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Argentina se está suicidando
por Raúl Seoane
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Escribir sobre este tema me resulta doloroso. Ver como un gran país con un pueblo maravilloso va cayendo por un tobogán hacia un pozo que no tiene fondo, realmente me duele. Un país que, hoy que el mundo reclama más alimentos, puede ser “el granero del mundo”, pero por las avarientas apetencias políticas está cayendo y cayendo.
Hoy, 7 de mayo, la lucha del campo se ha desvirtuado, no es una lucha de poderes ni una reivindicación por la expoliación del gobierno, hoy se ha transformado en un grito de federalismo en el que están abrazados millones de argentinos.
Para poder entender lo que sucede hay que comprender como funciona el país. Los principales impuestos como el IVA y Ganancias, se pagan en todo el país y los recibe la Nación. Esos impuestos se devuelven a cada provincia en proporción a la cantidad de habitantes y de acuerdo a pactos previamente suscriptos entre las provincias y la Nación.
Sin embargo, las retenciones a las exportaciones agrícolas NO son coparticipables, por lo que el dinero que generan los agricultores y que abonan en impuestos, NO vuelve a las provincias y por ende NO vuelven en obras, en infraestructuras, en mejoras para la provincia.
Pero Argentina se está suicidando porque en un momento en que el mundo entero reclama más y más alimentos, las autoridades del país prohíben las exportaciones de carne y dificultan las de cereales y oleaginosas, desaprovechando la coyuntura internacional para hacer crecer el país. De esta manera, nuestro país y Brasil están captando los mercados que Argentina abandona, incluyendo la tan codiciada Cuota Hilton otorgada por le Unión Europea.
Un país que siempre se consideró como El Granero del Mundo, debido a una equivocada política agropecuaria, muy probablemente en los próximos años deberá importar trigo y otros alimentos básicos, y debe soportar que el presidente brasileño, “Lula” Da Silva declare a la prensa mundial que Brasil se va a convertir en el verdadero Granero del Mundo.
Argentina se sigue suicidando porque a pesar de la confiscación del 75 % de la deuda externa realizada a los tenedores de bonos argentinos en el exterior, la deuda total del país es superior a la que existía en la época en que Fernando De La Rúa fue presidente de la Nación, con el agravante de que mucha de esa deuda se encuentra impaga y con procesos judiciales internacionales y embargos sobre bienes argentinos.
En este mes, el gobierno argentino tiene que afrontar el pago de 20.000 millones de dólares de intereses de la deuda renegociada y acude al dictador Hugo Chávez para que Venezuela le compre a la Argentina una nueva emisión de bonos, ya que en razón de no haber renegociado una porción muy importante de su deuda externa, Argentina no puede conseguir préstamos internacionales dentro de los circuitos financieros habituales para cualquier país.
En razón de pésimas acciones del gobierno de los Kirchner como persecuciones y aprietes al comercio y la industria, el congelamiento de precios y tarifas, la desbocada corrupción oficial conocida –el caso Skanska, la valija de Antonini Wilson, etc.-, los anómalos cortes de los puentes internacionales contra Botnia y la inseguridad jurídica, el país no recibe inversiones extranjeras y las de los propios argentinos están acotadas a las necesidades inmediatas pero no a las futuras.
Los congelamientos de precios redundaron en faltante de productos alimenticios y en esa semana de combustibles, pero como siempre, los Kirchner que ven fantasmas golpistas por todos lados, culpan a las empresas de ello sin querer enterarse de que esto es culpa de sus propios errores. Esto de culpar a los demás por las propias falencias parece ser la regla general de los gobiernos de la izquierda progresista. En nuestro país, los fallos de la Suprema Corte de Justicia en contra del IRPF es culpa de la oposición, en Bolivia, el triunfo de la autonomía de Santa Cruz es culpa del golpismo de los norteamericanos, en Venezuela el faltante de insumos básicos es culpa del imperialismo internacional, y así podemos continuar demostrando culpas ajenas y no propias.
Es terriblemente lamentable que un gran país, que podría ser el motor de crecimiento de todo el Cono Sur, se esté suicidando lentamente y revertir esta situación va a costar muchísimo tiempo y esfuerzo, porque la imagen que se tiene del país en el exterior es pésima.
Tengo la desagradable sensación de que el matrimonio Kirchner accedió a la primera magistratura del país simplemente para enriquecer sus currículums con "de tal fecha a tal fecha presidente de la República Argentina", porque no tienen la menor idea de cómo conducir un país.
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