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Año V Nro. 363 - Uruguay, 06 de noviembre del 2009
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En el programa Puglia invita, el sábado pasado, con honestidad intelectual, Garcé reconoció que el famoso tema de la motosierra, usado hasta el cansancio por el FA, era rayano con la calumnia. Dijo esto pues reconoció que Lacalle no se cansó de decir que el Plan Ceibal era bueno. Esto lo dijo previo a reconocer la capacidad destructora de la maquinaria propagandística del FA. Ahora vemos a los principales miembros del MLN, Mujica y Fernández Huidobro haciendo lo mismo. Lacalle, ante la pregunta de cual iban a ser sus actividades al día siguiente, manifestó que iba a ir a misa, sabido es que es un ferviente católico, a agradecer a la providencia le hubiese permitido llegar a donde llegó. De eso a decir que Lacalle dijo que la Divina Providencia lo había electo para ser presidente, es calumniarlo groseramente. Muchos de los dichos de Lacalle en la campaña hacia las elecciones de octubre, no fueron acertados, se dejó ganar por el enojo, pero en la mayoría de los casos estos dichos fueron manipulados, cambiados y retorcidos por esa máquina destructora. No hay dudas que así fue, y así seguimos. Mucho tendrá que cuidarse Lacalle de lo que diga, pues si se atreve a decir que quiere a sus hijos, es probable que le digan que quien gobernará será su hijo y no él. Mucho me temo, que así como en su época, esta gente se levantó contra la democracia utilizando las armas, hoy se han actualizado y se levantan contra ella utilizando los medios de comunicación, desvirtuando todo lo que se diga, utilizando mentiras, calumnias y lo que haga falta en tren de ganar, y lamentablemente el pueblo uruguayo ha perdido su capacidad de discernimiento sobre aquello que le digan, cayendo en las arteras maniobras de la verdad. Hoy hablaba con una amiga, una señora mayor que yo, a la que además estimo, preguntándole como era posible que no le importara que Fernández Huidobro hubiese asesinado por la espalda y a sangre fría, y me dijo que ella no lo creía, pues no había sigo testigo presencial de los hechos. Cuando comencé a insistir, preguntándole donde había estado entre los años 1963 y 1972, luego de dar vueltas y vueltas, enojada por lo que dijo Lacalle de los pobres, etc. etc., dimos por terminada la conversación, pues no quiero perder amistades ni siquiera por el hecho que estén dispuestos a meter a nuestro país en este brete. Pues realmente creo que quienes están dispuestos a votar al FA de Mujica, no lo hacen de mala fe, ellos realmente “creen” que Mujica seguirá el programa de gobierno de Vázquez, “creen” realmente que el astorismo será el que gobernará, y esas ideas prevalecerán ante lo que realmente piensan Mujica y su barra, la chica y la grande. Yo no creo esto, lamentablemente más en la forma en como quedó conformado el Parlamento, donde más de la mitad de la bancada del FA está conformada por la barra brava, o sea la plancha del MPP, hasta Constancia Moreira, más Lorier, más Fernández Huidobro. Amigos del FA, me dicen que no debiera haber ballotage y que si ganase Lacalle sería imposible gobernar. Yo creo que aun para aquellos que no quieren a Lacalle, aun con estas bancadas tienen mayores garantías, pues no hay dudas que si Lacalle quisiera hacer algo inconveniente, tiene el Poder Legislativo forma de pararlo. Y sostengo esto pues por esto mismo, Lacalle está obligado a realizar acuerdos con la oposición, lo que no ocurre con Mujica, quien puede darse el lujo de gobernar como quiera, realizando incluso un gobierno de acuerdo a sus ideas extremistas, prescindiendo de la oposición, o sea de la otra mitad del país. Y así seguiremos divididos, con un país quebrado en dos. También ante los comentarios que he escuchado estos días sobre la situación de Nin Novoa, que al salir electo senador mantiene los fueros, y se saca por 5 años más de encima la posibilidad de que la justicia lo pueda investigar por las denuncias con las que acarrea por puntos oscuros en el incremento de su patrimonio, me puse a pensar que desde que dejó la Presidencia de la República en 03/1995, Lacalle nunca más fue parlamentario, por lo que no entiendo si todas las cosas que se le achacan fueran ciertas, por qué no fueron llevadas a la justicia, realmente no lo entiendo. Y me pongo a preguntarme por primera vez en mi vida, pues caigo en cuenta que realmente nunca me lo pregunté seriamente: “¿No será que en realidad todos los desfalcos que se le atribuyen a Lacalle, no son ciertos?” Mi pregunta es Mujica, Fernández Huidobro, Lucía Topolansky son ladrones (aunque ellos lo llamen expropiaciones) y asesinos confesos. A Lacalle la gente no lo quiere porque le achacan robos que nunca han sido no ya probados, ni siquiera denunciados. ¿Qué nos pasa a los uruguayos? © Helena Arce para Informe Uruguay
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