Sres. de Informe Uruguay:
Sólo quería acercarles mis más sinceras felicitaciones por el esfuerzo que hacen para que nos llegue tan interesante información, sumado al hecho de que contagian a otras personas a que intercambien y le dan una hermosa posibilidad a quienes están ansiosos por compartir.
Es la primera vez que les escribo, simplemente porque, a pesar de hacer muchísimo tiempo que recibo sus mensajes, es la primera vez que me detengo a leer uno, antes de borrarlo.
Sé que puede sonar extraño, pero debido a la saturación de información, uno se cansa de recibir tonterías y muchas veces se comete el error de "poner todo en la misma bolsa".
Les pido disculpas por eso, aunque más que disculpas a ustedes, mejor debería decir: lo siento por mi, porque seguramente me perdí información muy enriquecedora para el intelecto y también, por qué no, para el corazón.
Les dejo un cariñoso saludo y sigo acá recibiendo silenciosamente su valioso trabajo, al que estaré atenta para colaborar cuando tenga posibilidades.
Gracias por el esfuerzo! Paola Ré - Nueva Helvecia/Uruguay

Quisiera poder recibir información sobre eventos educativos y capacitación empresarial o informática, ¿cómo puedo hacerlo? - Paola Ré - Nueva Helvecia/Uruguay

1. f. Condición y carácter peculiar de los pueblos e individuos de una nación.
2. Estado propio de la persona nacida o naturalizada en una nación.
ciudadanía.
1. f. Calidad y derecho de ciudadano.
2. Conjunto de los ciudadanos de un pueblo o nación.
Por consiguiente, soy ciudadano, mantengo mi nacionalidad e integro, por tanto y de pleno derecho, la Nación. ¿Cómo es posible que se me haya impedido, hasta el presente y espero que no más, que ejerza uno de mis derechos políticos? Creo que se me ha cercenado el ejercicio de un legítimo derecho político que me otorga la Constitución y estimo que el Senador Korzeniak se ha propuesto resolver esta grave, gravísima omisión del Poder Público del Uruguay para con los ciudadanos naturales que vivimos en el exterior. Y no quiero entrar en el área de las comparaciones respecto a qué países habilitan a sus nacionales a ejercer el derecho al voto aunque vivan en el exterior; apenas me permito recordar que, los propios Estados Unidos de América, permiten el ejercicio de ese derecho.
En todo caso, se podría entender que, para quienes hemos adquirido la nacionalidad de los países en los cuales vivimos, se nos exigiría el cumplimiento de lo establecido en el artículo 81 de la Constituición que dispone que: "La nacionalidad no se pierde ni aun por naturalizarse en otro país, bastando simplemente, para recuperar el ejercicio de los derechos de ciudadanía, avecinarse en la República e inscribirse en el Registro Cívico."
La cuestión, entonces, estaría a mi modesto criterio, planteada únicamente en si se reforma esta condición de avecinarse en el país e inscribirse (¿reinscribirme?) en el Registro Cívico.
Hay otras consideraciones expuestas por el ministro González, como las referentes a la seguridad tanto de la llegada de los materiales necesarios y suficientes para la votación, así como del control de los resultados del acto comicial. Y entonces me asalta otra duda: ¿no es posible votar por correo? ¿No es posible votar por internet? Yo no tendría absolutamente ningún problema, más bien todo lo contrario, aún a mis 66 marzos, de participar como integrante o delegado de mesa. Aunque votase en blanco. Pero al solo efecto de contribuir a que mis connacionales ejerzan su derecho político constitucional.
En cuanto a lo de que quienes no vivimos en el país no debemos escoger las autoridades que lo gobiernen, es algo muy relativo. Y si alguien decide regresar, ¿no tiene derecho a que las autoridades que lo gobiernen hayan sido escogidas por él? ¿Debe esperar hasta las siguientes elecciones? Aün quedándonos en el exterior: ¿cree el ministro González que hemos perdido contacto con el país? ¿Que no estamos enterados de su realidad social, política, económica y deportiva? Me parece que es una asunción temeraria. Al menos quien suscribe se ha mantenido al tanto en esos aspectos. Y ahora, con el privilegio de navegar por la red, con muchísima más razón. Me permito sugerirle al ministro González que averigüe la cantidad de páginas editadas por uruguayos que hay en la red. Que vea quiénes, incluso, han colaborado con el país de una forma u otra. Es hasta ofensivo el considerar que el sentimiento de patria se pierde por residir en el exterior. Le aseguro al ministro González que nada más lejos de la realidad que eso. Más bien ocurre lo que Shakespeare escribió: "Los árboles no permiten ver el bosque." En el exterior, los árboles no nos incomodan para poder apreciar el bosque en toda su magnitud. Más bien se podría decir que tenemos un puesto de vigilancia privilegiado para ver los posibles focos de incendio que se producen. El no participar en la diatriba diaria, en la cosa pequeña, en la politiquería de cada día, permite observar con mayor claridad los hechos grandes, los realmente significativos. Permite analizar con menos pasión y más raciocinio lógico, las cosas, de lo que se haría viviendo en el país. Al menos eso es lo que entiendo.
