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No preguntes lo que tu país te puede dar, sino lo que tú puedes darle a él.
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Año V Nro. 390 - Uruguay, 14 de mayo del 2010 |
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El 24 de abril de cada año desde 1916, los armenios recuerdan a las víctimas del genocidio que sufriera su pueblo a manos del Imperio Otomano. Se calcula que en esa limpieza étnica llevada a cabo en el territorio de la actual Turquía en 1915, fueron asesinados un millón y medio de personas. En 1915, el Imperio otomano era gobernado por los llamados Jóvenes Turcos, estos, un grupo de cadetes progresistas, habían derrocado al Sultán Abdul Hamid II, que fuera desterrado en 1909. Al comenzar la Primera Guerra Mundial, el gobierno estaba dirigido por los generales Cemal, Enver Baja y el ministro Talat Baja, que conformaban el triunvirato. A pesar de que se dice que esta masacre no fue autorizada por el triunvirato los tres gobernantes asumieron toda su responsabilidad. En 1919, fueron condenados a muerte en rebeldía ya que se habían escapado. Posteriormente los combatientes armenios de las organizaciones nacionalistas los fueron encontrando y ejecutando uno a uno. Pero, ¿cuáles fueron las causas del genocidio? Los armenios residieron en territorio del Imperio Otomano durante siglos. Siempre habían sido discriminados por motivos religiosos, ya que eran una minoría que profesaba el cristianismo, en una sociedad de mayoría musulmana. Además, la comunidad armenia, en su mayor parte conformaba el estrato económico superior, controlaban el comercio y las finanzas. Eran la fuerza que galvanizaba la economía del país. Esto despertó envidias, agresiones físicas e incluso deportaciones.
Al terminar la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña y Estados Unidos, conformaron una comisión con el objetivo de investigar el genocidio armenio. Comparto uno de los testimonios entregados a la misma, de un sobreviviente de la tragedia: “Los turcos agruparon a casi 2000 armenios, los rociaron con gasolina y los prendieron fuego. Yo estaba dentro de una iglesia a la que también querían incendiar con nosotros dentro. Mi padre, que pensaba que toda su familia estaba a punto de morir, nos llamó y nos dijo algo que nunca podré olvidar:
Lo increíble es que ha pasado casi un siglo y Turquía todavía rechaza las acusaciones sobre el genocidio cometido al pueblo armenio. A su vez, castiga con pena de cárcel a cualquiera de sus ciudadanos que lo reconozca en público. Se dice que el gran temor de Turquía para reconocer el genocidio es que la comunidad armenia mundial exija una compensación material y territorial. Urge que el gobierno y pueblo turco desarrollen un ejercicio de asumir responsabilidades del pasado y poder iniciar la reconciliación con el pueblo armenio poniendo fin a uno de los episodios más trágicos del siglo XX. ¡Hasta el próximo análisis…!
Compartir este artículo en Facebook © Lic. Washington Daniel Gorosito Pérez para Informe Uruguay
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