El fracaso en la OMC deja al Mercosur en jaque, según analistas brasileños
por Eduardo Davis
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El fracaso de la Ronda de Doha, aunado a los problemas en el campo argentino y la crisis alimentaria mundial, generó hoy temores en Brasil sobre el futuro del Mercosur y las dificultades del bloque para la búsqueda de acuerdos bilaterales.
Los últimos movimientos de Brasil en el complicado ajedrez de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que no bastaron para impedir el naufragio de la Ronda de Doha, llevaron al país a aceptar algunas propuestas de Estados Unidos y la Unión Europea (UE) rechazadas en forma tajante por sus socios del Mercosur.
Según informaron medios locales desde Ginebra, esa actitud de Brasil llevó al negociador argentino, Alfredo Chiaradía, a calificar de "traición" la posición brasileña y a admitir que "creó tensiones en el seno del Mercosur", que también integran Uruguay y Paraguay.
El daño que el fiasco de la Ronda de Doha ha hecho o puede hacer al Mercosur en el futuro inmediato fue admitido también por muchos y reconocidos analistas brasileños, como el ex ministro de Hacienda Rubens Ricupero.
"La mayor derrota para Brasil en Ginebra ha sido con Argentina, su principal socio en el Mercosur", dijo Ricupero, quien consideró que "al acercarse a Estados Unidos y la UE" en los tramos finales de las negociaciones, la diplomacia brasileña "acabó desgastada con otros países emergentes".
El ex ministro afirmó al diario O Globo que "la relación con Argentina ha empeorado" y previó que el fracaso en la OMC "dejará cicatrices" tanto en el Mercosur como el Grupo de los 20 (G20), formado por naciones en desarrollo que presionaron por el fin de los subsidios agrícolas en los países más ricos.
Con esa visión coincidió el vicepresidente de la Asociación Brasileña de Comercio Exterior, José Augusto de Castro, quien dijo que ahora el único camino para que los países en desarrollo amplíen su comercio agrícola será la búsqueda de acuerdos bilaterales con Estados Unidos y la UE.
En el caso de Brasil, apuntó que "está preso al Mercosur", cuyas normas imponen que los acuerdos bilaterales deben ser negociados en conjunto por los cuatro miembros, que en el tramo final de la Ronda de Doha asomaron posiciones discordantes.
Las negociaciones del Mercosur para un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos se estancaron hace años, mientras que con la UE habían quedado supeditadas al resultado de la Ronda de Doha, lo que ahora las deja en la mayor incógnita, coincidieron otros analistas.
Según de Castro, ha quedado claro que "Brasil y sus socios del Mercosur tienen intereses diferentes, incluso por las diferencias de tamaño de sus economías".
Esos diferentes intereses en el comercio global se ahondan con la crisis que enfrenta el campo argentino y se agravan aún más con la subida de los precios de los alimentos en el mundo, que distorsiona el comercio agrícola, dijeron a Efe fuentes de la Confederación de Agricultura y Pecuaria de Brasil.
Fuentes políticas consultadas por Efe admitieron que el fin que ha tenido la Ronda de Doha puede causar problemas en el seno del Mercosur, cuyo Parlamento incluso aprobó el pasado lunes una moción en la que exigió "mantener la unidad" del bloque, en claro mensaje a la posición de Brasil en Ginebra.
En el gobierno brasileño se confía en que, si existen problemas, serán solucionados directamente por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien el próximo lunes se reunirá en Buenos Aires con la mandataria argentina, Cristina Fernández de Kirchner.
La visita de Lula estaba prevista antes del naufragio de la Ronda de Doha, pero según declararon portavoces del gobierno brasileño, "adquiere más relevancia ahora, pues sin duda servirá para limar las asperezas que puedan haber surgido" en Ginebra.
Para otros analistas, las consecuencias del fracaso en la OMC pueden ir, en el caso de Brasil, más allá del propio Mercosur.
"En forma imprevista, el país cedió más que sus socios y eso ha perjudicado uno de los principales objetivos de la diplomacia brasileña: representar a los países emergentes", sentenció João Augusto de Castro Neves, analista de la empresa CAC Consultoría Política.
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