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Año V Nro. 326 - Uruguay, 20 de febrero del 2009   
 

Visión Marítima

historia paralela

 
Walter Sánchez Sedez

El País SIN Rumbo y SIN Timonel
por Walter Sánchez Sedez (Perfil)

 
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         Ha pasado un tiempo considerable desde que el Senado trató por última vez la ley que modificó la composición y cometidos del INAVI. Preferí dejar pasar ese lapso de tiempo, porque fue mucha la indignación que recaló en mí, al ver la mediocridad e hipocresía en los actores del Poder Ejecutivo (los del MGAP en particular), elaborando un verdadero MAMARRACHO como justificación del “por qué” de la modificación del funcionamiento de una figura Para-Estatal qué, cuando funcionó mal, siempre fue por la pésima actuación de los actores del gobierno y no por la representación de los actores privados en su Consejo de Administración.

         En efecto, el 29 de diciembre pasado y pasadas las 18 y 30 horas, el senado de la República aprobó afirmativamente por 21 votos en 20, el proyecto de ley remitido por el Poder Ejecutivo por el que se modificaban diversas disposiciones relativas a la estructura y funcionamiento del Instituto Nacional de Vitivinicultura, Carpeta Nº 819/07, que luego de votarse, pasó al Poder Ejecutivo a efectos de convertirse en ley.  

         El miembro informante por el oficialismo fue el Senador Jorge Saravia, quien trató el asunto con austerísima brevedad (lo que no hizo para otros puntos de los que también fue el miembro informante) que sorprendió al mismísimo senador Mariano Arana quién todavía no había “calentado” el sillón de presidencia en virtud de la “huida” de sala del senador José Mujica Cordano que presidía hasta entonces y también, del senador Eber Da Rosa (presidente de la Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca del Senado) “aletargado” en su sillón, sin darse cuenta que Arana hizo votar el proyecto pasando rápidamente al siguiente punto.

         Mujica no quería presidir el Senado cuando este tema fuera considerado pues, al ser un proyecto elaborado siendo ministro de Ganadería, quedaba de manifiesto con meridiana claridad la insuficiencia intelectual y escasa cintura política de los redactores del proyecto cuyas toscas manos y embotadas cabezas, lo elaboraron cuasi estuvieran en un boliche, filosofando, a un ritmo como el que nos tiene acostumbrados el hoy presidenciable Pepe y, además, porque había dado la orden de que al Centro de Viticultores del Uruguay, gremial de carácter nacional y de primer grado “no se le recibiera en la Comisión de Ganadería del Senado”, como lamentablemente sucedió.

         Al respecto, resultará conveniente recrear para los lectores, la versión taquigráfica de la reunión de la Comisión de Ganadería del Senado del día 29 de mayo de 2008, Distribuido Nº 2484, presidida por el senador Eber Da Rosa y con la concurrencia de los señores senadores, Francisco Gallinal, Gustavo Lapaz, Eduardo Lorier, José Mujica y Jorge Saravia, actuando en la secretaría la señora Lydia El Helou.

         La reunión comenzó a la hora 15 y 28 minutos con la clásica costumbre del presidente: “Habiendo número, está abierta la sesión” y continuó planteando, “En la sesión anterior había quedado postergado el artículo 7º y, sobre otros, el señor Senador Saravia adelantó que haría propuestas.”, dándole inmediatamente la palabra al Senador en cuestión.

         La discusión transcurre normalmente y culmina con la siguiente trascripción que hemos recogido de la Versión Taquigráfica original en palabras del presidente de la Comisión, Senador Da Rosa.

