes para hacerme creer yo mismo lo que no puedo creer.
Si cuando llegamos a viejos todavía no hemos aprendido nada, no se para que mierda vivimos. Como dijo el Viejo Pancho.."van a la tablada de los gauchos sonsos a venderles miles de esperanzas gordas."
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