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Los Pibes Chorros
por Rodrigo Blás
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Poca cosa más delicada puede haber que hablar de cómo tratar a los factores que alteran la seguridad en un país donde el 40 % de la población piensa que el mayor problema que sufre el Uruguay es la seguridad y un 73 % piensa que la inseguridad ha aumentado durante y por causa del actual gobierno según las últimas encuestas .
En el privado conciente de los Uruguayos se percibe a la minoridad delincuente, como uno de los principales problemas que hacen a la inseguridad reinante; niños descontrolados, delincuentes menores, sin hogar, que amparados en la impunidad que la Ley le da a partir de su edad atosigan a propios y extraños a través de delitos algunos de ellos de violencia inusitada aún para mayores.
La reacción simple y primera es bajar la edad de inimputabilidad, medida que aparece razonable teniendo en cuenta que el límite legal data de hace más de 70 años y como en todo, el tiempo hace merecer revisar las cosas.
No obstante, nos parece que la amenaza de cárcel no hará disminuir la voluntad de delinquir, en definitiva hay más delincuentes mayores de edad que menores de edad y los primeros saben bien, que si los agarran van presos.
Sí, aparece como un factor que hace a una mayor e igualitaria aplicación de la justicia, que el sometimiento total a la ley penal amplíe su objeto no permitiendo que queden sin castigo crímenes por la mera edad del actor.
La propuesta de Lacalle de aplicar según el criterio del administrador de justicia distintos parámetros según el delito nos parece justa, atinada y que abarca tanto el problema planteado como el error de la rajatabla de bajar sin más la edad de inimputabiliad. Fiel a su costumbre Lacalle plantea y explica: no es lo mismo un muchacho que a los 16 años roba un alfajor que aquel que con los mismos años roba una escopeta, se sube a un auto, rapiña un comercio y le pega un tiro al guardia para escaparse, el Juez debe tener la facultad de juzgar al último como mayor, por su accionar premeditado, su intención y demás factores que hacen a los tipos penales.
La aplicación de esta medida entre otras permitiría por un lado no confundir al menor que comete un delito con un delincuente común y no separar a todos los menores que cometan delito del amparo del Estado correccional, para ponerlos bajo la tutela penitenciaria del Estado como mayores.
Tan importante como tomar medidas de urgencia y firmeza clara, es hacerlo con claridad de objetivos, el objetivo buscado es proteger a la sociedad; no simplemente castigar mejor a los delincuentes; es, generar más seguridad, no necesariamente más presos.
Incluso si los uruguayos sabemos que los niños peligrosos están en la cárcel nos acercaremos con más tranquilidad a los que estén en las calles; pero si hay un niño injustamente en la cárcel nos distanciaremos como sociedad; como todas las cosas en esto la razón también es cuestión de medida y el que debe medir en estos casos es el Juez; para eso está.
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