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Año V Nro. 336 - Uruguay, 01 de mayo del 2009
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El 16 de abril, funcionarios policiales ingresaron a un hotel céntrico de Santa Cruz de la Sierra y mataron a tres hombres que se encontraban durmiendo, bajo la presunción de que eran mercenarios que fueron a Bolivia a asesinar al presidente Evo Morales. Un día antes en la misma ciudad, explotó una bomba en la casa del Cardenal Julio Terrazas, quien ha tenido innumerables tropiezos con Morales, que está empecinado en erradicar la religión católica y el poder de la Iglesia de la nación andina. Antes de ingresar al hotel, los policías desconectaron las cámaras de vigilancia y borraron de las computadoras los datos de los huéspedes. Inmediatamente, con eficiencia inusual, y sin tener datos provistos por los supuestos conspiradores, porque para entonces estaban muertos, descubrieron lo que denominaron “un arsenal” compuesto por viejos fusiles con el sello del ejército boliviano, en un lugar completamente alejado del sitio del suceso, perteneciente a la Cooperativa de Teléfonos de Santa Cruz. Durante la redada no hubo ningún policía herido, ni evidencias de disparos en ningún lugar más que en la habitación de los fallecidos, sin embargo los agentes afirman haber tenido un tiroteo con los sospechosos, hecho negado por los residentes del hotel. Las víctimas son un irlandés, un boliviano-húngaro y un croata. Casi simultáneamente apresaron en otros puntos, a un boliviano-croata y otro húngaro. Días después, el 23 de Abril, la policía boliviana allanó una sinagoga de la localidad de Rurrenabaque, un centro turístico a 400 kilómetros de La Paz, donde detuvieron brevemente y sin explicación a mochileros israelíes que se encontraban en el lugar. Las cancillerías de Dublín, Budapest, y Zagreb, se pronunciaron en defensa de sus súbditos asesinados, e iniciaron los oficios correspondientes exigiendo al gobierno boliviano que aclare la situación, hecho que puede derivar en serias penalidades para el régimen indigenista que obró de forma ilegal, eliminando a los sospechosos sin ofrecerles rendición ni darles opción a un juicio. El proceder de Morales es intimidante y despótico. Ni los más agresivos dictadores militares del pasado fueron tan abusivos como el presidente indígena. Los militares bolivianos, por regla general, no asesinaron, ni confinaron a prisión a sus opositores políticos; los exiliaron. Lo acontecido muestra que Morales se siente fuerte e intocable. El aparente humilde campesino, vuelve a mostrar su verdadero rostro, cruel y salvaje, actuando impunemente. Es que lo viene haciendo desde hace 20 años sin que nadie lo detenga. Desde que empezó su carrera política, ésta ha estado manchada de sangre. No ha habido un solo año en el que Evo Morales no haya causado víctimas, ya sea desde la oposición o desde el gobierno, y siempre culpó a sus adversarios de sus propios crímenes y desmanes. Evo Morales es el presidente más hipócrita, reaccionario y sanguinario que ha tenido Bolivia en los últimos 50 años. Pero esta vez está jugando con fuego. La popularidad de la que gozaba en los ambientes progresistas europeos se acaba de desmoronar. Su ignorancia y arrogancia es tal, que dijo que los gobiernos involucrados “no tienen ninguna autoridad para exigir informes”. Continuó en su rústico español (y no habla otro idioma): "Es muy grave, yo puedo pensar que ellos entonces son los que han mandado acá a atentar contra la democracia… muy grave. Soy capaz de procesarlos a ellos, es mi deseo, pero no soy jurista". Aumentando leña al fuego, el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, que fue terrorista, y cumplió condena por sus actos, dijo que los supuestos mercenarios fueron contratados por personas vinculadas a algunos empresarios privados. El temor en las clases productivas empieza a cundir. El gobierno ha movilizado tropas militares a la ciudad de Santa Cruz, bastión de la oposición. Es evidente que Morales desea concentrar fuerzas represivas en el lugar, alegando que hay intentos de secesión o de derrocarlo, obstaculizando las posibilidades de que se organice la ciudadanía para hacerle frente en las próximas elecciones generales de Diciembre.
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