UNO DE CADA NUEVE
por Graciela Vera
Un habitante de España de cada nueve será emigrante dentro de apenas siete años.
El Instituto Nacional de Estadísticas dio a conocer una monografía sobre población extranjera que establecen que entre un 9 y un 12%, entre cuatro y cinco y medio millones de habitantes de España, serán de origen extranjero en el 2010. Ya en el 2001 casi el 5% de los residentes (legalizados) lo era.
El informe del INAE señala que las principales comunidades extranjeras son, por orden de importancia: la iberoamericana, la europea occidental, la norteafricana y la europea del Este.
No todos los emigrantes llegan en busca de trabajo y mejores oportunidades socio-económicas. Un sector, los que provienen de los países de la Europa Occidental lo hacen con el fin de maximizar el beneficio de sus rentas, aprovechando que a igual, calidad la oferta en España es más económica. Otros, especialmente jubilados, lo hacen para disfrutar todo el año de un clima agradable y mucho más cálido que en sus países.
Quizás por ésto la población extranjera de origen comunitario está en una media de cuatro años más envejecida que la nativa, mientras que la que proviene de otros sitios (Europa del Este, Iberoamérica y África) se encuentra en una media de diez años más joven que la española. (la edad promedio en España es de 40 años).
Si se tiene en cuenta que tasa de fecundidad, entre mujeres extranjeras es aproximadamente el doble que la de las españolas (5,55 y 2,83 por ciento ) el incremento de la población de este origen tiene otra razón a más del de la emigración directa. Como dato curioso tenemos que entre el colectivo magrebí y el chino esa tasa llega al 10 por ciento y hará del colectivo magrebí el más numeroso en el 2010, desbancando al iberoamericano.
La educación de los extranjeros que llegan a España es otro punto que llama la atención.
Mientras muchos españoles están convencido de que quienes emigran provienen de extractos sociales con poca instrucción, los datos dan vuelta las ideas estableciendo sin lugar a dudas que quienes emigran son generalmente personas con una formación alta y muchas veces con estudios superiores.
Más del 14 por ciento de los emigrantes cuenta con estudios universitarios y el 54 por ciento ha terminado la enseñanza secundaria.
Sin embargo causa preocupación que se vaticine que difícilmente los hijos de los emigrantes que se encuentran en España podrán alcanzar esos niveles. Actualmente solo uno de cada 10 extranjeros de entre 15 y 19 años está escolarizado en bachillerato, un dato que llega a ser preocupante.
Como resulta el que establece que la tasa de actividad (empleo) de los extranjeros está 14 puntos por encima de la de la población nativa (censo de población y vivienda de 2001), 69 y 31 por ciento y estas tasas solo tienden a igualarse a partir de los 25 años, o sea cuando la población española está terminando los estudios universitarios a los que la extranjera no se ha acogido.
Por otra parte ésta última tiene una tasa de paro de un 18 por ciento, cuatro puntos más que el conjunto de la población.
El 33 por ciento de los extranjeros ocupados son trabajadores no cualificados y solo el 21 por ciento ocupa cargos de dirección, profesionales o técnicos en tanto que entre los españoles ocupados, apenas el 14 por ciento son no cualificados y el 30 por ciento trabajan como directores, profesionales o técnicos.
En cuanto a la delincuencia, incidencia de detenidos por delitos y faltas, es superior entre los europeos que entre los americanos.
El porcentaje mayor de reclusos se encuentra en el colectivo argelino, 52 por mil, seguido a considerable distancia por el colombiano, 17 por mil. Los ecuatorianos recluidos presentan un porcentaje incluso menor que la de los españoles (0,8 y 0,9 por ciento).
Datos interesantes para analizar presente, futuro y reivindicar derechos.
Almería, agosto 2003
|