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Año V Nro. 285 - Uruguay,  09 de mayo del 2008   
 

 
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Visión Marítima

 
Dr. Oscar N. Ventura

Haciéndose el chancho rengo
por Dr. Oscar N. Ventura

 
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Durante mucho tiempo se ha argüido que el Parque Industrial de Gualeguaychú era un modelo de buen comportamiento ambiental porque desde hace mucho tiempo tiene una planta de tratamiento de efluentes líquidos. Recientemente ha salido a luz un documento celosamente guardado, donde se dan datos del funcionamiento de esa planta. En base a esos datos muestro que las emisiones de DBO (Demanda Biológica de Oxígeno) de la planta del PIG son 10 veces superiores en masa a las que efectúa la planta de Botnia. Haciendo la relación y teniendo en cuenta los caudales de los respectivos ríos, la concentración de DBO causada por el PIG en el río Gualeguaychú es 900 veces superior a la causada por Botnia en el río Uruguay. De la misma manera que en el caso de Papel Prensa, donde las emisiones de Botnia cumplen con la ley ambiental de la Provincia de Buenos Aires, mientras que las emisiones de Papel Prensa las exceden entre 10 y 200 veces, en el caso del PIG, las emisiones de la planta de efluentes son 500% superiores a las permitidas en la ley ambiental de Entre Ríos, es decir superan en más de 6 veces el límite permitido, mientras que las emisiones de Botnia son un 3% (tres por ciento) de las permitidas en la misma ley (es decir, 30 veces menos que el límite). Concluimos entonces que el PIG contamina gravemente el río Gualeguaychú violando la ley ambiental de la Provincia.

         Espero que mis queridos lectores y lectoras sepan apreciar el considerable esfuerzo que me cuesta encontrar los títulos para estos artículos. Casi les diría que lo esencial para ponerme en el espíritu adecuado de escribidor (con perdón de la Tía Julia y Vargas Llosa) es encontrar el título apropiado, y que luego el artículo nace, se desarrolla y florece a partir de ese título.

         Hoy quería escribir acerca de chanchos, así que púseme a pensar que título podía mejor describir lo que quería contarles. Un primer pensamiento fue para la película "La guerra del cerdo" de Torre Nilsson, pero como narra cosas muy serias y desagradables no me pareció adecuada. Un segundo pensamiento fue para "Babe, el cerdito valiente", pero esto se trata de todo menos de valentía. Otro cariñoso recuerdo fue para Miss Piggy del show de los Muppets, pero ¿cómo incluir a Miss Piggy sin incluir a Kermit (la rana René)? Y, claro, aunque su tarea de periodista en Plaza Sésamo daba pie como para incluir algún otro periodista de Entre Ríos en el artículo, yo quería hablar de chanchos y no de ranas.

        Puestas así las cosas, me acordé de aquella famosa expresión "hacerse el chancho rengo" que significa -para nuestros lectores jóvenes que seguro no dominan estas arcaicas expresiones- hacerse el desentendido. En cuanto me acordé de eso, la historia ya salió sola. Quizá lo más gracioso es que al chequear gugleando, una de las primeras cosas que saltan es el Restaurant Gran Mesón El Chancho Rengo, Pcia. de Buenos Aires, Argentina, con precisas instrucciones para llegar desde Moreno, Luján, Pilar y Capital.

         Dejando de lado el restaurant y volviendo a otra de mis pasiones, la literatura, sabrán que una cosa que me gusta hacer es hurgar en las mesas de tablones al aire libre de las librerías de viejo. Vargas Llosa lo hace a orillas del Sena; uno que es más modesto lo hace en la feria de Tristán Narvaja, pero el concepto es el mismo. Hojeando libros esta mañana de domingo encontré, junto a una copia del Kitah Al-Azif del poeta árabe Abdala Zahr-ad-Din, traducido al griego por Theodorus Philetas con el nombre de Necronomicon, un curioso ejemplar, manchado por la humedad y el moho, de un documento titulado "Saneamiento de la cuenca del Río Gualeguaychú". Ahí nomás, anonadado, sentado al cordón de la vereda, bajo la sombra de un árbol bonachón, me puse ansiosamente a leer ese documento de 1997, caratulado como Informe Final por la Municipalidad de Gualeguaychú, Provincia de Entre Ríos.

