La inseguridad es sólo una sensación
por Beto Pignataro
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La situación se agrava día a día, aunque una patética ministra lo niegue. Patética porque pretende ser simpática cayendo en la chabacanería de mostrarse como una chica sexy en su facebook, cuando es una señora mayor y poco agradable. Porque sus presencia en los tablados y otros sitios como si fuese una modosita persona, y por el otro lado una desorbitada en las tribunas políticas desafiando cual macho bravío a la pelea a un candidato de otro partido. Pero también porque cuando realmente se le inquiere con preguntas que no le gustan las evade.
Sra. Ministra, aunque le disguste, la situación se le fue de las manos. No importa las cifras que maneje de denuncias, la realidad es otra. La gente no denuncia porque se cansó de perder el tiempo en una comisaría, para que finalmente no logre recuperar sus pertenencias, ni que los delincuentes no le roben más. ¿Alguna vez se puso a pensar a cuantos uruguayos y uruguayas (como le gusta decir) les robaron y cuantas veces le reiteraron los robos. Mire que no es un invento de los informativos, ni de la prensa opositora, le han robado también a sus compañeros políticos.
El tema de la minoridad ya reventó. El INAU, no sólo no reeduca, sino que ni siquiera contiene.
Las cárceles están repletas, y la delincuencia en la calle no cesa. Las condiciones en las mismas son infrahumanas, pero fuera también. Todos vivimos enrejados, con sistemas de alarmas, de seguridad, guardias 222 y privados, empezando a auto defenderse creciendo así el espiral de violencia, y también resignados a que nos roben con tal de que no nos maten. ¿En donde están los derechos humanos de los ciudadanos comunes que sólo queremos laburar y vivir tranquilos?
Por otra parte la policía también está desbordada, no hay funcionarios suficientes, no hay equipamiento táctico ni de represión. Los efectivos no tienen una vida digna ni decorosa, muchas veces mal vestidos, mal alimentados, sin tiempo para ejercitarse ni para capacitarse, y sabe lo peor es que ni siquiera tienen el apoyo moral de una ministra que se las juegue por ellos. Sí para poder actuar prácticamente le tienen que pedir permiso al delincuente, en caso contrario son ellos los que van a la cárcel con los delincuentes que deben combatir.
Sabe que Sra. Ministra, antes en las reuniones familiares se hablaba de otros temas, hoy es ya un tema redundante el contarse anécdotas de cómo le abrieron el auto, como le robaron a él o a un vecino, o como fue víctima de la violencia de los patoteros físicos o verbales. La gente ya se cansó de sufrir, hoy se queja y busca soluciones, mañana quizás recurra a otras estrategias de las que seguramente nos vamos a arrepentir.
No será hora de dejarse de hacer politiquería barata, de tanto glamour y jetset, de jugar al avestruz y dedicarse a lo que tiene que hacer, darle soluciones a la inseguridad diaria que vivimos. Para eso le pagamos todos los ciudadanos. Sino tiene soluciones o no sabe como hacerlo, pida ayuda o váyase para su casa.
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