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Año V Nro. 372 - Uruguay, 08 de enero del 2010   
 
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Martin Feldstein

¿Es el oro una buena cobertura?
por Martin Feldstein

 
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         CAMBRIDGE – Mientras caminaba por el aeropuerto de Dubai hace poco, me impresionó la cantidad de viajeros que compraban monedas de oro. No era una reacción a los problemas financieros de Dubai; más bien se unían a la fiebre por comprar este metal antes de que los precios aumenten todavía más, reacción que ha hecho que su precio haya subido de $400 la onza en 2005 a más de $1100 en diciembre de 2009.

         La compra de oro por parte de particulares va mucho más allá de las tiendas de aeropuertos y otros lugares donde se venden monedas de oro. Además de comprar monedas acuñadas por varios gobiernos, hay gente que está comprando barras de un kilo, fondos transados en bolsas que representan propiedad sobre oro físico, futuros en oro, y acciones en compañías auríferas que ofrecen una posición apalancada sobre el precio futuro del metal dorado.

         Entre quienes compran oro se encuentran no sólo particulares, sino también sofisticadas instituciones y fondos soberanos. Hace poco, el gobierno de la India compró 200 toneladas de oro al Fondo Monetario Internacional.

         Muchos de quienes compran oro quieren una cobertura contra el riesgo de inflación o posibles bajas en el valor del dólar u otras monedas. Ambos son riesgos potenciales serios para los que vale la pena tener una cobertura preventiva. Aunque en la actualidad la inflación es baja en Estados Unidos, Europa y Japón, los hogares y los inversionistas institucionales tienen razones para temer que los bajos tipos de interés y la amplia creación de reservas por parte de los bancos pueda producir inflación cuando se afirme la recuperación. Y el dólar a la baja, que ha perdido más del 10% de su valor con respecto al euro en los últimos 12 meses, es una causa legítima de inquietud para los inversionistas no estadounidenses que poseen esta moneda.

         Sin embargo, ¿es el oro una buena cobertura frente a estos dos riesgos? ¿Mantendrá su poder de compra si la inflación erosiona el del dólar o del euro? ¿Y mantendrá el oro su valor en euros o yenes si el dólar sigue bajando?

         La respuesta corta a todas estas interrogantes es “no". El precio en dólares del oro no aumenta con el nivel de precios de EE.UU. Y el valor del oro no aumenta en dólares para compensar el valor del dólar con respecto al euro o el yen.

         Piénsese en el potencial del oro como cobertura frente a la inflación. El precio de una onza de oro en 1980 era $400. Diez años después, el índice de precios al consumidor (IPC) de EE.UU. había aumentado en más de un 60%, pero el precio del oro seguía en $400, tras haber llegado a $700 y caído en los años transcurridos desde entonces. Y para el año 2000, cuando el IPC de EE.UU. era más del doble del nivel de 1980, el precio del oro había caído a cerca de $300 la onza. Incluso cuando el oro llegó a los $800 la onza en 2008, no llegó a cubrir la inflación ocurrida desde 1980.

         Así es que el oro no es una buena cobertura contra la inflación. Más aún, el gobierno estadounidense ofrece una muy buena cobertura de este tipo en la forma de Bonos del Tesoro Protegidos contra la Inflación (TIPS). Un bono a 10 años protegido contra la inflación no sólo dará intereses y capital a la par con el IPC, sino pagará también un tipo de interés real que hoy es ligeramente superior al 1%. Y, si el nivel de los precios cae, se emitirá un nuevo bono TIPS con el precio de compra nominal original, protegiendo así contra la deflación. Por supuesto, los inversionistas que no desean vincular sus fondos a bonos de gobierno de bajo rendimiento pueden adquirir coberturas explícitas contra la inflación como protección para sus demás inversiones.

         El oro es además una mala cobertura contra las fluctuaciones cambiarias. Un dólar equivalía a 200 yenes en 1980. Veinticinco años después, el tipo de cambio había llegado a 110 yenes por dólar. Puesto que la onza de oro valía $400 en ambos años, tener oro no sirvió para compensar la caída del valor del dólar. Si un inversionista japonés tenía valores en dólares o bienes inmuebles, podría haber compensado el tipo de cambio adquiriendo futuros en yenes. Lo mismo vale para un inversionista basado en euros, que no se habría beneficiado al poseer oro, pero podría haber compensado la baja del dólar comprando futuros en euros.

         En pocas palabras, hay mejores maneras que el oro de obtener cobertura contra los riesgos inflacionarios y cambiarios. Los bonos TIPS, o sus equivalentes de otros gobiernos, proporcionan cobertura contra la inflación, y los futuros de divisas explícitas pueden compensar los riesgos de los tipos de cambio.

         Sin embargo, aunque el oro no es una cobertura adecuada contra estos riesgos, puede ser una muy buena inversión. Después de todo, el valor del oro en dólares casi se ha triplicado desde 2005. Y es un activo líquido que da diversificación en una cartera de acciones, bonos y bienes inmuebles.

         No obstante, también es una inversión de alto riesgo y volatilidad. A diferencia de los valores, bonos y bienes inmuebles, el valor del oro no refleja las ganancias subyacentes. Se trata de una inversión puramente especulativa. En los próximos años, bien puede caer a $500 o subir a $2000 la onza. No hay manera de saber en qué dirección irá. Ya lo dice la expresión latina Caveat emptor (“Cuídese el comprador”).

Martin Feldstein, profesor de Economía en Harvard, fue presidente del Consejo de Asesores Económicos del presidente Ronald Reagan y presidente de la Oficina Nacional de Investigación Económica.

Copyright: Project Syndicate, 2009
para Informe Uruguay - www.project-syndicate.org
Traducido del inglés por David Meléndez Tormen

 

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