         Ahí en mis manos temblorosas por la emoción tenía nada menos que ese documento que tanto habíamos pedido y buscado infructuosamente, al lado del cual la copia del Necronomicon es pura anécdota. Ese documento que tantas veces le pedimos al recordado Jorge Ariel -¡hola Jorge!- ese documento que nos permitiría saber la contaminación del río Gualeguaychú. Ese documento, por fin, que contiene nada menos que datos sobre la dichosa planta de tratamientos de efluentes del PIG, el Parque Industrial de Gualeguaychú, que -nuevamente por fin- nos permitirá determinar con precisión si estos adalides de la lucha ultraecologista aplican en su casa lo que acusan de no aplicar a sus vecinos allende el río.

         Repuesto ya del sudor frío del descubrimiento, y protegiendo las frágiles páginas contra las inclemencias del tiempo y las -sin duda- arteras maniobras de enemigos y competidores que, por distintas razones, pretenderían sustraer el valioso documento de mi posesión, me apresuré hacia mi estudio donde munido de una copa de Henessy X.O y la anticipación del descubrimiento, me sumergí en la lectura del documento, con el redoblado ahinco producto de poder proporcionarles luego los resultados del análisis.

         Recordando un poco los antecedentes, rememoremos que el PIG es la estrella del desarrollo industrial de Gualeguaychú, una ciudad que pese a su promocionado modelo de desarrollo en base al carnaval y las playas, no desdeña las industrias con chimeneas. Poética y hagiográficamente -porque, ¿qué otra cosa que un santo puede ser esta institución?- el PIG se describe a sí mismo como

El Parque Industrial Gualeguaychú, es sin duda alguna, la obra símbolo de Corporación del Desarrollo.
Producto de la visión y decisión de la iniciativa privada, un modelo y ejemplo para todo nuestro país.
Su organización interna y su eficiente funcionamiento, le ha otorgado un merecido prestigio, traducido en la radicación de nuevos emprendimientos fabriles.

         En realidad, el PIG no sólo viene mal desde el nombre (cerdo en inglés, por eso les dije que iba a hablar de chanchos hoy) sino que se estableció cuando aún no había normativas al respecto. Si uno consulta la Ordenanza Nº 10372/1999 de la Municipalidad de Gualeguaychú, se encuentra entre los considerandos con este curioso párrafo


         Es gracioso que estos muchachos, tan legalistas que acusaron a Botnia de contaminación en grado de tentativa, a Uruguay de violador serial de Estatuto, con nocturnidad y alevosía en no menos de 11 ocasiones (por ahora) no hayan tenido empacho en aprobar el PIG, "sin cumplir con muchos de los requisitos exigidos". Eso fue en un lejano 1975, pero la ordenanza de que hablamos es de 1999 (momento en que, recordémoslo, ya era Gobernador de Entre Ríos Don Jorge Pedro Busti) y en ella se consigna


         Así que algo no olía bien en Entre Ríos.

         Dicho sea de paso, nótese que el industrialista -en esos tiempos- Busti, en 1987 viajó a Finlandia para conocer el desarrollo de la industria de la celulosa y el papel, e instruyó a sus colaboradores inmediatos para estrechar contactos con empresas españolas, consultoras suecas y el propio gobierno finlandés. Busti participó del Proyecto de Cooperación Científica, Técnica y Económica para el Desarrollo Foresto-Industrial, firmado entre Finlandia y las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones, diseñado por la consultora Jaakko Poyry, de Helsinki, en 1988, que apuntaba a interesar a futuros inversionistas en las industrias de la celulosa y el papel.

         Estos detalles están contenidos en un artículo de Luis María Lencinas publicado en 2006 y que se puede encontrar en este link. Es consistente con eso entonces que Busti, que en 1995 regresó como gobernador de Entre Ríos, y una de cuyas decisiones iniciales fue profundizar el diálogo con el consorcio canadiense Miller Western Pulp, firmando memorandos de entendimiento y pre-factibilidad del proyecto, haya estado detrás de la iniciativa de establecer una normativa para Parques Industriales, pensando en ese entonces establecer a Gualeguaychú como un pujante polo industrial. La historia detrás de su subida al carro ecologista, presuntamente por no haber obtenido el retorno deseado en sus negocios con las pasteras, es bien conocida.

         Volviendo a la ordenanza de marras, es claro que en 1999 el PIG no daba la talla y se le daba tiempo hasta el 2003 (4 años) para acomodar el cuerpo a la normativa. Nótese que la exigencia no era "sean limpios con lo que tiran" sino "tírenlo para donde no moleste". La ecología bien, gracias.

