Energías agotadas:
Pueblos que viven del aire
RODRIGO BLÁZQUEZ
1 de junio de 2005
Una interminable formación de molinos de viento saluda al visitante a su llegada a La Muela, Aragón. Perfectamente alineados, enormes e inquietos, sus modernos brazos giran sin cesar para transformar la fuerza del viento en energía fácilmente aprovechable. El cierzo, ese viento tan molesto para el pueblo durante siglos, se ha convertido ahora en su principal fuente de ingresos.
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La bienvenida de los molinos de La Muela
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La Muela recibe cada año casi millón y medio de euros de la empresa que explota los 500 molinos de sus tierras. El año pasado, el viento del norte llevó a 240 vecinos de vacaciones a Brasil con dinero municipal.
El pueblo está 23 kilómetros al suroeste de Zaragoza en una región con serios problemas económicos. En 1986 se inauguró su primer parque eólico. Entonces se instalaron doce molinos, hoy hay 500. Hace 19 años eran 800 vecinos, hoy son casi 3.500.
María Victoria Pinilla cumple su quinta legislatura al frente de Ayuntamiento, nos atiende en la sala de espera de un centro médico de Zaragoza, “el Ayuntamiento paga todos los años una revisión médica gratuita para los muelanos en una clínica privada”. La Muela es uno de los pueblos más ricos de España.
Con el dinero del parque eólico se han construido en los últimos años la casa de la cultura, el pabellón de deportes, la residencia de ancianos, la ludoteca y varias escuelas nuevas.
Acaban de aprobar el nuevo Plan General de Ordenación Urbana que prevé más de 15.000 nuevos habitantes en los próximos cinco años. “Casi todos los vecinos son millonarios porque o han alquilado sus terrenos para los molinos o las han vendido para los constructores o las dos cosas”, añade la alcaldesa.
Ahora el Ayuntamiento pretende montar su propio parque eólico. Quieren comenzar las obras este mismo mes de junio. Hace unos años construyeron también un polígono industrial y según su alcaldesa “ningún vecino de la Muela está en el paro”. Tales son los recursos que sólo “tres o cuatro” muelanos trabajan en las instalaciones eólicas, el resto vienen de otros pueblos de la comarca.
La guinda la ponen los viajes, en los últimos años los vecinos han volado a Santo Domingo, México y Brasil. Siempre en los mejores hoteles y siempre con una importante subvención. “Este verano queremos hacer un safari por Kenya”, anuncia la alcaldesa.
La historia del viento
El viento ha sido utilizado por el hombre como forma de obtener energía desde la antigüedad. Ya en algunos manuscritos griegos hay alusiones a algún artilugio movido por el viento pero la primera referencia sobre molinos de viento es de Persia en el siglo VII después de Cristo. Se cree que a Europa no llegaron hasta el siglo X. En España una de las primeras referencias evidentes es este manuscrito de Francisco Lobato del molino de Almagro, de 1556.
El desarrollo de la energía eólica en nuestro país, más allá de los Molinos de Don Quijote, comenzó en 1978 con un prototipo de aerogenerador de 100 kilovatios instalado en Tarifa por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
Algo después, en los años ochenta, se inauguraron los primeros parques eólicos, además del de La Muela, comenzaron a funcionar otros en Tenerife, el Ampurdán, Estaca de Bares y Tarifa.
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El parque eólico de Higueruela es uno de los mayores de Europa
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En 1999 se construyó una de las instalaciones de este tipo más importantes de Europa: El parque eólico de Higueruela, en Albacete. Sus gestores aseguran que genera el doble de energía que la central nuclear de Zorita.
El parque cuenta con actualmente con 169 aerogeneradores a más de 1.000 metros de altitud y 111 Megavatios de potencia instalada a la hora, es decir, la capacidad máxima de producción energética. La Asociación de Empresarios Eólicos lo considera el mayor parque de España.
El año pasado se invirtieron 2.300 millones de euros en el sector, y para 2005 prevén llegar a los 3.500 millones. Alrededor del 6,5% de la energía de España se obtiene de aerogeneradores y los empresarios del sector confían en alcanzar el 12% de la cuota para 2010. En toda la Unión Europea, sólo Alemania produce más energía que España con este origen.
Firmas, turismo, beneficios y problemas
También ha habido otras experiencias menos agradables con la instalación de parques eólicos en España. En la zona de Piedrahita, Ávila, hace cuatro años que el proyecto se detuvo. Hasta hace poco se podían aún leer algunas pintadas en las paredes de este pueblo de poco más de 2.000 habitantes: “La sierra no se vende”, clamaban los vecinos. La Plataforma para el Desarrollo Integral de Valdecorneja logró reunir 11.000 firmas contra los molinos.
Piedrahita vive del turismo y las actividades generadas de un importante club de vuelo sin motor. El puerto de Peña Negra, a 1909 metros de altitud, es el punto de partida de cientos de parapentistas llegados de todo el mundo. Para la hostelería el desarrollo del turismo y el de los molinos de viento eran incompatibles.
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Piedrahita continuará viviendo del turismo
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“No lo son”, replica José Luis Pérez, Secretario del Ayuntamiento de Santiago del Collado. Los vecinos de este pueblo limítrofe con Piedrahita observan cada día cómo sus tierras son sobrevoladas por aeroplanos sin motor que dejan el mismo humo que dinero. El clamor contra el parque eólico no se extendió a toda la comarca. Otros vecinos de la zona, como los de Santiago, tienen fincas en la sierra y estarían encantados con un futuro parque eólico que pagara mensualmente unas sabrosas rentas de alquiler.
La presión vecinal de Piedrahita, algunos estudios contrarios a los molinos de la Universidad de Salamanca y unos problemas de última hora para evacuar la energía generada acabaron por encallar el proyecto. El alcalde de Piedrahita, Ángel Antonio López, admite cierta confusión pero se muestra confiado: “No podemos asegurar qué ocurrirá en el futuro pero, de momento, no habrá molinos en estas sierras”.
La Muela, Higueruela y Piedrahita, tres ejemplos de la evolución de un sector convencido de su potencial de crecimiento y de sus dificultades de implantación.
Fuente: Telecinco de España
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