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Terminó el fútbol uruguayo…
(Temporada 2007/2008)
por Fernando Pintos
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Se clausuró, el pasado domingo 28 de julio en Uruguay, la temporada futbolística 2007/2008, con resultados para todos los gustos. Defensor Sporting, que trabajó todo el año con seriedad, regularidad y gran sentido profesional, fue Campeón del Torneo Apertura y del Campeonato Uruguayo, además de vapulear a Peñarol y todas sus «pacoestrellas», a las cuales dejó debidamente estelladas, en tres partidos consecutivos que se disputaron en un lapso de dos semanas. ¡Casi nada! Peñarol, que desde finales del Apertura formó un equipazo de estrellas por exclusiva gentileza de Francisco Casal, ganó los últimos dos clásicos oficiales (Clausura y Liguilla), se coronó Campeón del torneo Clausura y, aunque a duras penas y por medio de un Repechaje, tendrá la oportunidad —tras largos años de mirar desde fuera, con la ñata pegada a la ventana— de disputar un lugar en la Copa Libertadores 2009… Decepcionante desenlace y frustración renovada para los de la calle Maldonado. En cuanto a Nacional…¡Nacional! ¡Por Dios bendito! Perdió el Apertura y el Clausura. Perdió, de manera categórica, los dos últimos clásicos contra Peñarol. Pero, como premio consuelo, ganó los dos torneos del verano (con clásicos incluidos, y de manera categórica) y se coronó Campeón de la Liguilla en una final contra el mejor equipo del año e indiscutible Campeón Uruguayo: Defensor Sporting. Todo esto último, merece comentario.
Queda fuera de toda duda que esta directiva del Club Nacional de Football ha puesto a la institución de patas para arriba, y ello está debidamente confirmado por los pobres resultados deportivos. Para empezar con la reseña de errores groseros y muy gravitantes, bastaría citar el manoseo de que hicieron objeto a un entrenador irreprochable como Martín Lasarte. La manera cómo sacaron del club a otro muy buen entrenador como Daniel Carreño. Los desaciertos múltiples a la hora de incorporar nuevos jugadores al plantel. La nefasta presencia del señor Daniel Enríquez como Gerente Deportivo. Las constantes apariciones de un presidente que abriga la enajenada creencia de ser una verdadera estrella mediática. Y, para colmo, esa malversación incesante del mayor capital tricolor: los jugadores juveniles formados en la institución. A este respecto, baste un dato que fue publicado por «El País» en su edición digital del martes 29 de julio recién pasado: Cardacio, un jugador de enormes condiciones, le fue entregado en carácter de pura bagatela a ese vampiro tenebroso que vive rondando la sede de la Avenida Ocho de Octubre, el contratista Bentancur, por ¡apenas 500 mil miserables dólares! Y el citado draculoide, ni corto ni perezoso, no esperó siquiera el final de la Liguilla para llevarse el jugador a Europa, donde lo venderá en varios millones de dólares. Desde que esta directiva nefasta asumió la conducción de Nacional, esa epidemia —mal vender alegremente los mejores juveniles formados en las inferiores del club— ha tomado proporciones catastróficas. Y, después de todo, ¿para lograr qué resultados los han estado poco menos que regalando? Recuérdese, ahora, que el plantel de Nacional se la ha pasado sin concentrar y manifestando evidentes señales de malestar, en todas las instancias finales de los campeonatos que le han correspondido a esta directiva. Y todo fue debido a que siempre, con una regularidad asombrosa, aconteció que se les adeudaban varios meses de sueldos a los jugadores… ¿Por qué maldita razón, cada vez que Nacional entra en instancias definitorias de un campeonato —Apertura, Clausura, Liguilla, Libertadores— comienza a hacerse evidente el enojo y la rebeldía del plantel por el pertinaz atraso en los pagos? ¿Habrá alguien que lo pueda explicar? Porque, por mi parte, apenas encuentro una única, solitaria explicación: la institución está en manos de una partida de mediocres, irresponsables y corruptos.
Así y todo, cabe destacar que Peñarol, después de ser eliminado por Defensor Sporting en la final del Campeonato Uruguayo de Fútbol, afrontó la Liguilla en condiciones óptimas para ganarla: todo su plantel de «pacoestrellas» (y aindamais) completo, sueldos al día, etcétera. Nacional, por el contrario, llegó a esta Liguilla 2008 terriblemente diezmado desde el mismo arranque. En los días previos a su primer partido del torneo, había perdido un número apreciable de titulares y suplentes de peso. Perdió el clásico, pero, así y todo, llegó en primer lugar al final de la Liguilla, con la misma puntuación de Defensor Sporting: un diez clavado. Peñarol terminó con apenas ocho puntos, que debieron ser siete, porque en el último partido contra Rampla Juniors: 1º) su primer tanto fue obra de un defensa picapiedra que lo metió en su propia valla; 2º) su segundo gol estuvo en absoluto viciado de nulidad, por tremenda falta de ataque contra el arquero, lo cual fue olímpicamente ignorado por el árbitro Capone (Sorry! Quise decir «Prudente»); 3º) en los últimos segundos del partido se salvó de un gol por puro milagro… En definitiva, el gran resultado de Peñarol para el final de temporada fue asegurarse un boleto de Repechaje para la Libertadores del año venidero.
Pero sigamos con Nacional. En el último partido de la Liguilla, contra Danubio, comenzó alineando cinco titulares de la temporada regular y terminó con apenas tres y sólo diez hombres en el campo (otro Corleone con disfraz de árbitro se encargó de validar un gol viciado de nulidad en favor de Danubio y, para agregar al pastel una guinda más grande que el Palacio Salvo, expulsó a Mauricio Victorino y lo dejó automáticamente fuera de la final). Y en la final contra Defensor Sporting, Nacional alineó apenas tres titulares de la temporada regular, y uno de ellos improvisado en una posición que le era ajena. Sin embargo, ganó ese partido y lo hizo con justicia. Ahora, la nefasta junta directiva de Nacional comienza a manejar la posibilidad de encontrar en el técnico Gerardo Pelusso la bienvenida cabeza de turco que, de alguna manera, encubra, a nivel mediático, esa carretada de enormes desaciertos que dejaron al club casi con las manos vacías, en el desenlace de este Temporada 2007/2008. En realidad, si quieren en verdad arreglar algo y beneficiar al club, sólo tienen u camino: renuncien y váyanse todos a sus casas. Por supuesto que eso lo harían si tuvieran dignidad, decencia y un poco de amor por Nacional. O sea que ni por broma harán algo por el estilo. Como es harto sabido, el ser un cretino, un estúpido o un mediocre no significa que se vaya a mascar vidrio.
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