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Año V Nro. 368 - Uruguay, 11 de diciembre del 2009
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El dictador de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, que entre los títulos lamentables que ostenta, se encuentra el de ser el segundo más antiguo de África con treinta años usurpando el poder, obtuvo obviamente por la vía fraudulenta, su tercera reelección. La misma tuvo tintes surrealistas, debido a que no participaron casi observadores internacionales, una escasa media centena como testigos del desarrollo del proceso eleccionario y se encontraron demasiados escollos por parte del gobierno para cumplir con las funciones de observación y fiscalización. El partido de Obiang obtuvo después del escrutinio final, la friolera del 97% de los votos emitidos, lo que lo lleva a ocupar 99 escaños en el Parlamento de Guinea Ecuatorial de los 100 con que cuenta el mismo. El resultado de los comicios representa el sueño de cualquier asesor de campaña política en el mundo, pero obviamente esos porcentajes sólo se puede conseguir mediante el fraude. Lo más vergonzoso, es que Teodoro Obiang, presume su condición de dictador a los cuatro puntos cardinales. Cuando el Ministro español Miguel Ángel Moratinos visitó Guinea Ecuatorial hace unos meses el gobernante ilegítimo externo: “Yo presumo de que soy dictador porque el sinónimo de dictador viene de dictar las normas. ¿Qué dirigente de un país no es un dictador?” Estos desplantes le son permitidos a Obiang, por gobernar al tercer país productor de petróleo de África, cuyo desarrollo económico y social con el potencial que tiene de recursos naturales, debería ser equivalente al de algunos países europeos. Sin embargo las cifras que manejan los organismos internacionales muestran lo contrario. Por ejemplo, la UNICEF, el organismo de Naciones Unidas encargado de la Infancia, sostiene que la mortandad de niños en el año 2007 era de 206 por cada 1000. Por otra parte, en estudio internacional de corrupción, Guinea Ecuatorial aparece en los primeros puesto a nivel mundial. La única oposición real a Obiang, está fuera de Guinea Ecuatorial, específicamente en España del cual este país era Colonia hasta 1968 que logró su independencia. Me estoy refiriendo al gobierno del exilio que lidera Severo Moto Nsa y está de más decir que éste no aceptó el resultado de las elecciones. Lo grave es que países como Estados Unidos, Francia y la propia España entre otros, “toleran” la dictadura de Obiang debido a sus intereses económicos en el negocio del petróleo y el gas, demostrando lo light de su ética con respecto al régimen que encabeza el tirano. Esperemos que a corto plazo, las presiones de la comunidad internacional, independientemente de intereses económicos en lugar de disminuir como hasta ahora, aumenten y que los países desarrollados dejen de ser “cómplices” del dictador Obiang. El pueblo de Guinea Ecuatorial merece ser apoyado por la comunidad mundial para liberarse del tirano y hacer realidad el ansiado sueño de décadas, de construir su democracia. ¡Hasta el próximo análisis…! © Lic. Washington Daniel Gorosito Pérez para Informe Uruguay
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