“SEÑOR PRESIDENTE.- En consideración.                                                                                              Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.                                                                 (Se vota:) 5 en 5. Afirmativa.  UNANIMIDAD.Ha quedado aprobado el proyecto de ley.Propongo al señor Senador Saravia como Miembro Informante.
SEÑOR SARAVIA.-En virtud de que la sesión del Senado del próximo martes seguramente será un poco extensa, se me ocurre que podríamos incorporar este proyecto de ley en el orden del día de la sesión del miércoles.
SEÑOR PRESIDENTE.- Dese cuenta de los asuntos entrados.
                (Se da de los siguientes:)
-    “El Centro de Viticultores del Uruguay solicita audiencia a los efectos de tratar este tema.
-    La Unión Europea comunica que reabre mercado europeo a la pesca uruguaya.
-   La Junta Departamental de Salto envía nota relativa a la ‘Extranjerización de la tierra en el Uruguay’.”
No habiendo más asuntos a considerar, se levanta la sesión.
(Así se hace. Es la hora 15 y 55 minutos)”

         Resulta vergonzoso qué habiendo recibido en tiempo y forma la solicitud de audiencia del Centro de Viticultores del Uruguay, ésta haya sido “encajonada” y se diera cuenta de tal solicitud, el mismo día en que la Comisión termina de discutir el asunto y nombra al miembro informante.

         Esto en buen romance, es una falta de respeto a la democracia y a las instituciones que fuera del Parlamento construyen el país día a día; es una tomadura de pelo por parte de quienes se dicen representantes del pueblo, ya que no quedó registrado, que ninguno de los señores senadores al “enterarse” de la solicitud de audiencia de la organización más antigua de la vitivinicultura (Centro de Viticultores del Uruguay) creada en mayo de 1932, con asiento en el corazón de la ciudad de Las Piedras, capital de la “Uva y el Vino” como lo ha definido una ley, fuera recibido.

         Esta maniobra la llevó adelante el senador José Mujica con la complicidad del senador Eduardo Lorier del Partido Comunista, el mismo que estuvo ausente del Senado de la República durante casi tres meses el año pasado, con parte de “Falta con aviso”, pero cobrando su salario, con el único propósito de impedir que su suplente ingresara al Senado.

         Desde la Exposición de Motivos del proyecto de ley, que habitualmente es la antesala del contenido de la propuesta, comienza a faltársele el respeto al INAVI como tal, pero fundamentalmente a los integrantes de las gremiales privadas, cuando se expresa:

“…En este proyecto se obtiene un equilibrio adecuado entre los distintos sectores representados en el Directorio, así como hacia su gestión, haciendo aplicable los mecanismos constitucionales instaurados en los artículos 197 y 198 para los Directores de Entes Autónomos y Servicios Descentralizados, lo que permitirá reglamentar el funcionamiento interno del Instituto de acuerdo a las disposiciones contenidas en la ley de su creación.

Se tiende a evitar que los intereses públicos y la administración de los dineros públicos terminen confundidos o supeditados a los intereses privados, cuando los representantes de éstos se constituyen en una amplia mayoría monopolizada a su vez por un número reducido de delegados.

De la práctica cotidiana y del resultado de la auditoría llevada a cabo por la Auditoría Interna de la Nación en el Ejercicio cerrado el 31 de diciembre de 2005, se concluye que hay una serie de problemas en la estructura y en el funcionamiento económico financiero del Instituto que es necesario corregir.

En el último se concluye que no se ha manejado la contabilidad de
acuerdo a los principios que establece la normativa vigente de la República y se indica que no se puede afirmar que la contabilidad cumpla con los requisitos de integridad, oportunidad, verificabilidad, comparabilidad y confiabilidad que permitan asegurar la razonabilidad de la información contenida en los estados contables.

Se constataron irregularidades en materia de registros de recaudación, de gastos de recaudación y retribuciones personales, todos aspectos vinculados al funcionamiento del organismo que administra el Instituto, sus controles y el cumplimiento de las normas.

Como consecuencia de lo expresado debe concluirse que la carencia de orden que rige en el INAVI, así como las responsabilidades de cada una de las partes que lo conforman, han demostrado ineptitud para administrar la gestión, motivo por el cual corresponde una inmediata reestructura.”…

         La exposición de motivos y el proyecto de ley están firmados por el Dr. Tabaré Vázquez, Daisy Tourné, Reinaldo Gargano, Danilo Astori, Azucena Berruti, Jorge Brovetto, Luis Lazo, Martín Ponce De León, Eduardo Bonomi, María J. Muñoz, JOSÉ MUJICA, Liliám Kechichián, Jaime Igorra y Marina Arismendi.

