El “poder político” no acepta que la Policía hable y se exprese, y mucho menos que tenga el carácter suficiente como para decir que no.
Está acostumbrado a tener una Policía sometida, sumisa y obediente, a la que puede denostar y vapulear a gusto.
Recordamos aquello de “separar los bagres de las tarariras” del entonces Ministro Operti, y así seguimos siendo victimas del “poder” político, hasta Garcé y su conflictiva relación con Jefes y Directores de la Policía Nacional.
Recordemos la mala relación que el Comisionado tuvo con el Inspector Navas, producto de algo que el propio Garcé hasta ahora no ha entendido, que su función es solamente la de un observador del Parlamento dentro del Sistema Penitenciario, y que no es un operador político dentro del Sistema Penitenciario.
Sus cometidos son los de observar, obtener información, analizar la situación e informar al Parlamento Nacional de sus conclusiones y/o sugerencias.
No debe tomar decisiones, ni disponer medidas, ni sugerir cambios en los ámbitos carcelarios. No es un interlocutor valido en ese ámbito.
No debe intervenir, ni debe ser escuchado. Como todo funcionario publico, tiene sí, la obligación de denunciar una situación aparentemente delictiva, ante la Justicia competente.
No ante la Ministra del Interior y mucho ante la prensa, salvo que con este tipo de denuncias solo este buscando “presionar” a los actores policiales, para que cumplan con sus “demandas”. Que casualmente siempre pasan por el traslado de delincuentes. No de cualquier delincuente, sino de narcotraficantes.
Pasó con los Directores de Cárceles Inspectores Enrique Navas y Julián Rodríguez, paso con la Jefa de Policía de Florida Inspectora Alida Silva, y finalmente con el Jefe de Policía de Canelones Inspector Sergio Guarteche.
Mas allá de nuestra parcializacion natural, nos llama la atención que todos tuvieron los mismos problemas, con la misma persona, y siempre fueron víctimas de la misma metodología: el acoso por la prensa.
No creemos posible que todos los jerarcas policiales estén equivocados y el que dueño de la verdad sea el Sr. Garcé.
En el caso de Guarteche, es un profesional de la Policía, de firmes convicciones y duro carácter, con atributos bien puestos, que nunca se arrodilló, ni claudico ante el poder.
Contra ese muro se estrello Garcé y más allá de que muy probablemente el “poder” le “pase factura” a Guarteche, las andanzas del Comisionado ya no van a ser las mismas: el juego quedó al descubierto.
Al Sr. Jefe Guarteche, nuestro absoluto respaldo y nuestro respeto y no tenga dudas que sea cual sea el resultado, seguirá siendo un referente para los todo nosotros: los Oficiales de la Policía Nacional.
La Comisión
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