Los uruguayos que vivimos en el exterior, hemos tenido unas cuantas razones puntuales para sentirnos muy orgullosos de nuestra nacionalidad. El nivel y la rica tradición cultural del país, los adelantos que en materia de derechos ha tenido el Uruguay, tales como la ley de limitación a 8 horas de la jornada laboral y de 48 horas la labor semanal, promulgada seis meses antes que la similar de los EE.UU., la ley de los Derechos Civiles de la Mujer, promulgada en 1946, la tradición democrática del país, interrumpida dos veces en el siglo XX para dolor de todos porque aún no se han podido restañar las heridas causadas por la última; y la tradición política, con las dos pruebas hechas en el siglo pasado en cuanto a formas de ejercicio del gobierno desde el Poder Ejecutivo con integración plural de la cabeza del mismo que, si bien no dieron los resultados esperados, al menos nos permitieron adosarnos el calificativo de "la Suiza de América": hicimos la prueba para mejorar nuestra democracia. Y por supuesto, de los logros deportivos.
Espero que el Senador Korzeniak logre su propósito y tengamos también otra razón más para enorgullecernos: podemos continuar participando cívicamente en la vida de nuestro país, no para pedir "un puestito" ni lograr alguna prebenda, sino simple y sencillamente para expresar nuestra opinión ciudadana. Para ejercer nuestro derecho constitucional. Ni más ni menos.
Y algo más: hay una razón adicional para modificar esta forma velada de limitación de la nacionalidad. Porque o se tiene o no se tiene. Y si se tiene y no hay causales de fondo como las enumeradas en el artículo 80, entonces no veo ese requisito de avecinarse como necesario para mantener vigentes los derechos y las obligaciones ciudadanas. Más aún. Si a un uruguayo, le ocurriera algo en el exterior, digamos por ejemplo un abuso de alguna autoridad de otro país: ¿no tendría derecho ese ciudadano oriental a que las autoridades consulares intervinieran para que se restableciera la normalidad? Ese derecho, ¿también está suspendido? ¿Hay que avecinarse para eso? Creo que las circunstancias cambian. Nuestro país fue, tradicionalmente, un país de inmigrantes. Desde hace más de 30 años, es un país de emigrantes. Entiendo que no haya habido oportunidad ni condición suficiente para modificar el artículo 81 hasta ahora. Pero ahora la hay, porque hay nuevas formas de ejercer el voto que podrían ponerse en funcionamiento. Uruguay quiere ser, entre otras cosas, un país exportador de software. Me parece estupendo y deseo el mayor de los éxitos para mis colegas. Entonces, ¿habría necesidad de adquirir el sistema y los equipos brasileños de votación o podría hacerse todo en el país? Y si así fuese, ¿no podría habilitarse el voto por internet? Si todos podemos realizar, con bastante seguridad, transacciones bancarias o con tarjetas de crédito utilizando internet, ¿no podría también votarse? ¿No serían capaces mis colegas de diseñar firewalls suficientemente seguros como para impedir el fraude electoral cuando se reciben votos por internet? Creo que sí, y creo que lo podrían hacer muy bien. Y hasta podría mercadearse en el exterior, luego, ese sistema sin necesidad de utilizar el portugués o el "portuñol". ¿O vamos a seguir, también en eso, el ejemplo del Presidente Kirschner y le vamos a ceder, también en esto, la derecha al Brasil? ¿Esperaremos también que el Brasil nos represente no sólo en el Consejo de Seguridad de las NN.UU. sino también en el mercado internacional del software? Sinceramente, no lo creo.
Creo haber analizado aquí los argumentos expuestos por el ministro González. Espero que el Senador Korzeniak logre convencer al Parlamento y al Poder Ejecutivo, para evitar su veto, que debe facilitarse, que no concederse, el derecho constitucional al ejercicio de uno de los derechos políticos de los orientales que vivimos en el exterior. Nacimos, vivimos y moriremos orientales. ¿No podremos votar como orientales también? Seguramente el Profesor Korzeniak tendrá argumentos más sólidos aún que estos que, en mi modestia de conocimientos sobre el Derecho Constitucional, presento.
Saluda al señor Director con atta. Consideración,
Ariel Víctor Manzur Juayek - C.C. AKB 9692