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No preguntes lo que tu país te puede dar, sino lo que tú puedes darle a él.
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Año V Nro. 399 - Uruguay, 16 de julio del 2010 |
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Los saharauis son un pueblo de origen nómada y comerciante, dedicados durantes siglos al pastoreo, a pesar de la aridez y la severidad de su territorio marcado por la escasez de lluvias; al mismo tiempo llegaron a controlar el comercio de la sal y del oro en el norte de África. El pueblo saharaui es un pueblo africano, árabe y musulmán, que adopta la religión islámica sunita, muy tolerante y que en la actualidad respeta la libertad de práctica religiosa y de creencias, la republica saharaui es un estado no confesional. La lengua saharaui es el Hassanía, un dialecto árabe, cercano al clásico. Sólo algunos lugares geográficos del Sahara Occidental mantienen el nombre en el dialecto bereber original que ha sido absorbido totalmente por el Hassanía. Por su relación histórica y cultural con España, el pueblo saharaui mantiene el español como segundo idioma. La ganadería nómada era la base de la economía con grandes rebaños de camellos, ovejas y cabras y en menor proporción cebúes. Una de las riquezas más importantes es la pesca marítima. La plataforma continental saharaui es una de las zonas pesqueras más ricas del planeta, con moluscos y varias especies de cefalópodos y crustáceos. El Sahara Occidental es un territorio rico en recursos naturales, que garantizan la independencia y viabilidad económica del país y que son suficientes para que la población saharaui pueda no sólo mejorar notablemente sus condiciones de vida, sino también, alcanzar cotas de desarrollo económico homologables a cualquier país occidental moderno. Una de las riquezas más importantes es la pesca marítima. Sus aguas territoriales, albergan los caladeros de pesca más importantes del planeta con capacidad para producir hasta dos millones de toneladas al año. Otra de las mayores riquezas del Sahara son los yacimientos de fosfatos que constituyen la explotación más grande de este mineral que existe en el mundo a cielo abierto y la más rica, con un 85% de fosfato Tri cálcico, estimándose sus reservas cercanas a los 10 billones de toneladas. Asimismo existen prospecciones que revelan la existencia de petróleo y gas a lo largo de toda la costa saharaui, tanto en tierra como mar adentro. Las costas saharauis con playas de arenas blancas y limpias reúnen todas las condiciones necesarias para desarrollar proyectos de interés turístico. El sol, el mar, el clima, junto con la cercanía de las Islas Canarias y los vínculos históricos y culturales que se mantienen entre el pueblo saharaui y el pueblo español, son factores determinantes para que prospere una amplia oferta cultural y turística. En 1936, España toma posesión definitiva del Sahara Occidental como colonia; en 1958, promulga un decreto de la presidencia por el que se convierte al Sahara en provincia española y así fue hasta 1975, cuando Marruecos lo invadió mediante la Marcha Verde a pesar de haber sido reconocido el Frente POLISARIO por España manifestándole ésta al mismo, su intención de transferir la soberanía a los saharauis en el menor tiempo posible. La ocupación fue un acto de fuerza para aprovechar una situación de hechos consumados. Para entonces, España ya se había comprometido, a instancias de la ONU y ante la historia, a iniciar los trámites de descolonización que contemplaban la convocatoria de un referéndum para la independencia del Sáhara. Sin embargo jugó al doble rasero, con un pobre papel político, no supo imponerse, fue incapaz de celebrar el referéndum, optó por sacudirse la responsabilidad abandonando el territorio, la marcha negra de Hassan II era un hecho, por una parte España mantenía vivas las esperanzas del pueblo saharaui, por otra jugaba al juego sucio de Marruecos, la otra marcha negra, miles de soldados penetrando en el interior del territorio con España entregando los puestos fronterizos al enemigo, era una venta perfecta, el lote incluía todo un pueblo. El 31 de octubre comienza la invasión marroquí al noroeste del Sahara Occidental con 25.000 soldados. En febrero de 1976 la aviación marroquí bombardea con NAPALM y fósforo blanco los campamentos de Tifariti, Guelta Zemur y Umdreiga. Marruecos envió un ejército de 150.000 soldados para luchar contra un ejército de 10.000 saharauis. En agosto de 1980 Marruecos comienza la construcción de un muro en seis fases que parte en dos el Sahara Occidental. En