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Desprecio republicano
por Gerardo Amarilla
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Días pasados hemos asistido a declaraciones que poco contribuyen al normal funcionamiento de las instituciones democráticas, así como al debido y necesario respeto entre los poderes del Estado.
Nuestra democracia se asienta en el ejercicio de los Poderes independientes, pilares del sistema republicano.
Esa independencia y equilibrio de los poderes son claves para la garantía de los derechos de los ciudadanos.
Las declaraciones de un Senador de la República, miembro del sector mayoritario del partido de Gobierno acusando de “mentiroso” a un ministro de la Suprema Corte de Justicia y la no menos grave acusación de que el máximo órgano del Poder Judicial había actuado bajo presión y “cobrado al grito”, son una pésima señal del desprecio que determinados actores tienen por el sistema republicano y afectan la convivencia democrática de nuestro País.
A la altura de las circunstancias, estuvo sin embargo la respuesta de la Corte, que prefirió no ingresar en un debate con tan bajo nivel que podría afectar su propia imagen y agravar el ya deteriorado relacionamiento de poderes.
De los que sí esperamos una reacción es de los actores políticos, fundamentalmente del partido de gobierno y en el mejor de los casos, del propio Poder Ejecutivo.
Los partidos políticos tienen el derecho de defender sus posturas desde las diferentes posiciones de poder que la ciudadanía les ha confiado, pero en primer lugar deben defender la Constitución, el normal funcionamiento de las instituciones que ella consagra y abstenerse de aquellos actos que atenten contra las bases fundamentales de nuestra nacionalidad, como lo dispone la propia Carta Magna.
Claro que aquellos que desprecian el sistema democrático y republicano, no deben ni saber lo que la Constitución establece.
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