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Año V Nro. 372 - Uruguay, 08 de enero del 2010
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Se han conocido declaraciones del presidente electo, en su audición radial, sobre la enseñanza de inglés en secundaria. Mujica dijo que “Hace muchos años que nuestros gurises van masivamente a nuestros liceos, difícilmente algún gurí sepa hablar inglés con lo que aprendió en el liceo”. Sería bueno que el presidente electo ayudara a que nuestros niños y jóvenes hablaran mejor nuestra lengua materna dando el ejemplo de preocuparse por usar el mejor vocabulario posible. En cuanto al inglés, hace más de veinte años que me ocupo de enseñarlo en secundaria. Con la mejor buena voluntad y esfuerzo, y con variados resultados. Cuando los alumnos del ciclo básico tenían tres horas semanales de inglés separadas en dos clases, tenían que comprar los libros y los profesores hasta las cintas grabadas, se aprendía menos que cuando la Reforma de 1996 hizo que Inglés tuviera 5 horas semanales (una diaria de lunes a viernes), apareció el primer libro con temas de Uruguay (“Uruguay in focus”) y se les proporcionó a los docentes el libro guía y las cintas grabadas. Claro que luego, cuando la “Reformulación 2006”, en ese año y sin motivo alguno, redujo las horas de cinco a cuatro, se empezó a aprender menos. Nadie puede pensar que se puede hacer lo mismo en cinco horas SEMANALES que en cuatro. Esto hasta hoy no ha cambiado, cuando lo que se necesita es ir extendiendo la enseñanza de la lengua inglesa cada vez más, hasta llegar a tenerla en toda primaria y toda secundaria. Por supuesto que se aprendería más si los grupos en lugar de tener tantos alumnos fueran más reducidos. Por supuesto que los docentes rendirían más si no tuvieran que correr de un liceo a otro. Algunos que habían logrado estar en un solo liceo, este año tienen que volver a “rodar” porque sin ningún motivo se les impidió elegir 40 o 48 horas de clase semanales como hace muchos años que lo hacían, y se les dejó elegir sólo 20 o 21 en diciembre, y luego en febrero lo que quede, todo repartido, en los liceos donde queden horas de clase. Algunos ante tanta inseguridad laboral ya se han volcado a la enseñanza privada. Por supuesto que los docentes podrían enseñar más si tuvieran un salario digno y no tuvieran que acumular tantos grupos para lograrlo. Por supuesto que se aprendería más si hubiera un salón de inglés en cada liceo, con todos los aparatos que permite la tecnología actual, donde fueran los alumnos, en lugar de que el docente tenga, como hoy, que andar de salón en salón, muchas veces con un puñado de libros para repartir y un viejo grabador para casetes (cuando hay) bajo el brazo. Por supuesto que los docentes mejor preparados podrían ir a otros liceos y no sólo al del vecindario, si tuvieran un boleto docente gratuito o al menos rebajado como el de estudiante. Por supuesto que se podría también proporcionar a los docentes los materiales didácticos básicos para que no tengan que comprar TODO, desde la lapicera a los marcadores, con su magro salario. Enseñé en Suecia, y en la sala de profesores había todos los materiales que se necesitaban para enseñar, sin necesidad de comprar nada. En fin, es fácil criticar, pero mejor sería que se tomaran medidas para mejorar.
© Antonio Romero Piriz para Informe Uruguay
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