abril de 1987 se terminó de construir el mayor muro militar del mundo que impide el paso a sus habitantes naturales. Mide 2.720 kilómetros, está protegido por unos 140.000 soldados de las Fuerzas Reales marroquíes y una aviación militar de las más modernas de África, tiene un coste aproximado de más de un millón de dólares diario. Consta de un muro principal y tres estructuras más entre las que se reparte un importante despliegue de armamento: 240 baterías de artillería pesada, miles de vehículos blindados, cientos de miles de minas de todo tipo -anticarro, antigrupo, antipersona- y un sistema de radares de medio y largo alcance. Para la ONU el Sáhara Occidental sigue siendo un territorio pendiente de descolonización. Nunca ha reconocido a Marruecos como potencia administradora. El 27 de Febrero de 1976, al día siguiente de la retirada oficial de España, ante el vacío político y jurídico que se crea, el Frente POLISARIO, en representación de la voluntad del pueblo, proclama la constitución de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en Bir Lehlu. Con la salida de España del territorio comenzó a librarse una guerra que enfrentó al Frente POLISARIO con sus vecinos del norte y el sur: Marruecos -que invadía el territorio por el norte,- y Mauritania -que hacía lo propio desde el sur-. En 1979, Mauritania, al borde de la quiebra, firma la paz con el Frente POLISARIO y renuncia a sus pretensiones sobre el territorio, reconociendo la Republica Saharaui. La invasión marroquí obligó a decenas de miles de saharauis a huir desierto adentro hasta territorio argelino, donde levantaron, cerca de la ciudad de Tindouf, campos de refugiados. Exiliados en ese rincón del desierto más duro del planeta, alrededor de 200.000 saharauis sobreviven desde hace más de 35 años en precarias condiciones esperando regresar a su tierra y sobreviviendo gracias únicamente a la ayuda internacional. Desde entonces las familias saharauis están divididas, una parte viviendo en los campamentos de refugiados en el suroeste de Argelia, frontera con el Sáhara Occidental y otra parte en los territorios ocupados por el ejército marroquí, estos últimos, están sometidos a diario a violaciones de sus derechos mas eleménteles por único echo de ser saharauis y residir en su tierra, torturas, encarcelamiento, violaciones y saqueo son solo preámbulos de lo que sucede en el Sahara ocupado, hoy en día un Guantánamo de miles de kilómetros cuadrados cerrado a los ojeadores y la prensa internacional. En 1991 las partes firmaron un alto el fuego auspiciado por la ONU, que asumió la responsabilidad de buscar una salida pacífica al conflicto y estableció su Misión para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO). Se inició la identificación de los potenciales votantes y el secretario general y el Consejo de Seguridad fijaron la fecha de la celebración del referéndum para febrero de 1992. La consulta nunca se celebró, El referéndum se ha aplazado en varias ocasiones por los recursos de apelación interpuestos por Marruecos en los que exige que los marroquíes instalados en la zona en los últimos años tengan también derecho al voto. En lo que a derechos humanos confine, se ha desarrollado en el año 2005 la Intifada saharaui, miles d ciudadanos salen a la calle a diario, manifestándose contra el invasor, son reprimidos de una forma brutal, incluso dentro del propio Marruecos, universidades de Rabat, Marrakech, tan-tan etc.., han visto como los estudiantes se oponían de forma pacifica a los planes del Majzen. Desde entonces organizaciones como Human Rights Watch, Amnistía Internacional, Front Line, la Organización Mundial contra la Tortura han denunciado repetidas veces la constante violación de los derechos humanos que sufre la población saharaui que vive bajo bandera marroquí. Detenciones arbitrarias, torturas y desapariciones son las principales muestras del hostigamiento y la persecución que padece este pueblo (http://www.afapredesa.org). Las negociaciones directas bajo auspicios de la ONU, siguen vigentes, la negativa marroquí a aceptar un referéndum de autodeterminación han llevado estas rondas al fracaso, el inaceptable estatus quo, llama a buscar soluciones al conflicto, el frente POLISARIO, baraja la idea del retorno a las hostilidades, la paciencia de los saharauis se agota y el consejo de seguridad, no logra imponer sus propias resoluciones, mientras el pueblo saharaui sueña con ver abiertas algún día las puertas de un Sahara libre. Compartir este artículo en Facebook © Omar Slama Nayem para Informe Uruguay
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