         Apabullados por la cantidad de términos culminados en “abilidad", nos encontramos con que ninguno de los integrantes del Gabinete se planteó desde el inicio de la gestión en marzo de 2005 (pese a haber recibido Mujica y Agazzi de quien habla, un informe sobre INAVI) “investigar” rápidamente “antes” de que se blanquearan las irregularidades y pasar a la justicia el resultado de las investigaciones para después sí, adecuar si fuera necesario, para los nuevos tiempos, al Instituto.

         A la borrachera del triunfo de octubre de 2004, le siguió una larga siesta en el ministerio de Ganadería durante uno no sabe por cuanto tiempo, pero que significó el necesario para “limpiar” lo que no estaba bien por parte de unos cuantos actores del estado uruguayo y eso lo aprendimos quienes trabajamos en la investigación parlamentaria sobre las irregularidades en el Sistema Financiero que motivaron aquella ley votada en un fin de semana, para que el “amigo” del Dr. Batlle y luego del Dr. Vázquez, “aportara” y enviara (aunque nunca los vimos) 1.500 millones de dólares para el fortalecimiento del sistema, según nos planteara el diputado Washington Abdala a los 39 diputados del EPFA más quien habla, aquella tarde de domingo a las 13 y 30 aproximadamente en la Antesala de la Cámara: “La plata ya está en el avión, solo falta que confirmemos telefónicamente que la ley esté votada, así que vengo a plantearles una forma de votación un poco “sui generis”. En alguna próxima nota contaré los detalles de aquel episodio.

         ¿Se necesitaba una ley nueva para corregir el funcionamiento en INAVI?  Por haber estudiado su estructura, puedo decir categóricamente que no. El reglamento interno de INAVI le permitía a los representantes del gobierno modificar lo que éste quisiera y cuando quisiera, salvo, que la cabeza fuera torpe, inepta o malintencionada. Si usted tiene las “herramientas” y no las utiliza porque “no sabe” o “no quiere”, es otra cosa, pero que no le echen la culpa a los representantes de los privados porque es por lo menos, sino espurio, intencionalmente torpe.

UN POCO DE HISTORIA

         El Instituto Nacional de Vitivinicultura fue creado por la Ley Nº 15.903, de Rendición de Cuentas y Balance de Ejecución Presupuestal correspondiente al Ejercicio 1986 y publicada el 18 de noviembre de 1987.

         Su creación correspondió al Inciso 07, Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, en los artículos 141 al 154. En ellos, entre otros aspectos, se establecían sus atribuciones y cometidos en el artículo 143; el asesoramiento preceptivo al Poder Ejecutivo en diversos temas relacionados con su cometido, artículo 144; la coordinación con el Poder Ejecutivo a través del MGAP, artículo 145; la dirección y administración del Instituto por intermedio de un Consejo de Administración, artículo 146;  la perentoriedad de que en un plazo de 90 días de su instalación, se dictase su reglamento interno, que fijaría el funcionamiento del Instituto, como así mismo la fijación de su presupuesto que sería determinado por el Consejo de Administración, artículo 152 y en el artículo 153 la reglamentación de las relaciones del Instituto con el MGAP qué se instrumentarían a través de diferentes decretos reglamentarios de la ley por parte del Poder Ejecutivo.

         Desde su promulgación y publicación, el 18 de noviembre de 1987, y la constitución del Consejo de Administración del INAVI, el 23 de junio de 1988, han pasado 21 años durante los cuales el Instituto llevó adelante la política nacional de vinos en el país.

         El 18 de noviembre próximo pasado, el INAVI cumplió la mayoría absoluta de edad (21 años) y el 23 de junio de este año lo haría su Consejo si no se le hubiera ocurrido, debido a la crisis neuronal del entorno de Mujica y del ministro mismo, modificar la ley improvisando este mamarracho político y jurídico que se acaba de votar.