         De cualquier forma, parece que el plazo de cuatro años no se cumplió tampoco. Tanto es así que en la Ordenanza Nº 10636/2003 se dice, en referencia al cambio de cuenca para el volcado de efluentes del Parque Industrial Gualeguaychú,


         "Excedido con creces" parece bastante lapidario. La historia siguió, según parece. Curiosamente, en su relato exhaustivo de la "larga lucha de Gualeguaychú en defensa del medio ambiente" publicado el 27/2/2007, la Municipalidad de Gualeguaychú omite toda referencia a que hayan cumplido con lo solicitado exigentemente en 2003, por lo que uno -que no es nadie, como decía Wimpi- debería concluir que mucho no hicieron pese a toda la declaratoria.

         De hecho, hace un año, Picolotti se reunía con Busti, Guastavino y Moguilner, para comprometer "su apoyo a la futura obra de una Planta de Tratamiento de Efluentes Cloacales e Industriales en esa ciudad". En palabras de Moguilner, "Se mejora y optimiza la planta actual que obviamente ya ha cumplido su vida útil. Se va a modificar el punto de vuelco que es aguas abajo de la toma de agua con lo cual se eliminaría cualquier problema ambiental". Es decir, parece que 8 años después se seguía en la misma situación que en 1999, no se había hecho nada. En Diciembre de 2007, unos pocos meses atrás, Bahillo, Intendente de Gualeguaychú, declaraba a LT41 que debido al crecimiento del Parque Industrial, la planta de tratamiento de efluentes quedó obsoleta y que “es una falencia de la planta actual que el volcado de los efluentes, una vez tratados, se haga en el arroyo Gualeyán que desemboca en el Río Gualeguaychú, y todos los efluentes pasan por la toma de agua y por los balnearios. Con la nueva planta esto se corrige”.

         En la reunión de Guastavino con Picolotti, ésta comprometió el pago por la Nación argentina del 50% del costo de los 11 millones de pesos argentinos (unos 3.4 millones de dólares). Así que seguir contaminando por ocho años les dió bastante resultado, un regalito de 1.7 millones de dólares no es de desdeñar (calculen cuanto es el 15%).

         La historia relatada en los párrafos anteriores sirve fundamentalmente para concluir que no se han hecho obras dignas de mención en la planta de tratamientos de efluentes del PIG en los últimos diez años, así que la apasionante lectura del documento -un momento que me sirvo un segundo cognac- refiere a hechos por completo actuales, no a la lejana realidad de 1997.

         ¿Qué se extrae del documento? Mirando por ahora únicamente lo que refiere a la planta de tratamiento del PIG (hay mucha tela para cortar en otros aspectos también) me voy a centrar en el título 3.4.3. Naturaleza de la Contaminación en el Río y, en particular, en el capítulo titulado 3.4.3.1 Inadecuado tratamiento de las aguas residuales industriales provenientes del parque industrial. Como suele decirse, a confesión de parte relevo de pruebas. Pero veamos (aquí empieza la parte técnica, el que no quiera ver números puede saltar a las conclusiones directamente).

         Haciendo cuentas

         Los parámetros de diseño de la planta de tratamiento del PIG pueden verse en el siguiente cuadro.


         Lamentablemente en este cuadro tenemos únicamente los datos de DBO (Demanda Biológica de Oxígeno), no así los de DQO (Demanda Química de Oxígeno) o sólidos suspendidos. Pero algo es algo.

         Usemos los valores que están encuadrados en azul, para calcular la capacidad de tratamiento que tiene la planta. Para eso tenemos que tener en cuenta que "ppm" en este caso es equivalente a miligramos en un litro, o sea mg/L. Como tenemos los valores inicial y final del contenido de DBO (250 y 50 ppm respectivamente) y tenemos el caudal normal que entra a la planta de tratamiento (100 m3/h) podemos calcular que

caudal = 100 m3/h = 27.78 L/s

disminución de DBO = (250 ppm - 50 ppm) = 200 ppm = 200 mg/L

capacidad de tratamiento de la planta = caudal x disminución de DBO = 27.78 L/s x 200 mg/L = 5.6 g/s

         Es decir, la planta de tratamiento de efluente del PIG puede extraer (limpiar) casi 6 gramos de DBO por segundo de operación de acuerdo a como fue diseñada. Tendríamos que saber entonces cual es el DBO que efectivamente entra a la planta por segundo de operación, para saber cuanto es tratado y cuanto no. Para eso el documento es de ayuda, diciendo frases como las siguientes

         "De la visita y entrevista realizada, se concluyó que el funcionamiento de la planta es irregular, saliéndose de régimen habitualmente debido a que los afluentes a ella no cumplen con las especificaciones indicadas precedentemente."

