El Pepe a la defensiva por Raúl Seoane

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         Que la boca del Pepe es más rápida que su cerebro, no es ninguna novedad. Por esa razón muchas veces tuvo que salir a desmentir lo que no quiso decir y a defenderse de la tergiversación que muchos hacen de sus palabras y discursos.

         Pero esta vez comenzaron a salir “trapitos al sol” propios y ajenos y que tienen muy preocupado y a la defensiva al candidato frentista.

        A diferencia del affaire del Hospital Maciel, donde la esposa del senador Eleuterio Fernández Huidobro tiene pendiente una investigación por supuesta estafa, lo que implica que Fernández Huidobro también estaría implícitamente relacionado, el tema Apliser rosa a José Mujica porque un primo de su esposa, la senadora tupamara Lucía Topolansky, figura en la plantilla de la empresa cuestionada.

         Para entender un poco el tema, hay que conocer que la empresa Apliser fue fundada en el 2008, y justamente el primer presidente de la empresa fue Alfredo Álvarez Saavedra, primo de la Topolansky.

         Apliser contrató con Mosca Hnos. la impresión y elaboración de 50.000 paquetes conteniendo cada uno un libro de 154 páginas, un diploma, un mapa de Venezuela, un folleto y 114 hojas en blanco. Mosca Hnos. le cobró a Apliser seis dólares por “combo”, y posteriormente esta empresa se los vendió al gobierno venezolano por u$s 498.oo (cuatrocientos noventa y ocho dólares) cada uno.

         En resumen, de una compra realizada a Mosca Hnos. por un total de medio millón de dólares, se vendió en más de 32 (treinta y dos) millones de dólares.

         Hasta aquí no sería más que un brillante negocio llevado a cabo por una empresa uruguaya ante un inepto comprador, si no se tuviera en cuenta que el comprador es venezolano, y su gobierno tiene antecedentes de operaciones muy sospechosas en la región. Baste recordar la valija de Antonini Wilson en Argentina para financiar la campaña de Kristina Kirchner, la maleta en un avión venezolano en Bolivia y la sospecha de maletas, también de Antonini Wilson, en nuestro país, la donación de dinero a las Farc, la venta de armas al grupo terrorista colombiano, etc.

         Lo que más llama a la sospecha son dos datos interesantes. El primero es la presencia de  Alfredo Álvarez Saavedra como presidente de Apliser, primo de Lucía Topolansky, esposa del primer candidato a la presidencia por el Frente Amplio, José Mujica Cordano, y el segundo es que esta brillante operación se realiza en cercanías de las elecciones presidenciales de octubre. Por lógica, los siempre mal pensados pueden llegar a suponer que este brillante negocio no es más que una operación encubierta destinada a financiar, por parte del bolivariano Hugo Chávez, la campaña de José “el Pepe” Mujica.

         Lo más extraño y que confirma la sospecha de que detrás de esta exportación existe algo muy raro, es el hecho anómalo de que quien compró los 50.000 paquetes didácticos pagó más del 8.000 por ciento de su valor en el mercado, sin supuestamente pedir cotización en otros posibles proveedores. ¿Por qué no contrató la operación directamente con Mosca Hnos. por únicamente trescientos mil dólares en lugar de abonar ocho mil veces más por el mismo trabajo? ¿Raro, no?

         Por supuesto que Mujica salió a defenderse y denunció que todo era una operación política de la oposición para defenestrarlo, lo cual es válido hasta cierto punto pero, al involucrar a un pariente directo de su esposa, la defensa debería ser más completa que achacarlo a una supuesta operación política. ¿O no?

         Según la crónica de El Espectador, “Mujica afirmó en la capital rochense, que el accionar de esta empresa Apliser, se trató en realidad de un “maquillaje” de números, declarando menos ganancias que las que realmente obtenía, un mecanismo muy común en lo que es la economía.” ¿Maquillaje para qué, para incrementar el precio y pagar más impuestos?, porque que yo sepa es común declarar menos valor que el real para pagar menos derechos de exportación, menos IVA, menos IRPF, etc., pero ¿Aumentar el valor? La empresa no declaró menos ganancias, por lo que, o se trata de un nuevo sistema de lavado de dinero o directamente se trata de una operación encubierta para destinar ese dinero a la campaña frentista.

         ¿Sería demasiado ilógico pedir que en lugar de decir que es una operación política, el Pepe demostrara, con papeles, cómo financia su campaña pasada, presente y futura, y que se pusiera a las órdenes de la Justicia para aclarar este extraño suceso? No nos olvidemos que existen antecedentes de “favores especiales” a los candidatos frentistas como el de transportar votantes desde Argentina al Uruguay por parte de Buquebús en las pasadas elecciones y el avión que recientemente condujo a Mujica y a Astori al Brasil, “prestado” por una empresa pesquera uruguaya, lo que abona la posición de los que afirman que “algo raro” sucede.

         Hace muchos años, un importante político argentino me dijo: “Si no sabes cómo defenderte, tienes que decir que es una operación política en tu contra”. Es indudable que este político también asesoró a José Mujica Cordano.

         Por eso me causan gracia las hipócritas palabras de Tabaré Vázquez en la última reunión de la Unasur cuando dijo que la política de su país "es la no intervención en asuntos de otros países", pero, si las sospechas son ciertas, Vázquez permite que otro país, en este caso Venezuela, intervenga en los asuntos internos uruguayos, ya que la financiación de la campaña del partido oficialista uruguayo por parte del dictador bolivariano es una intervención lisa y llana.

         También, en el acto en Rocha, el dueto Mujica/Astori criticó el Programa de Gobierno del Partido Nacional, diciendo que “es un programa basado en los contenidos históricos del wilsonismo, es por esto que afirman que “quienes quieran votar un programa wilsonista deberán hacerlo en el Frente Amplio”. ¡Qué cinismo!, Wilson Ferreira Aldunate nunca mintió como lo hace el dueto y jamás se levantó en armas para subvertir el orden constitucional de un gobierno democrático. Wilson tampoco se vio envuelto en trapisondas de este tipo a las que el dueto llama “operación política”, aunque el verdadero nombre sería “operación lavado”.

         Es muy interesante el siguiente editorial de Alfonso Lessa del 29 del corriente en Teledoce, porque si juntamos el presente artículo con lo que dice Lessa, podremos apreciar la hipocresía frentista.

© Raúl Seoane para Informe Uruguay

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