         De los 20 años que cumplió el Consejo en junio de 2008, 12 de ellos fueron presididos por el Sr. Gerardo Alegresa (Foro Batllista), una administración por el Sr. Pedro Passadore (Partido Nacional), 1 y pico por la Ing. Agr. María Auxiliadora Carballo, decisión errónea pero que le permitió al secretario ejecutivo Francisco Zunino “ordenar” su retirada, aprovechando la gentileza de la complicidad ministerial en virtud de la ineptitud y mediocridad de ésta y, los 2 y pico restantes hasta acá, por el enólogo Ricardo Calvo (MPP), quién está convencido de que ganarán las elecciones en “noviembre” y seguirá ejerciendo la presidencia de INAVI en el próximo período de gobierno.

         En el año 1987 todos los partidos políticos con representación parlamentaria, TODOS, estuvieron de acuerdo en la creación de una herramienta que posibilitara el delineamiento de la “Política Nacional de Vinos” que debía tener el país; a ello se sumaron con beneplácito todas, repito, TODAS las gremiales de la industria de la vitivinicultura del país plasmándose en la ley, las aspiraciones de éstas, con la esperanza de que Uruguay pudiera, al contar con un clima y ubicación geográfica excepcional, comenzar a esbozar el sueño de los precursores de la vitivinicultura en el país desde el siglo XIX.

         El acta Nº 663 del 9 de mayo de 1996 recoge la constitución del Reglamento Interno del Consejo de Administración que comienza a tener vigencia a partir de esa fecha. El mismo constaba de 15 artículos, que estuvieron vigentes hasta que el actual presidente (Ricardo Calvo) comenzó a solicitar modificaciones a los mismos en virtud de apreciaciones que provenían del MGAP. Calvo obtuvo los votos sin necesitar tener mayoría en el Consejo, aunque sí, la necesidad de exponer ante el resto de los miembros las modificaciones que el ministerio creía conveniente hacer, intercambiar opiniones y acordar cambios.

         El reglamento de INAVI era perfectamente aplicable y funcional a la estructura del Instituto, en el se fijaban las normas de funcionamiento, sus cometidos, regímenes y periodicidad de funcionamiento, resoluciones, potestades y criterios para la designación del vicepresidente y tesorero entre los miembros del Consejo, atribuciones del presidente, vicepresidente, tesorero y secretario ejecutivo y la constitución de una Mesa Ejecutiva que estuvo integrada por el presidente, el secretario ejecutivo y el tesorero de la Institución con sus correspondientes atribuciones, entre otros.
 

        Trascribiremos dos de los artículos para incorporar claridad al lector y para dejar al desnudo tanta mentira institucional plasmada en la Exposición de Motivos enviada al Parlamento por el Poder Ejecutivo.

DECIMO: Créase el cargo de Secretario Ejecutivo del INAVI que integrará la Mesa Ejecutiva. 
Para desempeñar esa función se designará una persona que deberá tener un amplio conocimiento y experiencia de los cometidos del INAVI y no podrá tener ninguna relación laboral permanente ni coyuntural con empresas relacionadas con el sector vitivinícola.
La persona designada quedará sometida al estatuto del funcionario que rige las relaciones laborales en INAVI.
La designación para el referido cargo tendrá una duración de cuatro años y deberá contar con el voto afirmativo de siete integrantes del Consejo de Administración. Vencido el plazo de cuatro años quien esté desempeñando la función en el cargo nombrado, se considerará reelecto automáticamente, salvo que el Consejo de Administración designe con el voto afirmativo de siete integrantes otra persona para desempeñar la función.
En caso de que el cargo quedara vacante por renuncia o despido de la persona que ocupa el mismo, será sustituido en forma interina por un miembro del Consejo de los sectores privados, hasta que sea nombrado su sucesor.

