Los conspiradores buscan empleo en Paraguay
por Hugo Vera Ojeda
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Si existiese una máquina que midiera las metidas de patas de un gobierno, seguro que en Paraguay ya hubiera colapsado. El gobernante Fernando Lugo, como es sabido, ya desde su primer discurso estuvo mal, entre otras cosas: donó su sueldo con aires de populista y hoy pide que se lo devuelvan nada más y nada menos que para una prestación alimentaria de un hijo reconocido a la fuerza.
Pero ese es solo uno de los tantos hechos desprolijos que sacuden a su mandato a un año de haber ganado las elecciones. Un balance más o menos benigno arroja un resultado de que el ex obispo está más desorientado que ningún otro gobernante en la historia del Paraguay, incluso de aquel que fue puesto por dictamen de una Corte Suprema amañada. Para un liberal es muy incómodo hablar de la vida privada de alguien, pero no podría callarme cuando esa imagen de hombre “bueno” altamente honesto, que ha donado su sueldo a los pobres, que viste sencillo, que ha derramado lágrimas en público por los niños de la calle y que ha mencionado que para solucionar el problema de la corrupción se debe dar un certificado de defunción a la impunidad, hoy está diciendo que mintió a todos los que creían en su imagen, demostrándose que ha sido un hipócrita mas de los tantos políticos que nos tenían cansado.
Algunos dicen que fue un valiente en reconocer la paternidad de su hijo, pero lo hizo a punta de lanza y lo que es peor, ahora aparece una denuncia más y se habla de otra más. No estoy juzgando su vida personal, solo que se ha valido de una imagen que resultó ser falsa, pues quedó demostrado que no ha sido honesto, lo que le resta autoridad para reclamar a otros que lo sean. Es lamentable que el desastre que significó su gobierno hasta hoy, se intente corregir con un re lanzamiento de su gobierno, como si se tratara de una página Web o algo así, cambiando simplemente a hombres de un sistema que nada tiene de diferente al que se ha tardado 60 años en desalojar, como si fueran los hombres el problema.
La infaltable excusa de echarle la culpa a otros también está muy de moda entre su camarilla de gobierno que acusan a su vicepresidente, a los Oviedistas, a los Nicanoristas y todos los que se les ocurran de conspiradores, solo que, para ser honestos los Fouche, los Tayllegrand, los Richelieu y otros grandes conspiradores, estarían hoy buscando trabajo en Paraguay, pues con un gobierno así, ¿quién necesita contratar conspiradores?
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