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La hora de los balances
por Michael S.Castleton-Bridger
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En materia política se acerca inexorablemente la hora de los balances. La hora de pasar raya y ver qué es lo que se ha hecho. Qué se llevó a cabo y qué no.
Este proceso es tan inevitable como inexorable en cualquier régimen democrático. Sobre sus resultados deberían al menos, decidirse los destinos de la nación.
El que escribe estas líneas es notorio integrante de una colectividad política. Esto es bien sabido, pero pienso que de todas maneras uno tiene suficiente integridad intelectual para poder mirar desapasionadamente la gestión de los colectivistas del Frente Amplio en el gobierno.
Si he de ser sincero el gobierno encabezado por el Dr. Vázquez Rosas no ha sido tan malo a pesar de sus espantosas reformas impositivas y de la salud. De todos modos, así como lo digo, no ha sido tan malo.
La pregunta es, sin embargo, si no ha sido tan malo, ¿ Con respecto a qué?
Ahí está el meollo del asunto. Este gobierno al lado de lo que podría haber sido es una maravilla. Si no… pensemos.
En buena medida las libertades individuales se respetan y valoran. La propiedad privada existe y, aunque erosionada, se respeta. La prensa, aunque presionada, sigue libre y opinando en todos los aspectos de la vida de la república. La salud de la gente sigue atendiéndose, quizá mal pero se atiende. Los liceos siguen funcionando en esa mezcla de auto- gestión y estatismo tan propio al sistema educacional uruguayo. La Universidad de la República funciona politizada como siempre, sesgada hacia anacrónicas quimeras como siempre, pero funciona.
Todo sigue más o menos igual en manos de los que iban a hacer temblar las raíces mismas de nuestra sociedad. En manos de los que iban prácticamente a instalar un nuevo colectivo soviético en el país.
¿Qué pasó entonces? La respuesta es una sola. La izquierda, como se auto- titula, chocó con la realidad. Esa realidad de los hechos y de la voluntad de la gente que no se cambia así no más. Esta gente chocó con esa mayoría silenciosa que tantas veces habla una cosa pero que vota otra. Esa mayoría que, cuando hace falta,no es tan silenciosa y siempre encuentra la manera de expresarse.
Entonces convengamos que este gobierno en particular no ha sido tan malo como todo indicaba. Hay , sin embargo, una realidad ineludible. Este gobierno tampoco cumplió lo esperado por los integrantes de su sector mayoritario. Ese sector de tirabombas, mayorcitos ya, que siguen soñando en contra de la historia y los hechos con la abolición de todo lo que representa una república libre, soberana y democrática. Esos anacrónicos hombres de la izquierda antediluviana que siguen creyendo en la transformación, por la fuerza , de los hombres. Los que siguen creyendo en la vigencia preceptiva del poder del colectivo sobre el individuo. Los que creen que no debe existir la propiedad privada, cosa absolutamente inherente al ser humano, y que en el fondo de sus peregrinos corazones siguen esbozando el concepto de la patria potestad sobre los hijos en manos de un estado supuestamente benevolente.
Esto es lo que piensa la mayoría del sector mayoritario del Frente Amplio. No lo dicen , pero lo piensan.
En este gobierno han hecho el trabajo de hormiga. Se han tenido que tragar sapos y abrazarse con culebras y lo han hecho bien.
El problema es: ¿ué pasará si llegan nuevamente al poder? ¿Qué pasará si manejan las mayorías dentro de su partido y lo hacen enérgicamente y con toda la perfidia de que sin duda son capaces?.
Por este motivo es que los que no comulgamos con las ideas de esta gente, debemos en la lisa que se aproxima hacer el máximo esfuerzo para lograr democráticamente el poder en la nación. Todos desde el lugar que sea deberemos poner lo que esté a nuestro alcance , tiempo, trabajo, dinero, esfuerzo , sacrificio para devolverle el rumbo a la república. Los que tienen más tendrán mayor compromiso en este sentido. Todos deberemos aceptar este compromiso y desafío con generosidad, y sin limitaciones.
Hay demasiado en juego para las mezquindades habituales en estos asuntos. Literalmente estará en juego una forma de vida. Estará en juego una forma de interpretar la condición de los ciudadanos de este país que solamente puede existir en democracia y libertad, dos cosas que nuestros adversarios ni respetan ni en el fondo entienden.
Ese es el fondo de la cuestión Eso es lo que se define en la contienda electoral que se nos viene encima. El neo-marxismo ultramontano del Sr. Mujica y sus acólitos, o los valores judeo-cristianos de una sociedad democrática con todos los beneficios que eso conlleva..
No hablamos de democracia directa, de cabildos abiertos, ni del gobierno al grito. Hablamos de mantener la democracia republicana y representativa que algunos pretenden eliminar pero que la mayoría acepta y valora como el mejor sistema de gobierno inventado hasta ahora.
Si esta gente Frente Amplista llega de nuevo al poder me temo que veremos intentos de reformas constitucionales como se han intentado en otros países del continente. Con el único fin de perpetuar algunos supuestos iluminados en el poder, cercenando los derechos cívicos de todos los demás. De ahí a la dictadura, al sometimiento forzoso, hay un paso muy corto.
Por todo esto al Frente Amplio debemos, como demócratas que somos, mostrarle la puerta y agradecerles los servicios prestados. Cualquier otro camino llevará al país por derroteros harto inciertos.
Esto sólo lo evitaremos trabajando todos los verdaderos demócratas, sean del partido que sean, codo con codo detrás de un ideal común , el más básico, el más sencillo de entender, ni más ni menos que la libertad personal de cada uno de nosotros.
Con el voto deberemos defender ese ideal tan sencillo por el cual tantos regaron con su sangre y valentía los suelos de la patria. Ese ideal tan sencillo pero tan vital por el cual tantos de los que nos antecedieron dejaron vidas y haciendas para que justamente pudiéramos disfrutar de lo que a ellos tantas veces les fue negado , sencillamente, la libertad.
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