Obedecer Para Poder Comer
Libertad y responsabilidad
por Leonardo Girondella Mora
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Es una idea muy conocida y repetida la que dice que no come quien no trabaja —a esto Trotsky añadió que tal idea había sido reemplazada por otra: no come quien no obedece.
Las dos ideas establecen relaciones causales entre dos sucesos. En una de ellas el sustento es un efecto del trabajo. En la otra es la obediencia la que causa el sustento. Son dos maneras de describir en muy pocas palabras a dos sistemas políticos, el liberalismo y el socialismo.
Lo que deseo hacer brevemente es señalar la gran coincidencia que existe entre el sustento y la obediencia dentro de un sistema de estado de bienestar —el welfare state que busca hacer felices a los ciudadanos desde que nacen hasta que mueren.
El libro de López Obrador lo describe muy bien: “Ese Estado igualitario y fraterno debe concebir como ideal la protección de las personas a lo largo de su vida, garantizando el derecho a la alimentación, al trabajo, la salud, la educación y la vivienda.” (p. 78); no diferente a la nueva constitución ecuatoriana de Correa: “El Estado generará las condiciones para la protección integral de sus habitantes a lo largo de sus vidas…”
El punto de partida de ese estado fraterno es proteger a las personas durante toda su vida, proveyéndolas de alimentos, trabajo, atención médica, educación y casa—algo sin duda maravilloso, al menos en la superficie. Sería una especie de situación perfecta, la que relevaría a todos de las acciones para proveerse uno mismo de los bienes necesarios, pues hay otro que protege y vela por los ciudadanos.
Pero no puede pensarse que eso es gratuito —tiene un costo que es fácil de ver: impuestos altos, tan altos como sea necesario para lograr la protección prometida al ciudadano. El gran protector necesita recursos y los obtendrá de la sociedad, pues no hay otra manera de tenerlos.
Pero el asunto es más que económico —es imperativo responder quién podrá proteger a las persona del gran protector, quién le pedirá cuentas, quién podrá rebelarse en contra de quien lo alimenta y mantiene. Esta es la importancia de la idea que contiene la admonición de Trotsky: no comerá quien no obedezca.
Lo que digo sin muchos miramientos es que el welfare state es la antesala de un gobierno totalitario cuya magia consiste en querer quitar al ciudadano su responsabilidad personal, sabiendo que al entregar su responsabilidad con ella abandona su libertad. Cuando de la persona misma no depende su comida o su vivienda o su trabajo, la libertad no tiene sentido.
Finalmente, una argumentación de este tipo será criticada por quienes sostienen que un estado de bienestar puede lograr una mejor sociedad —en la que exista más igualdad sin tanta pobreza. Es una crítica miope que no entiende que es más probable una sociedad rica y en crecimiento cuando no se tiene un gran protector que cuando se tiene. Si su preocupación es remediar la pobreza, el welfare state es uno de los peores medios para lograrlo y, por si fuera poco tiene un costo demasiado alto: necesita hacer a los ciudadanos sumisos del estado.
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Gentileza de: ContraPeso.info |
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