         "Asimismo, se proporcionó resultados de muestras seriadas extraídas a la salida de la planta, cuyos protocolos de análisis se pueden observar en el Anexo 3.5, destacándose que dichas muestras analizadas no cumplen con las condiciones establecidas por la citada Ley Provincial Nº 6.260/78 para el volcamiento a cursos de agua."

         El documento incluye también una tabla con datos de muestreo de entrada. Obviamente esto no sustituye una medición continua del contenido de DBO, pero da una aproximación a lo que pasaba en 1997 (el 29 de Abril para ser más precisos). Obviamente hoy, diez años después, y de acuerdo a las declaraciones de los políticos entrerrianos que reconocen el crecimiento industrial y que la planta es obsoleta, la situación es simplemente peor. Veamos los datos.

         El promedio nos da 345 mg/L y si eso lo multiplicamos por el caudal real de la planta (no el de diseño, sino el caudal al que opera) tendríamos el vertido. En la sección 4.3.2 Bosquejos de Ingeniería se describe un proyecto para cambiar el caño de vertido hacia el sur, al Arroyo El Cura, y ahí se dice que el caudal medio diario de la planta de efluentes es 0.215 m3/s (obsérvese que operando por fuera de su diseño original). Usando estos dos números tenemos entonces

BOD de entrada = 345 mg/L x 0.215 m3/s = 345 mg/L x 215 L/s = 74,175 mg/s = 74.2 g/s

         Si ahora restamos de este número la capacidad de tratamiento de la planta (el anterior 5.6 g/s) nos da que lo que se vierte al Gualeguaychú es

Vertido de DBO = 74.2 g/s - 5.6 g/s = 68.6 g/s = 5.9 toneladas/día de DBO

         La denostada Botnia en tanto, para la que sí tenemos registros continuos conocidos, tiene una planta de tratamiento de efluentes con un caudal de 0.8 m3/s y un contenido de DBO en el efluente de 8 mg/L. Haciendo la misma cuenta tenemos que

DBO PIG / DBO Botnia = 68.6 / (0.8 x 8) = 10.7 veces

         En otras palabras, el PIG vierte más de diez veces más DBO al río Gualeguaychú que lo que vierte Botnia al río Uruguay. Si ahora recordamos que en el artículo Cuando el río suena agua lleva consideramos cuidadosamente cual es el caudal del río Gualeguaychú, resultando en 80 m3/s, mientras que el caudal medio del Uruguay es 6,400 m3/s, la concentrción de DBO producida por el PIG en el río Gualeguaychú es

PIG / Botnia = (68.6 / 80) / (0.8 x 100 x 8 / 6,400) = 857.5 veces


         O, en otras palabras, el PIG emite unas novecientas veces más que Botnia. Para los antagonistas ingenieros, usando los números más favorables al PIG (condiciones de estiaje del río Uruguay, descartar las salidas de régimen y considerar que sólo los valores más bajos de DBO son representativos, aumentar el caudal del río Gualeguaychú) el caso más favorable posible indica que el PIG produce en el Gualeguaychú al menos 4 veces más concentración de DBO que Botnia en el Uruguay.

         Ahora claro, alguien podría señalar -y con razón- que el hecho de que la planta de efluentes del PIG emita 900 veces más DBO que Botnia no necesariamente quiere decir que el PIG contamina (aunque, claro, si se mantiene que el PIG no contamina, entonces tampoco lo hace Botnia). La cuestión, como siempre, es comparar con los límites permitidos. Como ya vimos en un artículo anterior, Papel Prensa contamina justamente porque sus vertidos están entre 10 y 200 veces por encima de lo que la ley les marca. Veamos que con el PIG pasa lo mismo. Rescato nuevamente el párrafo mencionado antes y contenido en el documento

"Asimismo, se proporcionó resultados de muestras seriadas extraídas a la salida de la planta, cuyos protocolos de análisis se pueden observar en el Anexo 3.5, destacándose que dichas muestras analizadas no cumplen con las condiciones establecidas por la citada Ley Provincial Nº 6.260/78 para el volcamiento a cursos de agua."

