|
América Latina, lejos de una Unión
por Pedro A. Lemos
|
|
|
Cada vez se acentúa más la comodidad del uso de las siglas, que está bien, porque simplificamos, pero nos sentimos desconectados cuando no sabemos qué significan. En ese juego interminable de ideas integracionistas, son cientos de siglas que por una u otra razón manejan medios, políticos, organizaciones, y si perdemos el hilo de la conversación nos volvemos ignorantes en nuestro propio lenguaje. Muchas veces desconocemos su utilidad o su significado. Otras las utilizamos en burla o como decimos habitualmente en joda.
Así surgió el Mercobluff en alusión al Mercado Común del sur, que si observamos el panorama real, hoy el MERCOSUR es realmente un verdadero Bluff. No obstante existe una fiebre latinoamericana de integración y anualmente se amplían las opciones, pero ninguna sangre llega al río por el sur de nuestra América Latina.
El Mercosur fue una idea de integración comercial, no ha logrado avanzar y no avanzará, hasta que los Presidentes de turno, tomen su merecido retiro. Arribando a los Gobiernos una generación política más aggionarda, que comprenda la necesidad de no inmiscuirse en los asuntos políticos internos, pero que se mentalicen en la necesidad de profundizar los acuerdos comerciales.
Fundamentalmente con un propósito firme de Itamaratí, de avanzar y cerrar un acuerdo comercial. Brasil por ser el más grande y con intereses tan diversificados en toda América es quien debe dar el primer paso, pero el gobierno del Presidente Lula, prefiere jugar a la integración ‘’de la gallina’’ sacando frutos de a uno, perdiendo y recuperando liderazgo en manos del actual presidente.
Organizando hace pocas semanas en el nordeste brasileño una Mega Cumbre, con el espíritu de integrar desde el río Bravo hasta la Patagonia en una unión ilusoria a todos los países de América Latina. En Costa do Sauípe convergieron reuniones de varios grupos, sin exhibir logros de importancia, salvo la integración de Cuba al Grupo Río.
El Mercosur sigue en ‘’stand by’’ y traspasó la presidencia pro tempore al flamante presidente paraguayo. Estancado en el problema de las asimetrías, el doble costo arancelario, que en definitiva es una buena razón, para mostrar la gran excusa, ‘’no hubo avances por posición de tal o cual País’’. Si cuatro Países no logran avances, ¿quién puede presumir de ampliar un mercado común latinoamericano? Más que un gran problema de asimetrías, existe un lamentable estilo demagógico que gana adeptos. Desde la inclusión a prepo de Venezuela en el Mercosur, el petrodulce presidente con su estilo grandilocuente, que ya no asombra a nadie, no hubo avances y ni siquiera es miembro pleno aún. Es más, le han mandado a callarse en otra cumbre pero el silencio mayor se observa desde la caída en los precios internacionales del petróleo. A su cháchara, se le ha sumado otra Presidente que al decir de los propios argentinos, solo está para el discurso, porque el gobierno lo realiza el ex presidente y marido. En la última cumbre ha despertado atención el discurso de la Sra. Presidente.
El atril, al decir de un periodista argentino, permite amplificar ideas que son una ‘’chantada’’. Basta con leer el párrafo siguiente: |
"Debemos pensar como una región, como un potencial único en un mundo que va a demandar las cosas que nosotros tenemos, reservas energéticas, gasíferas y alimentarias y que además, tenemos una virtud: no tenemos conflictos bélicos, lo que nos convierte también en un espacio con una oportunidad única de lograr crecimientos". |
|
Palabras de la Sra. Presidente Argentina, en Costa do Sauípe en la última reunión del 2008 de Presidentes, convocada por el Presidente Lula de Brasil.
“Debemos pensar como una región’’, comienza diciendo. Nadie como ella o su propio marido han hecho trizas la región. Comenzando con el conflicto de las papeleras y sin profundizar mucho más que ello y sin contabilizar las unilaterales decisiones. Ninguno de los Presidentes Latinoamericanos ha dado un paso atrás o hacia el costado, para que los diversos países piensen como una región.
Esta idea de unir a los países de América Latina, para enfrentar en block a los países desarrollados, necesita denominarse ‘’CALCIO’’. De acuerdo al panorama latinoamericano, con tantas zancadillas de cada uno de los Países, los futuros gobiernos deberán tener huesos robustecidos.
No es necesario repasar las mil y una macanas de los gobiernos, ni fundamentar a favor de lo más potable en materia de distanciamiento entre países. La familia gobernante de argentina le ha roto la médula de la integración a Tabaré. Morales en Bolivia le juega una mala pasada a Lula, quiere que Brasil pague más el gas. Paraguay también pelea por mejor distribución en la generación hidroeléctrica de Itaipú. Colombia enfrenta a 2 vecinos al mismo tiempo (Ecuador y Venezuela), Chile anda por un camino similar con Perú y Bolivia. Brasil como todo grandote, juega a las cumbres con abrazos y discursos de unificación, pateando la pelota fuera de la cancha basado en su proteccionismo.
Venezuela con la capa caída por la guita dulce que no llega, ya no tiene espíritu.
Así América Latina por su propia incapacidad y la de sus gobernantes, pone incasablemente parches a su ineptitud. Sin poder encontrar una fórmula de integración real, porque ello significa aceptar que cada país tiene sus derechos y debemos empezar por la cumbre que otorgue y reconozca el derecho legítimo de cada País.
Solucionado éste primer problema, podemos avanzar hacia otros.
¿Pero cómo vamos a lograr ese objetivo? Si en tiempos que aparecían como ideológicamente compatibles, los propios Presidentes se bajan de los caballos y dejan de ser lo que eran. Lula dejó de ser comunista, Tabaré ya no es socialista, Cristina es solo kichernista, Hugo es sólo huguista.
Lo cierto que Treinta y Tres Presidentes, pasaron unos días que sirvieron para la foto, donde sólo aparecen 13. Quizás muchos llegaron tarde o se fueron temprano, lo cierto es que no surgió un diagnóstico claro y mucho menos una receta, para tanta diversidad de Países.
La fantasía de los Presidentes actuales, más populistas que prácticos, quiere imprimirle un ejercicio demagógico a la unión de países, con parlamentos, moneda única y una parafernalia burocrática más que nada de ‘’slogan’’, tirando de una alianza según sus mezquinos intereses.
Los últimos años el gobierno uruguayo ha visto que ni los fraternales lazos ideológicos han podido acunar la integración. Pero insisten enamorados de la idea de más y mejor Mercosur.
Tabaré Vásquez está sólo y más sólo quedó después de sus acertadas palabras expresadas en Brasil.
Es un gran manto de hipocresía y más se tiñe al querer mezclar economía regional con la política de cada País.
Comentarios en este artículo |
|
» Arriba
|