DECIMO PRIMERO: Las obligaciones del Secretario Ejecutivo serán:
1)  Representar al INAVI conjuntamente con el Presidente y/o demás miembros que el Consejo de Administración designe.
2)  Firmar toda la documentación que emane del Consejo de Administración conjuntamente con el Presidente o Vicepresidente según corresponda y que no competa al Tesorero.                                                                                       
3)  Dar trámite a todos aquellos expedientes administrativos que sean autorizados por el Consejo de Administración.                                                
4)  Disponer todo lo necesario para la ejecución de las resoluciones que adopte el Consejo de Administración o la Mesa Ejecutiva en los casos previstos en este Reglamento.                                                                              
5)  Controlar la redacción de las Actas y ser custodia de las mismas.            
6)  Asistir a las sesiones del Consejo de Administración, salvo en los casos que éste disponga lo contrario, teniendo voz pero no voto.                             
7)  Integrar la Mesa Ejecutiva conjuntamente con el Presidente y Tesorero.  
8)  Concurrir a las misiones y/o reuniones para las que sea designado dentro o fuera del país.                                                                                         
9)  El Secretario Ejecutivo dependerá directamente del Consejo de Administración.

         En buen romance, con la ley de creación de INAVI y el reglamento interno, sólo era necesario tener un “buen” presidente con la “camiseta” del Sector y del país puesta, secundado por delegados de los dos ministerios restantes “compenetrados” con la tarea para posicionar internacionalmente al Uruguay pero fundamentalmente ser respetado internamente en el país, hecho que por cierto no sucede.

         INAVI no funcionó mal (cuando lo hizo) por responsabilidad de los actores privados que lo componían. Lo que se hizo mal fue avalado por los actores del Poder Ejecutivo quienes hacían la “vista gorda” cuando, quien ostentaba la “batuta" como “secretario ejecutivo” y “dueño” de la partitura que se aplicaba en INAVI, lo administraba tal cual fuera un “Club de la 15”.

         Así fue la forma que el enólogo Francisco Zunino se daba para poder manejar diez de los once departamentos o jefaturas que mencionábamos en el informe elevado a los ministros antes de asumir en 2005, que además configuraban la columna vertebral de INAVI. En tres de éstos, funcionaban sub-oficinas o departamentos que registraban no menor importancia de responsabilidad, todas estas dependencias estaban interrelacionadas y dependiendo directamente del secretario ejecutivo; éste, a la vez que informaba, también integraba la Mesa Ejecutiva que estaba compuesta por el Presidente, el Tesorero, el Secretario Ejecutivo y la sección Resoluciones a cargo de una Escribana y una administrativa donde se instrumentaban y comunicaban las Resoluciones a las que arribaba la Mesa Ejecutiva o el Consejo de Administración de INAVI. A su vez, la Mesa Ejecutiva contaba con la asistencia de dos secretarias, una de las cuales (funcionaria de INAVI a la fecha) respondía al enólogo Zunino.

         El Organigrama de funcionamiento del INAVI, le permitió incursionar al Secretario Ejecutivo (enólogo Francisco Zunino) con amplísimos poderes, desempeñándose en ese cargo desde su creación y lejos de depender éste del Consejo, como lo estampa el inciso 9 del artículo 11, era el INAVI quien bailaba al compás que marcaba el enólogo en virtud de la inoperancia del presidente y del ejercicio abusivo que Zunino hacía de su representación política. En todos esos años, Zunino construyó un imperio de poder que le permitió impunemente manejar a su antojo la Institución sin necesitar el mínimo decoro.

         De los once departamentos que tenía INAVI, diez dependían directamente de la secretaría ejecutiva y seis de ellos tenían como jefes, personas de la absoluta confianza del entorno del enólogo Zunino.  En los departamentos donde la jefatura no tenía el sello Zunino, un subjefe lo representaba o estaban los funcionarios distribuidos de tal forma de mantenerlo informado. De los 91 integrantes de la plantilla que tenía INAVI al momento del Informe, Francisco Zunino había incorporado al Instituto una buena cantidad de sus “allegados” que lo acompañaban luego en los comicios electorales (bastaba leer la lista 151515 del 27 de junio de 2004 para las internas, donde se observaba más de una decena de personas que revestían en INAVI y una treintena que tenían de alguna forma vinculación con la Institución a través de Zunino) y, otros que en tiempo de zafra, el enólogo los incorporaba, incluyendo funcionarios retirados del Ministerio del Interior que a su vez lo “acompañaban” personalmente cuando quería ejercer presión sobre algún bodeguero persiguiendo sus fines.

