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Año I - Nº 38 - Uruguay, 15 de Agosto del 2003

Artigas nos dejó una importante herencia
La Situación venezolana vista con ojos uruguayos
Europa se derrite
Inferno
Uno de Cada Nueve
Informe Especial para una Edición Internacional
Borinquen Literario
Recuerdos del Ayer
Ojos uruguayos en el Brasil
El Interior También Existe
Rincón de Sentimientos
Olvidémonos de las Pálidas
Correo de Lectores
El Marinero

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

ARTIGAS NOS DEJÓ UNA IMPORTANTE HERENCIA

Nuestro webmaster, el Sr. Raúl Seoane, me ha enviado un importante documento referido a nuestro héroe nacional.
Fácil no es escribir u opinar sobre la figura de Artigas, porque creo que cada uruguayo tiene su propia idea sobre él. En lo que todos coincidimos es que fue una figura de peso en la política nacional y regional.
El documento es una copia de un diario fechado el 24 de setiembre de 1850, donde da cuenta del fallecimiento y entierro de Don José Gervasio Artigas en Asunción del Paraguay.
En el mismo artículo se dice que Artigas vivía de limosmas en una chacra; que el gobierno paraguayo le había comunicado que tenía entera libertad de irse a su patria, pero que él no lo quiso; y que un oficial de Ingenieros del Ejército brasileño lo había entrevistado tiempo antes de morir y que en respuesta a la pregunta del militar, de que si él era el famoso caudillo del sur, al contestar afirmativamente, quedó gratamente impresionado al saber que se le recordaba aún y que el militar había escuchado desde niño sus acciones.
A su entierro fueron cuatro personas, que el articulista no dice quienes son, pero seguramente, uno de ellos fue su fiel Ansina.
Pero, preguntémonos ¿porqué un hombre de su talla militar y política, tomó la decisión del exilio?. ¿Porqué un hombre que hizo temblar a la oligarquía bonaerense, que se llevó a un pueblo entero trás él solamente por amor a la libertad, hizo tal cosa?
Podemos pensar que cansado de las reyertas internas, se aburrió y se fue: no era ese el estilo de Artigas.
También podemos pensar que pudo haber impuesto su criterio arbitrariamente, ya que su autoridad y prestigio lo permitían, a los nuevos caudillos emergentes. Tampoco ese era su estilo.
Artigas era un hombre probo, profundamente democrático, político sagaz e inteligente; y por todo esto hizo lo que hizo: dejó sus enseñanzas, dejó sus glorias, dejó su legado intelectual y político e hizo lo que todo hombre público debe de hacer, o debería saber hacer: apartarse de la política en el momento oportuno.
Y aquí vuelvo al título de este artículo: La herencia que nos dejó. Nos dejó el ejemplo, que nadie sigue, de apartarse discretamente de las funciones públicas para que las nuevas generaciones de políticos puedan probarse.
¡¡¡Qué fácil hubiese sido para Artigas imponer su criterio y transformarse en un caudillejo más de la región!!. Pero no lo hizo.
Desde la Banda Oriental, se reclamaba se presencia, pero era para inclinar la balanza para uno u otro lado. Esto lo tenía muy claro, pero como bajo un ombú no crece nada, prefirió su cruel exilio.
Esta herecia que nos ha dejado Artigas, que no es material, que no tiene más valor que una buena enseñanza, la hemos desaprovechado continua y concientemente.
Todo nuestro actual sistema político debería leer este pequeño artículo fechado hace 153 años, para darse cuenta de la grandeza que puede albergar el alma de un hombre, que obviamente, hizo por la patria muchísimo más que todos los políticos juntos desde hace décadas..........y lo más importante de todo es que no lo hizo para sí, sino que lo hizo por el bien común, lo hizo por la Patria.
Esta herencia que nos ha legado debemos saber aprovecharla, debemos ser concientes de que la función pública, es una función de sacrificios y de entregas; de demostraciones de grandeza de espíritu; de renuncias personales a los bienes o prebendas; de saber que por encima de cualquiera de nosotros está el bien común; que por encima de nosotros está la Patria.........y sobre todo ser concientes de que con la Patria no se juega.
Alvaro Kröger

Agradecemos a Lydia Fernández por proporcionarnos el documento gráfico

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