         Lamentablemente, el Anexo 3.5 está completa e irreparablemente manchado por el moho y comido por la polilla, así que no puedo acceder a esos valores, pero sí podemos hacer algún cálculo con los valores que tenemos. Resulta que, por pura casualidad, uno puede encontrar la citada Ley Provincial Nº 6.260/78 en esta dirección. Para quien no tenga ganas de leerla, les cuento que establece dos límites de vertido de DBO en los efluentes, uno de 250 mg/L para el río Uruguay y otro de 50 mg/L para cursos interiores. Tomando los 68.6 g/s de DBO que emite la planta de efluentes del PIG y dividiéndolo por el caudal de 215 L/s declarado en el mismo documento tenemos

concentración de DBO en el efluente de la planta del PIG = (68,600 mg/s) / (215 L/s) = 319 mg/L

         Podemos entonces comparar los valores del PIG (319 mg/L) y los de Botnia (8 mg/L) y tenemos esta bonita tabla

         O sea que mientras que el PIG excede en más del 500% (más de 6 veces) el límite permitido por la legislación de la Provincia de Entre Ríos para los vertidos de efluentes industriales, la muy perversa y manipuladora Botnia de estos piratas finlandeses vierte al río Uruguay apenas el 3% de lo que podría hacer de acuerdo a la misma legislación, i.e. 30 veces menos. Como en la frase que podría haber dicho el Quijote, pero que no dijo, "¡cosas veredes, amigo Sancho, que non crederes!"

Conclusiones

         Periodista entrevistando a un personaje destacado de Entre Ríos
         Desgrabación textual ficticia... o casi

PERIODISTA: Y para cerrar este nuevo bloque Vamos a escuchar a (NO SE ESCUCHA) sobre el tema de la lucha contra Botnia pasó por los micrófonos de (NO SE ESCUCHA) y decía lo siguiente:

(comienzo audio grabado)

PERSONAJE: Es una marcha muy interesante porque realmente la gente que viene tiene la convicción porque sino no hubiera venido, o sea que, mucha juventud veo está acá, está bien, salió muy bien, me parece que salió muy bien.

PERIODISTA: ¿Leyó que los uruguayos dicen que el PIG contamina más que Botnia? ¿Se habló de eso en la marcha?

PERSONAJE: Por supuesto. Eso es lo bueno, lo que te dije al principio, ¿viste?. La gente viene con convicción, llevar la convicción a la gente más humilde es difícil porque date cuenta que la gente humilde tiene otras prioridades. O sea que, este tema, ¿viste?, por ahí cree que no lo toca pero, se está dando cuenta que sí, que a la larga lo va a tocar viendo la, la planta funcionar y otros problemas que trajo y todas esas cosas, ¿no?.

PERIODISTA: ¿a Ud. que le parece lo que dicen?

PERSONAJE: A mi me parece que es muy, muy interesante la, la, la marcha porque es decir, un contexto diferente pero igual la gente vino, eso me parece que habla mucho porque otras marchas fueron, ¿viste? con sol, agradables. La gente se sentaba a tomar mates, esta fue una marcha dura difícil de, de, de inclusive difícil de llegar, o sea, que la gente que vino, ¿viste?, vino, vino con todas las ganas, con convicción.

PERIODISTA: ¿pero el PIG contamina o no?

PERSONAJE: Mira, Botnia evidentemente, ¿viste?, tiene una actitud muy agresiva al haber, ya, ya lo marcó cuando puso en cuesta la marcha cuando se le ocurrió, o sea que no me extraña, ¿viste?, de que, también hubieran echado humo a propósito y todo eso. Ahora, ya van, va a llegar el castigo, ¿viste?, es una cuestión de esperar, nosotros tenemos paciencia lo hemos demostrado en estos, todas estas marchas, todos estos años y va a llegar, ¿viste?. Yo tengo entendido que ahora dentro de poco va a haber algún informe sobre la contaminación que, bueno, es otro tema ¿no?, un tema es la instalación de la planta en sí, otro es el Tratado de Uruguay y otra que contamina o no, pero en fin, yo creo que va a contaminar o sea que vamos a tener además de la, de la violación del Río Uruguay, el tema de la contaminación.

PERIODISTA: Finalmente, ¿le parece que Botnia contamina más que el PIG?

PERSONAJE: No, bueno, hay que esperar, ¿viste?, pero las cosas se van dando ¿viste?, y mientras tengamos el espíritu intacto, estamos todos más o menos conformes.

Fin de la grabación; continúan conversando los periodistas

PERIODISTA: Bueno, Uds. lo han escuchado amigos. Y bueno, trazando un panorama preocupante pero a la vez diciendo también que están trabajando, digamos, para empezar a solucionar viejos problemas de contaminación en la provincia.

--Fin del comentario; queda micrófono abierto accidentalmente--

PERIODISTA 1: Estamos en el horno, estamos...

PERDIODISTA 2: Si, si... cerdo al horno... ¡Uy! cerrá, cerrá....

--Fin de la desgrabación--

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