        En síntesis, un club de la lista 15 dentro del INAVI: jefes, subjefes y funcionarios amparados por la administración que culminó el 28 de febrero de 2005, con la complacencia y respaldo del entonces presidente Dr. Jorge Batlle Ibáñez pero “increíblemente” gozando de buena salud desde el 1º de marzo, en un gobierno al que la gente eligió para recuperar la confianza en la administración pública, se transitara con austeridad en los procedimientos y se ejerciera la transparencia de todos sus actos. Qué lejos quedó el júbilo de la noche del 31 de octubre de 2004 para muchos frenteamplistas que soñábamos un país distinto.

         Cuando el ministerio de Ganadería decidió “desprenderse” de Zunino ya todo estaba “blanqueado” y el enólogo le cobró U$S 70.000 de despido más otras “minucias” no sin antes hacerlo retractar al actual presidente Calvo por unas declaraciones suyas sobre “la existencia de expedientes administrativos, cuyos trámites se habrían alongado en el tiempo”. Calvo tenía razón y nadie dudaba de ello… pero no tenía pruebas… y Zunino lo sabía, por eso lo enjuició y lo hizo retractarse públicamente; a los ministros entrantes les hicimos saber que muchas pruebas se desprendían de los informes y documentación que habíamos obtenido pero nunca fuimos “citados” y la razón es que creyeron que podrían obtenerla sin nuestra ayuda subestimando a Zunino. Es justo aquí decirlo, no nos llamaron porque nos iban a traicionar.  

         De aquel 1º de Marzo de 2005 a este principio de 2009 pasaron prácticamente 4 años y muchos mamarrachos en el MGAP con respecto a INAVI; el mayor: esta ley que no corrige nada de lo que contiene esta nota y que le quita derechos adquiridos a los verdaderos y autóctonos representantes de la vitivinicultura que son los representantes de las gremiales del Sector.

         Con el doble voto de los actores del Poder Ejecutivo en el nuevo “Directorio” (suena más “fashion”), cualquier “barbaridad” podrá plasmarse con los “6” votos del Estado contra los 5 de los privados y el próximo papelón que pasará el país en la región y en el mundo, en virtud de esta ley, se producirá cuando en plena vendimia, la que está llevándose a cabo, INAVI esté conducido sólo por el Poder Ejecutivo por lo que dicen las “Disposiciones Transitorias” de la ley, fundamentalmente en su literal b, si es que el PE y su Bancada parlamentaria, empecinados histéricamente en votarla a como diera lugar y desoyendo algunas modificaciones que propusimos, ahora no tenga otra alternativa que violarla.

DISPOSICIONES TRANSITORIAS
A) Las autoridades actuales del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INAVI) permanecerán en el cargo por el término de treinta días a partir de la promulgación de la presente ley. En este período, los respectivos Ministerios deberán efectuar las designaciones de sus delegados a efectos de la integración del Directorio de la forma que esta ley preceptúa.
Dentro del mismo período, el Poder Ejecutivo solicitará a las gremiales que propongan a los representantes de los sectores privados, de acuerdo con lo establecido en el literal B) del inciso primero del artículo 146 de la Ley Nº 15.903, de 10 de noviembre de 1987, en la redacción dada por el artículo 5º de la presente ley.
B)A partir de la designación de los miembros delegados del Poder Ejecutivo y hasta tanto asuman en sus cargos los representantes de los sectores privados, los primeros actuarán en forma preventiva, con todas las potestades que se otorgan al INAVI en el artículo 2º de la presente ley, así como las atribuciones de gestión y administración del Instituto”.

         Y para que quede más claro, trascribimos el artículo de la ley que sustituye el artículo 146 de la ley de creación de INAVI, que fue promulgada por el PE el 8 de enero pasado con el Nº 18462 pero que recién la insertaron el viernes 23 de enero en la página web de Presidencia de la República.

