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No preguntes lo que tu país te puede dar, sino lo que tú puedes darle a él.
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Año V Nro. 386 - Uruguay, 16 de abril del 2010 |
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Los artilugios que deforman conceptos, las mentiras repetidas mil veces y las falacias recurrentes, son los mecanismos que han sido utilizados con premeditación y alevosía por el Frente Amplio durante décadas, para obtener, con éxito al fin, el poder en distintas áreas de la administración. Y hoy por hoy, el gobierno del país. Para enumerar con mediano detalle ejemplos de esa tarea de desprestigio, de oposición destructiva y de menoscabo de los logros de otros gobiernos, personalidades o instituciones que no obedezcan a su asumido autoritarismo y vilipendio de la gestión ajena, sería necesario, justo es reconocerlo, una disciplina y entrega que les ha sido vinculcada a sus seguidores, y que muchos otros, de otras tiendas, han decidido volcarla al beneficio de todos, del país, de su gente, sin importar sus banderías, concepto éste insospechado en el accionar de los otrora opositores, que hacen alarde de su intransigencia y prepotencia, cuando tienen mayorías.
Paradójicamente, uno de los conceptos denunciados como inexistente cuando el Frente Amplio era oposición, es la consabida transparencia. Planteado el tema como un eslogan, repitieron hasta el hartazgo QUE ELLOS SÍ iban a ser transparentes, en contraposición a los que en ese momento gobernaban —sean cuales fueren, es lo mismo— y, sin recurrir a los mecanismos democráticos, agitaban la pancarta de la presunta falta de transparencia y prometían sacar al sufrido pueblo de tan atroces despojos y atropellos… Una vez conseguido el fin largamente anhelado poco importa el discurso anterior, y sistemática e impunemente se viola A DIARIO a la pobre transparencia, recurriendo a los métodos más burdos e imperdonables. La Junta de Transparencia y Etica Pública —conocida como unidad anticorrupción del Estado— ha sido burlada repetidas veces en el período pasado de gobierno por parte de organismos del Estado que no enviaron las listas de funcionarios solicitadas por dicha junta. También se burló de ella la Intendencia de Montevideo cuando se negó a publicar en su página web, tal cual es su obligación, las licitaciones o contrataciones directas que realiza, para que TODOS los proveedores estén en igualdad de condiciones a la hora de cotizar. ¡Pobre transparencia! El rotundo fracaso de los centros comunales, donde han sido prolijamente ubicados amigos de la administración, se subrayará en forma inconstitucional con las alcaldías, y además no hay forma de saber qué es lo que hacen. Los concursos, han sido denostados y relativizados por el propio Mujica admitiendo que fueron acomodos!!! El tráfico de influencias —¿se acuerdan del Maciel?— el desconocimiento por parte del pueblo —y parece que del propio Intendente también (sic)— de lo que pasaba en los casinos, los olvidos de Nin Novoa a la hora de declarar bienes, las continuas faltas y reiteraciones del gasto ante el Tribunal de Cuentas —Casino Carrasco y muchos otros despropósitos— son algunos de los avatares que han hecho que la transparencia ya esté acostumbrada a que la mancillen, la golpeen, la pisoteen, la violen. Tantas veces, que ya ni se hace la denuncia. Para qué… Uno de los puntos del Plan de Gobierno —Compromiso por Montevideo— planteado y propuesto por Ney Castillo, tiene que ver precisamente con la recuperación de la perdida transparencia. Aspectos tales como asegurar al ciudadano el conocimiento y divulgación de que es lo se hace con sus dineros en ocasión de las rendiciones de cuentas, publicación de estados financieros de la I.M.M., difusión de adquisición de bienes y servicios de la misma, derecho de acceso al ciudadano a la información municipal, exigencia a los jerarcas, de ser necesario, de demostrar su honestidad y eficiencia… Todos puntos que parecen de pronto obvios, pero que han sido dejados de lado en estos veinte años de gobierno de un solo partido. ¿Por qué, además de incurrir en acciones delictivas, se ha negado en forma sistemática la posibilidad al ciudadano de acceder a la información? Y la frasecita es “que se ocupe la justicia”. ¿¿De transparencia ya no se habla??
