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No preguntes lo que tu país te puede dar, sino lo que tú puedes darle a él.
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Año V Nro. 386 - Uruguay, 16 de abril del 2010 |
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A esta altura de las circunstancias nadie tiene muchas dudas sobre la locura de algunas posturas de Adeom en Montevideo. Si no fuera por el enorme poder que fue asumiendo por renuncia de la IMM a ejercer la autoridad, sería para un psicólogo social. Pero este caso del gremio municipal no es para la risa porque en sus manos, y no en las de la intendencia, está la decisión sobre el destino final y el uso que se hace de los US$ 400 millones que se recauda de los bolsillos de los montevideanos.
La relación de la Intendencia con Adeom es patológica, porque se escapa de lo normal. Los roles están invertidos: manda Adeom y obedecen los gobernantes municipales. La primera intendencia frentista, la de Vázquez, marcó la cancha. Su primera decisión fue un aumento salarial doble, reduciendo la carga horaria de ocho a seis horas diarias, y además transformando las dos horas que van de las seis a las ocho en "extras" sin pedir ninguna contrapartida: ni aumento de la productividad, ni mejor atención, ni nada. Compró paz laboral con dinero ajeno. En ese mismo período comenzó la multiplicación de lo recaudado, que llevó de aquellos 90 millones de dólares de 1990 a los 400 millones de esa moneda que se recaudan hoy. Había que pagar la fiesta, o mejor dicho se nos obligaba a pagar la fiesta. ¿Cuatro veces más recaudación fueron para cuatro veces mejor limpieza, iluminación y pavimentado? Adeom apretaba y las autoridades aflojaban la billetera de los montevideanos. El convenio del 2002 firmado por Arana fue la prueba del nueve de esta patológica relación. La región se incendiaba, la economía se desplomaba, y alegremente nuestros gobernantes municipales firmaban convenios sin mirar los informativos. No sabían, parece, que Uruguay estaba al borde del precipicio... y dando pasos adelante. El convenio nos costó decenas de millones de dólares, que no los pagó Arana ni su equipo, sino todos nosotros. Más para Adeom y menos para los montevideanos. Miles de uruguayos perdían sus empleos y quedaban en la calle mientras en Adeom se festejaba y las autoridades sonreían comprando nuevamente paz laboral cerca de las elecciones. Una vez más pagamos, como dice Tomás Linn, los "nabos de siempre".
La orgía ("satisfacción viciosa de apetitos o pasiones desenfrenadas") municipal en Montevideo es protagonizada por unos pocos que desde hace veinte años se ríen de todos. El video que la conductora le grabó a los "valientes" inspectores de tránsito es una muestra de lo que pasa por esas cabecitas. Están convencidos que son quienes mandan y que su poder es impune. En el municipio la ley es Adeom, lo dijeron los "zorros" y tienen razón. El miércoles pararán para reclamar el ingreso de "miles" de funcionarios nuevos. Quieren municipalizar lo que está tercerizado. El prosecretario de la intendencia dijo a El País que estas decisiones no se pueden tomar "a un mes de las elecciones". ¿Y luego que pasen, sí? Basta de prepotencia, de privilegios y de derechos sin deberes. El 9 de mayo es hora de ponerlos en su sitio, a ellos y a los que le rascan el lomo hace veinte años. © Javier García para Informe Uruguay Compartir este artículo en Facebook
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