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No preguntes lo que tu país te puede dar, sino lo que tú puedes darle a él.
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Año V Nro. 389 - Uruguay, 07 de mayo del 2010 |
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Después de una larga charla con mi amigo Alzheimer, me puse a recordar algunas cosas que quedaban pendientes en mis neuronas, como por ejemplo conocer la ciudad de San José, visitar 25 de agosto, ir con mi Sra. nuevamente a las termas, no sé si Guabiyú o Daymán, porque las de Almirón está muy complicado para poder ir, no hay buen transporte. Bueno como decía empecé a acordarme de cuando un 25 de agosto me fui a Tacuarembó a ver a mi primo Juan Ariel, y a conocer la parte de la familia ignorada que era los Piguillem. Parece mentira pero no pude avanzar mucho, porque como que el árbol genealógico no era muy conocido y la gente no tenía ningún interés de decir quiénes eran sus ancestros. Allí fue cuando conocí, el famoso balneario Iporá en Tacuarembó, cuando fuimos con mi primo, y también el Valle Edén, con su museo de Gardel. Fueron unos lindos días (en el decir porque llovió toditos los días de los tres que fuimos) por estar con mi primo y disfrutar de las charlas en familia. El balneario fue algo hermoso, y sigue siendo por eso comparto con Uds. algo de lo que allí se ve
Balneario Iporá, situado entre cerros a 7 kilómetros de la ciudad de Tacuarembó (Uruguay), conforma un complejo en el que se han creado entre otras cosas, dos lagos artificiales, una pileta de natación, zona de camping, paradores, un barrio residencial y un segundo parque, el “Presidente General Manuel Oribe”. Las aguas del lago se pueden disfrutar desde playas sus playas de tosca, o desde sus prados o montes que llegan hasta la misma orilla. El proceso de construcción del balneario y del lago central, entre 1950 y 1968, se gestó como un emprendimiento de propiedad privada en la mente de Felipe Albornoz, gerente de la sucursal local del Banco de Casupá, quien hizo parcelar la zona y organizó la venta de terrenos en Tacuarembó. Precisamente, a mediados de la década de los años 50, Felipe M. Albornoz da Costa, ideólogo y propulsor de la obra, junto a su familia, se radicaron en Tacuarembó brindándose por entero a cimentar el desarrollo empresarial y además social. El predio inicial, compuesto por unas 200 hectáreas, había sido inicialmente forestado con unos 500.000 eucaliptus por industriales italianos. Fue posteriormente vendido a otros inversores y finalmente comprado por Albornoz. Pero al momento de la explotación de la madera, el mal estado del camino hacía que el negocio no cerrara. Así, parado en la cima del cerro en donde se encuentran hoy la piscina y el parador, miraba en su entorno las atractivas serranías, los campos y las arboledas, y la ciudad “ahí abajo”, allí nomás, casi dejándose acariciar.
Pero todas las demás condiciones estaban dadas, y la gestación de Iporá comenzó. Estudios hidrológicos mediante, se inició la perforación de un pozo semisurgente. Llegado a los 96 metros de profundidad, mediante bomba de inmersión se logró una extracción de un caudal permanente de 6.200 litros por hora. Un generador suministraba la energía eléctrica. En forma casi simultánea, se inició la construcción del característico parador hexagonal de paredes totalmente vidriadas y la de una piscina de medidas olímpicas en forma de "L". La escasez de maquinaria era suplantada por abundante mano de obra y la acción se realizaba en forma muy dinámica y entusiasta. Hacia mediados de los años 1970 buena parte de los integrantes de la Asociación de Propietarios -que había quedado a cargo de los bienes comunes del balneario- se encontraba detenida a consecuencia de la dictadura. Dicha Asociación no pudo afrontar los gastos, por lo cual el municipio de Tacuarembó se hizo cargo, pasando los bienes comunes a propiedad estatal.
El nombre Iporá había sido propuesto por Carlos Raúl Ríos en concurso abierto, cuyo premio era –ni más, ni menos- uno de los terrenos del fraccionamiento original. Iporá es el nombre de una ciudad brasileña del estado de Paraná; significa "agua hermosa", aunque hay quienes conjeturan que procediendo del guaraní, debió haberse escrito “Yporá”. El lago se hizo realidad cuando el intendente de la época, Norberto Bernachín, tomó con gran entusiasmo la obra, disponiendo que mediante el empleo de maquinaria pesada, se procediera a utilizar rocas de un cerro allí existente como material de compactación para cimentar el imprescindible terraplén de contención de aguas del lago, un embalse de más de 13 hectáreas que se habilitaría para baños y pesca, procurando en sus orillas espacios de playa, de rocas, de ramblas, montes de pinos y eucaliptos. El movimiento de tierras y rocas superó los 150.000 metros cúbicos; cuando se registran lluvias torrenciales, el agua que excede el almacenamiento se evacua en forma natural por un escape que irriga hondonadas del lugar. El ideólogo del balneario miraba lo que se estaba haciendo y visualizaba lo que se podía aún hacer. Así fue que contrató al ingeniero agrónomo Pablo Briz Araújo para diseñar el enjardinado con plantas de gran colorido y arbustos que una vez crecidos no obstaculizaran ni la vista general del lago, ni del cielo y ni el verde intenso de las serranías del lugar. Canteros con hortensias multicolores, palmeras de jardín, espumillas y los jardines de las viviendas que se han construido, otorgan cada vez más la belleza que se pretendía lograr.
La zona de camping puede alojar unas 200 carpas y cuenta con baterías de baños con agua caliente, churrasqueras, canchas deportivas y un pequeño parque infantil. Un camino asfaltado une los siete kilómetros que separan Iporá de la capital, lo que estimula a que casi 100 familias tengan allí su residencia permanente. En un predio lindero de 600 hectáreas se erige el Parque Oribe, con otro lago artificial de 37 hectáreas, en el que se practican deportes náuticos. Dadas las características onduladas del terreno, se estudia cuidadosamente la forestación, investigándose que variedades y en qué zona se plantarán para que surtan el efecto y los resultados deseados. Esta enorme extensión de tierra trocada en parque, luce variedad de especies y cuenta con un vivero propio instalado en el mismo predio. Compilación LDI Fuentes: Wikipedia; www.uruguay.enelmundo.com.uy; www.tacuy.com.uy; http://arte-cultura-del-uruguay.blogspot.com; http://arte-cultura-del-uruguay.blogspot.com Compartir este artículo en Facebook © Walter Panizza para Informe Uruguay
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