Pero como la impunidad y el desprecio hacia el resto, al sentirse mayoría, se ha hecho moneda corriente, cuando Ney Castillo exige transparencia a la actual administración municipal, explicando porqué hoy no existe, la preclara y favorita candidata Ana Olivera SE ENOJA, y prefiere defender las gestiones de Arana y Ehrlich, antes de admitir, con humildad —obviamente cualidad inexistente en ella— que se cometen errores. Que se dista mucho de lo prometido. No debe llamar la atención que ella priorice los aspectos políticos ante las demandas de los sufridos montevideanos. Es parte de su formación. Ya hace rato que nos venimos acostumbrando al autoritarismo, y a la prepotencia como defensa ante la incompetencia o la mala gestión constatadas. Eso sí, con sonrisas cautivantes para el montevideano al que todavía no le bastó con lo que le han esquilmado en estos años. De obras prometidas sin hacer, ni hablar. Porque sido prolijamente ubicados amigos de la administración, se subrayará en forma inconstitucional con las alcaldías, y además no hay forma de saber qué es lo que hacen. Los concursos, han sido denostados y relativizados por el propio Mujica admitiendo que fueron acomodos!!!. El tráfico de influencias —¿se acuerdan del Maciel?— el desconocimiento por parte del pueblo —y parece que del propio Intendente también (sic)— de lo que pasaba en los casinos, los olvidos de Nin Novoa a la hora de declarar bienes, las continuas faltas y reiteraciones del gasto ante el Tribunal de Cuentas —Casino Carrasco y muchos otros despropósitos— son algunos de los avatares que han hecho que la transparencia ya esté acostumbrada a que la mancillen, la golpeen, la pisoteen, la violen. Tantas veces, que ya ni se hace la denuncia. Para qué… Uno de los puntos del Plan de Gobierno —Compromiso por Montevideo— planteado y propuesto por Ney Castillo, tiene que ver precisamente con la recuperación de la perdida transparencia. Aspectos tales como asegurar al ciudadano el conocimiento y divulgación de que es lo se hace con sus dineros en ocasión de las rendiciones de cuentas, publicación de estados financieros de la I.M.M., difusión de adquisición de bienes y servicios de la misma, derecho de acceso al ciudadano a la información municipal, exigencia a los jerarcas, de ser necesario, de demostrar su honestidad y eficiencia… Todos puntos que parecen de pronto obvios, pero que han sido dejados de lado en estos veinte años de gobierno de un solo partido. ¿Por qué, además de incurrir en acciones delictivas, se ha negado en forma sistemática la posibilidad al ciudadano de acceder a la información? Y la frasecita es “que se ocupe la justicia”. ¿¿De transparencia ya no se habla?? Pero como la impunidad y el desprecio hacia el resto, al sentirse mayoría, se ha hecho moneda corriente, cuando Ney Castillo exige transparencia a la actual administración municipal, explicando porqué hoy no existe, la preclara y favorita candidata Ana Olivera SE ENOJA, y prefiere defender las gestiones de Arana y Ehrlich, antes de admitir, con humildad —obviamente cualidad inexistente en ella— que se cometen errores. Que se dista mucho de lo prometido. No debe llamar la atención que ella priorice los aspectos políticos ante las demandas de los sufridos montevideanos. Es parte de su formación. Ya hace rato que nos venimos acostumbrando al autoritarismo, y a la prepotencia como defensa ante la incompetencia o la mala gestión constatadas. Eso sí, con sonrisas cautivantes para el montevideano al que todavía no le bastó con lo que le han esquilmado en estos años. De obras prometidas sin hacer, ni hablar. Porque después de todo, las obras han sido lo menos importante. Quizá tenga razón Olivera al decir que la administración municipal de Montevideo es transparente. Que en español se liga o corresponde con translúcido, diáfano, imperceptible. O mejor aún, en muchos aspectos, inexistente. © Consuelo Pérez para Informe Uruguay Compartir este artículo en Facebook
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