Artículo 5 º.- Sustitúyese el artículo 146 de la Ley Nº 15.903, de 10 de noviembre de 1987, por el siguiente:
"ARTÍCULO 146.- El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INAVI) será dirigido por un Directorio compuesto por ocho miembros, los que serán designados de la siguiente manera:
A)Tres delegados del Poder Ejecutivo, designados respectivamente, uno por el Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca que lo presidirá, uno por el Ministro de Industria, Energía y Minería y uno por el Ministro de Economía y Finanzas.
B) Cinco representantes de los productores del sector, que serán designados por el Poder Ejecutivo, los que serán propuestos por las gremiales de viticultores, bodegueros o vitivinicultores, todo ello de acuerdo con la reglamentación que dicte el Poder Ejecutivo.

         Para culminar esta telenovela que ha tenido como protagonista principal al “Chicotazo” del siglo 21 (pero de la izquierda uruguaya) primero desde las ondas de M24 con su programa Mirando al Sur, luego desde el ministerio de Ganadería, desde hace un tiempo vuelto al Senado y desde principios de año desde el “Pepe Móvil", el artículo 18 de la ley 18462, que prevé un plazo de 90 días para reglamentar la ley luego de su promulgación: Artículo 18 .- El Poder Ejecutivo reglamentará la presente ley en un plazo no mayor de noventa días a partir de su vigencia.

         Cuando uno piensa que todo esto que hemos relatado y que podemos comprobar, salió de la aprobación de quien es uno de los presidenciables del Frente Amplio y aspirante a gobernar el país, no puede por lo menos que pensar: A donde hemos llegado!!!.

         Un franja importante de la ciudadanía uruguaya se siente atraída por las disparatadas ocurrencias del dueño de “como te digo una cosa, te digo la otra” pues la anestesia ha logrado su efecto; pero, ¿Queremos que el país tenga como presidente a una persona que tanto pueda, aparentar una calma de anciano patriarca y filósofo como rápidamente pasar de un momento a otro a la irascibilidad, mandando a la mierda a lo que sea y a quién sea?

         Rotundamente NO

         El siglo XIX nuestro país se caracterizó por la depredación del ser humano.

         El partido Colorado aportó al dolor que envuelve como manto de silencio a los primeros 70 años de nuestra historia, con un tropel de conspiradores y asesinos encabezados por Fructuoso Rivera cuyo triste lauro mayor es la emboscada de Salsipuedes, le siguió el general Venancio Flores, el general Gregorio Suárez (el Goyo Jeta), el general Máximo Santos, presidente que se caracterizó por la corrupción administrativa y muchos más que enlutan en ese siglo a la nación que quería forjar su destino.

         El siglo siguiente nuevamente el partido Colorado aportó golpistas quebrando la institucionalidad antes y después de mitad de siglo.

         Fue el partido Colorado quien disparó la bala que mató a Baltasar Brum (con la complicidad de quien dirigía a la mayoría del partido Nacional).

         Fue el partido Colorado quien disparo las balas que terminaron en las cercanías de Pando con la vida de Julio César Grauert, al regreso de un acto en la ciudad de Minas, mi pueblo, defendiendo las libertades, la Constitución y la democracia, en octubre de 1933.

         Fue el partido Colorado, con la complicidad de algunos “otros” quien llevó adelante el Golpe de Estado de 1973 que condujo a la noche institucional más negra de la democracia uruguaya y, después de 24 años de recuperada la institucionalidad, que fue perdida también gracias al mesianismo de algunos por creer que el “ombligo del mundo” era el de ellos, debemos fumarnos en una futura presidencia de la nación: COMO TE DIGO UNA COSA, TE DIGO LA OTRA… NO SEÑOR es la respuesta.

          “Por confiable y valiente, Mujica presidente” rezaban pasacalles en las cercanías de los lugares definidos por el Frente Amplio donde actuarían los Plenarios de las diferentes Comisiones del Congreso “Zelmar Michelini", los días 13 y 14 de diciembre pasado.

         ¿Confiable? ¿Valiente? ¿Será cierto esto o sólo constituirá una mancha más pal´ tigre y otra gran mentira para los uruguayos de buena fe?

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