Entre piratas y terroristas
España y su efecto llamada al terrorismo
por Wenceslao Cruz
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Zapatero ha buscado popularidad con sus medidas pero nunca responsabilidad, como muestra el incumplimiento de sus compromisos y su complacencia hacia dictadores y terroristas. El último episodio del pago por la liberación de los secuestrados en el barco atunero lo confirma.
En la anterior legislatura el gobierno socialista convirtió a España en una nación con escaso peso internacional. Recién estrenado Zapatero en la Moncloa, ya importantes aliados no quisieron “invitar” a España a suscribir una declaración conjunta para lanzar una iniciativa en materia de lucha antiterrorista, no importó que fuera el país que más ha sufrido el terrorismo dentro de Europa. Estudiar la razón que llevó a los cinco países, encabezados por Alemania, a ignorar a España fue en ese momento polémica pero con el tiempo se demostró acertada. No se puede invitar a un pacto antiterrorista a un gobierno que se deja chantajear o pone a las víctimas en un segundo lugar.
La política exterior española seguirá a la deriva, o más bien “controlada” por quienes utilizan el terror para obtener sus objetivos. Da igual que sean piratas o algún gobernante caribeño con medio siglo en el poder. Lo que pidan se les dará, no importa que con ello pongan en riesgo a futuros pescadores en alta mar o lleven al ostracismo nuevamente a un pueblo que lucha pacíficamente por su libertad.
El presidente Rodríguez Zapatero ha buscado popularidad con sus medidas pero nunca responsabilidad. Faltar a compromisos con los aliados, incumplir pactos en política interna, complacer a dictadores y “pagar” a terroristas y secuestradores parece que continuará también en esta nueva legislatura.
Si se confirma lo asegurado por el periódico somalí Shabelle.net (contrastado ya en estas últimas horas por varias agencias de noticias), que los piratas recibieron más de un millón de dólares por liberar a los 26 tripulantes del barco atunero “Playa de Bakio” estamos ante lo que puede llamarse un nuevo “efecto llamada” promocionado desde el gobierno, y ésta vez muy grave, pues los beneficiados no serán inmigrantes que buscan una vida mejor sino terroristas que han visto un filón en un gobierno débil, fácil de chantajear y hasta comprensivo con este tipo de actitudes.
Fuente: Diario de América |
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