Un hombre mayor, italiano, que vivía en las afueras de Nápoles, fue a la iglesia local a confesarse. Cuando el sacerdote abrió el tablero del confesionario, el hombre dijo:
- Padre... Durante Segunda Guerra Mundial, una mujer bonita golpeó a mi puerta y me pidió que la escondiera del enemigo. Así que yo la escondí en mi altillo.
- ¡Esa fue una cosa maravillosa que has hecho, hijo -contestó el sacerdote- No tienes la necesidad de confesar eso.
- No Padre, es que ella empezó a agradecerme con 'favores sexuales'.
- Estando en gran peligro y bajo esas circunstancias, dos personas pueden ser muy tentadas a actuar así. Pero si lo sientes verdaderamente, estás perdonado de hecho.
- Gracias, Padre. Ésa es una gran carga que le saca a mi alma. Pero tengo una duda más.
- ¿Y cuál es, hijo?
- ¿Cree Ud. que debería decirle que la guerra ha terminado?
Una mujer en el confesionario:
- Padre, hoy he conocido a Gregorio, y hemos estado haciendo el amor hasta el atardecer.
- Pues en penitencia, rezas tres padrenuestros y dejas 20 dólares de limosna.
Más tarde otra mujer:
- Padre, hoy he conocido a Gregorio, y hemos estado haciendo el amor hasta el amanecer.
- Pues en penitencia, rezas 10 padrenuestros, y echas 30 dólares de limosna.
Más tarde otra nueva mujer:
- Padre, hoy he conocido a Gregorio, y hemos estado haciendo el amor todo el día.
- ¡Pero esto no puede ser!, rezas 20 padrenuestros y echas 50 dólares de limosna.
Más tarde:
- Padre...
- Si, tu también has conocido a Gregorio y habéis estado haciendo el amor...
- No, padre. Yo soy Gregorio... O vamos a medias en la limosna, o me llevo a todas las mujeres a otra parroquia.
Un par de amigos están tomando algo en un bar y charlando. En esto, que uno le dice al otro:
- Oye, el otro día me contó tu mujer un chiste tan bueno, pero tan bueno que me caí de la cama.
La profesora pregunta a su alumno:
- Jaimito, si hay tres pavos y le disparo a uno, ¿cuántos me quedan?
Jaimito responde:
- Ninguno profesora.
La profesora pregunta:
- No entiendo, me podrías explicar?
- Claro profesora, si usted dispara, también se vuelan los otros dos.
- Muy bien Jaimito, no es la respuesta correcta, pero me gusta tu forma de pensar.
- Profesora, ahora la pregunto yo. ¿Si hay tres señoras comiendo helado, una lo chupa, otra lo muerde y la otra lo lame, dígame, cual de ellas es casada?
- Pues..... creo que es la que lo chupa.
- Muy bien profesora, no es la respuesta, pero me gusta su forma de pensar.
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