Mucho hemos oído sobre los accidentes de tránsito. Muchos opinan al respecto, con conocimiento o sin él. La prensa en todas sus modalidades, recoge las opiniones y hasta a veces, arriesga sus propias conclusiones al respecto.
Innegable formadora de opinión, al fin de cuentas, termina “mal informando”, sin intención. En comunicación, gobierna lo percibido por el receptor y no lo emitido por el emisor.
En la conciencia popular, una falsedad repetida muchas veces, termina considerándose verdad. Por ejemplo. Es común recibir la noticia de: “la niebla causó un accidente...” La niebla es solo un elemento más de los que componen el medio ambiente en el que debe desenvolverse el tránsito. Hay otros elementos, tales como la vía, el medio ambiente, el vehículo y finalmente lo más importante, el conductor. La niebla por sí misma jamás puede causar ningún accidente; sin embargo, el conductor imprudente que no ajusta su conducción a una situación determinada, sí es el causante del suceso.
Con este tipo de comentarios, enunciados como aseveración, se “deshumaniza” al hecho relevante, que es el accidente causado por una acción (o inacción) humana. Visto desde esa perspectiva, ¿el elemento meteorológico tiene la culpa?, no, el ser humano imprudente o negligente. ¿Cómo podríamos desde la sociedad responsabilizar a una persona por los efectos de los fenómenos naturales que no puede controlar? ¿Qué responsabilidad tiene si estaba lloviendo a cántaros?
La Policía debe hacerse cargo de su parte de responsabilidad en este asunto. Históricamente, a la Institución le ha costado entender que “el accidente de tránsito es un grave problema de seguridad pública”.
A ningún Jefe de Comisaría lo llamarán a responsabilidad por la cantidad de accidentes de tránsito ocurridos en su jurisdicción. Eso será responsabilidad de Policía Caminera, o de los Cuerpos de Policía de Tránsito, según corresponda; pero a los responsables de los mismos, tampoco.
Es que todos hemos asumido que el accidente de tránsito, es algo irremediable con lo que debemos convivir. Es uno más de los riesgos a asumir al vivir en sociedad.
Esa dificultad, entre otras cosas, le ha valido a la Policía, no valorar adecuadamente qué tipo de información debe proporcionar a la prensa y al público en general.
No siempre ha destinado a los muy buenos profesionales que tiene para diseminar la información, en forma clara, asequible y técnicamente correcta. Los policías somos parte del problema, por tanto, también debemos serlo de la solución. Reconocer los errores representa el principio del cambio.
Sub Comisario Alessander Tironi
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