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Se va el 2008, bienvenido 2009
por Helena Arce
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Otro año abandona nuestros almanaques, transcurrió y suavemente comienza a insertarse en nuestro pasado, dejando paso al 2009. Este 2009 que se instalará en nuestras vidas con nuevas hojas, hojas limpias, intactas en las cuales escribir lo que aun hoy, es futuro.
Sin embargo el aun hoy vigente, este que nos aprestamos a abandonar, dejará un hito en nuestras vidas. Hechos que nos han marcado por diferentes causas, en lo personal, en lo nacional y en lo internacional.
La fuerte crisis internacional que se he insertado en el mundo financiero, con las grandes compañías multinacionales viendo temblequear sus expectativas de seguir existiendo, necesitando de la asistencia pública para no dar quiebra. Un hecho desconocido en el primer mundo de los últimos 50 años, en los cuales comienzan a vivir los sinsabores que nos son tan habituales en nuestras economías emergentes, o en desarrollo o subdesarrolladas, según sean los epítetos que nos han regalado en las últimas décadas. Como si las calificaciones con que se adjetiva la realidad, cambiara en algo la sustancia.
Países pobres en definitiva, pobres económicamente mirados en relación a quienes hoy se enfrentan al miedo ese, tan normales para nosotros.
En América Latina en particular hemos asistido a la realidad de Colombia con la cruenta guerrilla que la asola desde hace varias décadas, vulnerando el caro derecho humano de la libertad de los seres humanos.
Por otro lado el 2008 será recordado también por las elecciones de Estados Unidos, unas elecciones en las cuales el Dr. Barack Obama ha logrado derrumbar prejuicios, y contagiar a sus conciudadanos de esperanza con la frase; “Yes, we can.”, una frase que realmente encierra un mensaje increíble en solo 3 palabras. Tal vez pueda también contagiar al mundo entero con ella. “Sí, podemos”, debiera ser no únicamente el lema de campaña de un candidato a Presidente de un país, tal vez debiera ser sin lugar a dudas el que marque un sentimiento para esta nueva era que esperanzados oteamos se inicie en el mundo. Con una despedida jocosa incluso, que ha dado lugar a la inventiva cibernética de juegos de videos, ¿quién no ha jugado a elegir zapatos estos días, para dar en el blanco como el periodista de Irak?
En nuestro país las cosas no han sido fáciles, ha transcurrido un año signado por la violencia de los inadaptados de siempre, quienes se resisten a dar batalla democrática por sus reclamos, reaccionando con intolerancia ante las circunstancias, ya sea por una ley que no gusta o por un partido de fútbol que se pierde. Hemos asistido horrorizados a hechos de violencia doméstica, con niños maltratados, asesinados a golpes, descuidados y hasta desnutridos por falta de asistencia de sus progenitores. La crueldad ha campeado lamentablemente tanto en las relaciones familiares, como en el deporte y en los conflictos laborales permanentes, mientras nuestro gobierno se ha enfrascado en sus diferencias internas. Nos encontramos temerosos por los coletazos de los problemas internacionales que nos lleguen y el saber cuan cubiertos estamos para afrontarlos.
Y sin embargo observando el contexto mundial, el hermoso Uruguay sigue siendo un paraíso terrenal con relación al resto. A pesar de ello, no debiéramos olvidar que nuestros parámetros debieran seguirnos midiendo con nosotros mismos.
En lo personal debe ser sin dudas uno de los primeros años, en mucho tiempo al que no despido deseando que termine, no podemos quejarnos el balance da positivo, sin embargo no habíamos cifrado demasiadas esperanzas en él. ¿Será tal vez que cuando uno no espera demasiado, las cosas resultan mejor?
Ha habido sinsabores, dificultades, amores terminados que nos duelen por más que deseemos poder aceptar sus decisiones con la altura que ellos merecen. Enfermedades propias, así como de amigos queridos que nos han movilizado las entrañas. Sin embargo seguimos adelante, luchando a brazo partido con la esperanza que promete algunos resultados.
En esta familia, el núcleo como gusta llamarlo mi cuñado, hemos recuperado amores imprescindibles, hemos trabajado y obtenido algunos logros. Este 2008 nos entrega al año que comienza con alegría, juntos y sanos; con fuerza para seguir adelante. No habrá vacaciones, pero el esfuerzo parece valer la pena, lo cual no es poco, ante tantos años desesperados.
El observar el almanaque con sus hojas gastadas, nos deja la impresión de algo haber aprendido, sobre todo cuanto nos falta por aprender, y el deseo de seguir aprendiendo.
Adiós 2008, bienvenido 2009, aquí estamos esperándote con la confianza que siempre apostamos a los años impares.
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