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Año V Nro. 360 - Uruguay, 16 de octubre del 2009
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Da la impresión que el Frente Amplio anda más perdido que turco en la neblina. A cualquiera que los ve de afuera y analiza algunos aspectos de sus actividades actuales este parecería ser el caso. Lo primero concierne al presidente de la república. El sólo hecho de que no lo reciba al Sr. Mujica Cordano, candidato de su coalición a sucederlo en el cargo, indica enormes diferencias en la propia coalición y el consiguiente desconcierto para la militancia. El sólo hecho de que en flagrante violación de la carta magna el presidente deba salir a ‘defender' su gestión (sic) habla a las claras de la desconexión entre nuestro primer magistrado y su aparato político. Un presidente no debería tener que defender su gobierno, para eso están sus legisladores y su aparato partidario. Un presidente debería dedicarse a gobernar exclusivamente, ya que cuando asume ese altísimo cargo deja de ser solamente representante de un partido y pasa a serlo de todos sus conciudadanos, sin excepción. En cuanto al candidato de la coalición de izquierda, no sé que da más, lástima o vergüenza ajena. Por un lado se lo ve disculpándose a diestra y siniestra por sus dichos en el libro ‘Pepe Coloquios' . En este caso da lástima porque se lo ve tratando de hacer control de daños por sus dichos que nadie duda sean lo que realmente piensa. Trabajo harto difícil por más que el vulpino Mujica trate de explicar lo inexplicable. Da vergüenza ajena ver como un candidato a la presidencia ha sido amordazado por sus ‘handlers', hablando en términos equinos, para evitar que siga metiendo la pata. Da vergüenza ver como Astori en su rol de eterno segundón se retuerce en el estilete de las incongruencias de su socio político y trata de acomodar el cuerpo, racionalizando lo absolutamente irracional. Ni hablemos de las presiones internas de la coalición frenteamplista en esa verdadera ensalada de ideas y principios que encierra. Cuando pierdan las elecciones, las recriminaciones y los ajustes de cuentas serán sangrientos y dignos de ver. Por todo esto parecen un turco en la neblina buscando ubicarse, buscando un norte mientras la neblina de sus propias contradicciones los cubre y no les permite ver claramente ni hacia donde van, ni siquiera tener noción de una dirección aproximada. Para ser gobierno se debe tener un buen sentido de orientación y una idea muy clara de donde se quiere llegar. Dejemos entonces, a los turcos en oriente a salvo de neblinas, porque acá en la banda oriental las neblinas abundan y caen en cualquier época del año. El Partido Nacional y el Dr. Lacalle en el gobierno marcan sin duda el rumbo más seguro para todos los uruguayos por más neblina que haya. Así será. © Michael S. Castleton-Bridger
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