Es legal, pero no es justo
por Aquiles Diggo
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Podemos retrotraernos a la justicia bíblica del más inteligente juez de la historia: el Rey Salomón.
Dos mujeres reclaman como su hijo, un niño.
Puede algún juez puede emitir el fallo justo?
La sentencia que corresponda a la verdad?
Ni siquiera el sabio Rey Salomón.
Entonces el Rey falla: Dividan al niño reclamado por la mitad, y lleve una mitad cada una
Podemos ejecutar su sabia y salomónica sentencia, y partir al nino reclamado en dos.
La sentencia es inteligente. Pero no expresa la verdad que busca la justicia.
Por ello apelo a los imponderables de la jurisprudencia.
Y son precisamente esos imponderables los que me incitan a decir que el fallo de la suprema corte de justicia, en cuanto a la letra de la constitución se refiere puede ser legal, todo lo que la fría y explícita letra otorgue, pero no implica que conlleve en su aplicación, la justicia como la pretendemos, fundamentada en la VERDAD, cada vez más discutible y esquiva!
No, el fallo no es necesariamente justo, a mi entender ni el del sabio Salomón ni el del Dr. Larrieux.
El sabe, tanto como yo, que soy un lego en la materia, intuyo, que entre la maraña de interpretaciones, antecedentes y citas podía fallar a favor o en contra.
Que hay material y antecedentes como para sustentar legalidad, para una u otra opción.
Pero también sabe, que el verdadero fallo, el que corresponda a la verdad, es prácticamente inescrutable.
Así como Salomón con toda su sabiduría no podía de ninguna manera saber a quien correspondía, de aquellas dos reclamantes, el niño, de la misma manera ni Larrieux ni los otros jueces que fallaron de una u otra forma, tenían el pleno conocimiento de la verdad con mayúscula.
Esta debe surgir espontáneamente, por la propia certeza de la Justicia que a pesar de tener los ojos vendados tiene el corazón abierto a la sensibilidad y procede, con el grito de la verdadera madre en la narración, a preservar la vida.
Y esa verdad, solo surge de la verdadera madre.
Ella no dejara que partan al niño en dos.
Ella no quiere que lo que ama muera. Entonces surge la verdad. Ella pide que se lo den vivo a la falsa madre.
Se conforma con que lo que ama, no muera.
Entonces Salomón el Rey, recién falla basado en la verdad y otorga el niño a la mujer que pidió por su vida.
Larrieux acá, sentencio salomónicamente: Dividan al niño en dos.
Es ahora, el pueblo, la verdadera madre, y en este caso su representante, el gobierno quien debe luchar por lo que naturalmente ama, y pedir que no se mutile al niño, al jubilado, que a la postre de ayer, hoy y mañana, es el pueblo.
Porque, si se gravan los sueldos como rentas. Si se considera que un sueldo es una renta que merece el impuesto, que se graven las jubilaciones que mantienen la retribución que recibiría en sus últimos anos de trabajo en su ocupación, el jubilado.
Si la jubilación, por hache o por be ya ha sido retaceada y lo que representa, como la gran mayoría, es menos, no es un sueldo, sino una compensación o seguro, lo cual no puede ser considerado renta.
O soy un ignorante y también hemos terminado gravando los seguros?
Esperemos que prime la justicia y no la fría legalidad, dejemos esto de aceptar el frio y anestesiado dictamen de la ciega y falible justicia, y midamos en el clamor popular, la justicia encarnada en la verdad que todos conocemos.
No partamos al niño en dos. No matemos la poca fe del pueblo en aras de una razón tan veleidosa como la que pueda validar esa señora que empuñando una balanza dictamina con los ojos vendados una justicia tan ajena a ella, como la verdad absoluta, al conocimiento humano.
Gentileza de: Uruguay Perdido |
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