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Año Nuevo: para un mundo loco
por Julio Dornel
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Dentro de pocas horas estaremos comenzando un nuevo año, lo que de alguna manera significará renovar esperanzas por el solo hecho de abandonar un sombrío y generalizado 2008 lleno de dificultades.
Sin embargo y no por ello debemos esperar cambios fundamentales, ni milagros que justifiquen nuestras esperanzas.
Viviremos nuevas experiencias, buscaremos nuevas alternativas para superar una crisis que ni siquiera los más pesimistas se hubieran imaginado.
Los cambios experimentados en la región y en el mundo continuaran repercutiendo en esta frontera (Chuy- Chui) por lo cual será muy difícil mejorar las condiciones actuales de sus habitantes.
No queremos en esta fecha tan especial contagiar pesimismo pero debemos ser realistas y reconocer que estamos en un enclave fronterizo afectado directamente por las economías propias y extrañas.
En el plano internacional el año presenta nubarrones más oscuros.
No podemos negar que estamos viviendo una etapa de la humanidad donde la globalización del terror y la violencia nos está llevando diariamente a la intensificación del miedo.
Los medios de comunicación nos muestran al instante las guerras y los atentados perpetrados contra países débiles y también contra algunos que pensábamos indestructibles.
Misiles, terrorismo, atentados, conflictos armados, y la violencia generalizada que bombardea diariamente el planeta nos está llevando nuevamente a los tiempos medievales cuando el hombre convivía con el miedo y la violencia. Cuando Franklin Delano Roosevelt asumió la presidencia de los EE UU en 1933 señaló en su discurso que a la “única cosa que deberíamos temer es a nuestro propio miedo”.
Han transcurrido 75 años de aquella sentencia y el temor a la violencia y a la muerte está más vigente que nunca. Debemos tomar conciencia que a partir del atentado a las Torres y otros que se vienen registrando diariamente, la posibilidad de una nueva guerra se mantiene latente aumentando el temor de la humanidad.
Decía el filósofo francés Edgar Morín que “hasta el presente la historia ha registrado masacres, epidemias, atentados y guerras , pero nunca había amenazado la sobrevivencia del hombre como está sucediendo en la actualidad. Estamos viviendo bajo la globalización del terror donde el miedo a la muerte está presente en todos los hogares por la reiteración de actos vandálicos que terminan truncando vidas inocentes”.
En la parte final del artículo el pensador francés señalaba que “todavía estamos en la pre-historia del espíritu humano. Las capacidades mentales del hombre todavía están subutilizadas, principalmente en el plano de las relaciones con sus semejantes. Todavía somos bárbaros en las relaciones con los demás y no solamente entre religiones y nacionalidades sino también en el seno familiar. Tenemos muchas dificultades para comprender a los demás. Nos jactamos de vivir en la era de la civilización, pero somos contemporáneos del despotismo, la desigualdad, el colonialismo, las grandes revoluciones, los golpes de estado y la conquista del espacio sin saber con que fines”.
Es posible que las cosas empeoren cada día mas, por ese motivo debemos estar preparados para enfrentar los nuevos desafíos.
Los asesinatos (tres en una semana) registrados en la zona céntrica de la ciudad nos están demostrando que existe una situación de violencia que si bien no es exclusiva de esta ciudad, está preocupando seriamente a las autoridades y a la población en general.
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