|
|
|||||||
|
Año V Nro. 368 - Uruguay, 11 de diciembre del 2009
|
|
La excelente votación del Frente Amplio en las elecciones nacionales realizadas en Octubre de este año mostró que la ciudadanía del departamento sintió como propias las políticas llevadas adelante por el Gobierno y las propuestas presentadas por los Senadores Mujica y Astori. El día del “Banderazo en Melo”, fiesta política inolvidable, el pueblo frenteamplista comenzó a soñar con la conquista de la Intendencia. Entonces en los barrios comenzó a sentirse que lo posible se convertía en probable y que ello tan solo dependía del compromiso con los cambios, así con el trabajo incansable que durante 30 días realizaron los frenteamplistas de “octubre” para crecer, conquistando voluntades en el mano a mano, de a uno, cara a cara, vecino a vecino, cuando peleando por ganar la Presidencia de la República, en estos pagos se consiguieron 4.000 votos más que en octubre, transformando definitivamente el mapa político local al lograr en noviembre la consolidación de 2.500 votos más que los conseguidos por el Partido Nacional. El sueño de la Intendencia tuvo en noviembre un nuevo peldaño al volcarse un aluvión de noveles votantes al Frente Amplio. Se votó mejor y se estuvo a 3.000 votos de ganarle al Partido Nacional y el Partido Colorado juntos. Los frenteamplistas de Cerro Largo aportaron mucho al triunfo nacional, en cantidad de votos pero sobre todo en la calidad de ellos. Porque en el departamento más herrerista del país el FA votó mejor en noviembre de que lo hizo el PN en octubre, lo que no es poca cosa. Tanto lo es, que el Coronel Ambrosio Barreiro, Intendente por tres períodos y con un profundo conocimiento de la política departamental, realizó un discurso alarmista para sus propios compañeros. Algunos incluso salieron a responderle, enceguecidos por una historia de triunfos que pensaban eternos y con una arrogancia propia de miopes políticos que no ven la elocuencia del nuevo mapa político departamental. El Intendente Barreiro nunca se había preocupado por el FA, (claro, salvo otras y lejanas épocas) al punto de elogiar su capacidad de militancia y propuesta social, por la sencilla razón que controlaba la interna blanca. Recordemos que en las últimas elecciones su grupo era derrotado en las instancias nacionales y triunfaba en las municipales, asegurando su poder local y su singular modo de ejercer la política partidaria y municipal. Ha ido más lejos aún, aventura una teoría política inevitable: la única posibilidad por la cual los partidos tradicionales accedan a mayorías electorales es la unión entre ambas colectividades. No es nuestra intención profundizar en esas afirmaciones, tan solo queríamos señalar que estas actitudes reflejan de forma brutal que nuestros sueños se han transformado en la pesadilla de otros. El gobierno nacional conducido por el Dr. Vázquez y el Frente Amplio brindó lo que prometió: mejores salarios, mejor educación, mejor salud y muchas mejoras en todos los ámbitos, incluidos también los empresariales. Prometió y no se le dio mucha importancia en su momento, construir un país menos vulnerable a las crisis externas. En la más grave crisis mundial desde el año 1929, el FA cumplió la más compleja de sus promesas. No solo fue menos vulnerable, sino que fue uno de los países del mundo que mejor estaba preparado y con menores costos económicos y sociales sorteó esa calamidad. En el medio además, de la peor seca y ahora inundaciones de los últimos 50 años. Dio canastas, ingresos ciudadanos, operaciones de ojos, rutas de salida para la pobreza, pero dio algo que ningún gobierno le había otorgado al pueblo, su dignidad ciudadana. Porque ninguno de los beneficios otorgados fue condicionado por caudillos, caudillitos o caudillejos nacionales, municipales o barriales como era la nefasta costumbre cimentada en el favor concedido y su dependencia explícita o implícita. Ahora el Estado no mira la bandera política, social o religiosa del ciudadano cuando le otorga los servicios imprescindibles que guían la praxis del gobierno, tampoco anota su serie y número de credencial, mucho menos le tira con tres chapas y 100 ladrillos una semana antes de la elección. Y si en algún pozo oscuro de los perfiles municipales del estado aún se llevan adelante estas prácticas, el ciudadano no las toma en cuenta en la hora de decidir su voto, por la simple razón de que tomó conciencia de lo que le corresponde y para conseguirlo vota a quien le asegura su ciudadanía y dignidad. Todo lo demás es su derecho inalienable. Por eso el Coronel Barreiro analiza y lo explicita además, su enorme preocupación por la etapa política actual, tiene claro porque es parte de la experiencia acumulada por su grupo que le gana sin contratiempos la carrera interna al Economista Botana, el problema es que ahora sabe que ese no es su rival. Su contrincante es el Frente Amplio, su rival es un nuevo ciudadano en Cerro Largo, su opositor implacable es la dignidad conquistada en estos breves 5 años por nuestro pueblo. Los militares tienen como ventaja comparativa un dominio superior del arte de la política - (la guerra es la continuación de la política por otros medios[i]), o viceversa- todos ellos han leído a Sun Tzu, Nicolás Maquiavelo y a Karl von Clausewitz por lo menos, por lo tanto manejan objetivos, metas, estrategias, tácticas y planes operativos de manera científica. Por ello posen la capacidad de pronosticar los futuros escenarios donde se desarrollarán las contiendas. Por eso su preocupación y algo más complejo, la incomprensión por parte de sus correligionarios, en la determinación analítica de la nueva polaridad manifiesta. El eje político del poder también cambió para siempre en Cerro Largo, ya no es entre blancos “conservadores” y “progresistas” la contienda. Ésta se trasladó ineludiblemente (y a confesión de parte, relevo de prueba) hacia la disputa entre el Partido Nacional y el Frente Amplio. El escenario es simple: todos los analistas políticos coinciden que el futuro supone un crecimiento del Partido Colorado y un decrecimiento del Partido Nacional. El PN ya perdió un 5% con respecto a la elección del 2004; el PC creció en forma importante y por lo tanto necesita desesperadamente posicionarse muy bien en lo nacional y también en lo local; el FA de Cerro Largo continúa creciendo aceleradamente en cada instancia electoral. En lo nacional el FA conquistó nuevamente las mayorías parlamentarias, fue electo un Presidente con una impronta aún mayor a favor de los humildes, exhibe la experiencia de un gobierno que asumió en medio de la crisis dejada por el 2002, que conoció épocas de bonanza internacional y también su insospechado caos, una gestión cada vez más transparente y un futuro Presidente que tiene sus manos encallecidas del trabajo en la tierra y un concepto revolucionario del rol del Uruguay en su espacio geopolítico y en el nuevo tiempo global. ¿Cómo puede el Partido Nacional ganar en mayo las municipales? La única posibilidad es que la dirigencia frenteamplista no sea lo suficientemente sabia para interpretar el sentir popular. Si el FA no conquista la Intendencia es por errores propios y no por aciertos ajenos, porque éstos hace tiempo no existen. Con la autorizaciáon de: © Ernesto Morales Souza
|