Vuelos estratégicos con sabor amargo
por Dr. Marcelo Gioscia Civitate
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Hace ya unos días, cuando tomó estado público la decisión del Consorcio que posee el 75% de las acciones de PLUNA de suspender los vuelos a Madrid previstos en su plan de negocios, una vez más los uruguayos sentimos que no podemos despegar. Esta sensación de impotencia aumentó, cuando se supo que el Estado se enteró de la decisión del accionista mayoritario por la prensa.
Quizá haya alguien que entienda que éste, no es un tema que pueda convocar a un gran número de uruguayos. Tal vez, porque el porcentaje de personas que utilizan este medio de transporte no resulte numeroso y se encuentre reservado para el grupo social al que se ha calificado como propio de privilegiados o platudos. Intentaremos demostrar que por el contrario, es un tema que nos afecta a todos quienes que de alguna forma contribuimos al desarrollo y al funcionamiento del Estado. Por ello, es que resultó preocupante escuchar de labios del otrora exultante Ministro Rossi la posibilidad de la inminente quiebra del Consorcio Leadgate que preside Matías Campiani. Las declaraciones se sucedieron y se llegó a ofrecer por parte de la principal accionista entregar a PLUNA Ente Autónomo los deficitarios vuelos a Madrid para seguir gestionando sólo los vuelos regionales. Por cierto, muy poco colaboró que se conociera sobre los contactos oficiosos con posibles inversores para el caso de producirse la grave eventualidad anunciada por el responsable del transporte y las obras públicas, y menos aún, tener noticia de la mágica solución a la inminente ruptura que, se anuncia, podría venir desde Qatar.
¡Como para no preocuparse! Observe el lector que, la sensación de inseguridad laboral se instaló entre los funcionarios de la compañía de bandera nacional; se oyeron las protestas de frustrados viajeros con el anuncio de reclamaciones contra el Estado; se ampliaron denuncias penales ya presentadas; se pintaron muros que dejan ver lo poco claro del negocio y el Ministro Astori debe aplazar su alejamiento de Economía por responder a la interpelación a la que se le convoca en el Parlamento. ¿Cuál será el costo personal y el político de los responsables de este desacierto? Ya lo veremos. Por algo será que el Ministro Rossi busca asumir sobre sus espaldas todas las responsabilidades.
Justo es recordar que a principios del año pasado, desde el propio edificio sede de Economía y Finanzas, Astori, acompañado por Rossi, anunciaban con satisfacción y amplia sonrisa el formidable negocio que acababan de firmar.
Sin licitación, se había decidido aceptar la propuesta y el plan de negocios del Consorcio Leadgate, quien resultó quedarse con el 75% de la nueva compañía aérea de bandera nacional, a cambio de una inversión inicial de algunos millones de dólares. Sin exigírseles mayores garantías a quienes presentaban como solventes y lo que es peor, sin escuchar a la oposición, ni a contadas excepciones que provinieron de filas afines al gobierno progresista, se siguió adelante con el negocio que ya le ha costado al Estado Uruguayo (esto es, a todos nosotros) nada menos que US$ 40.000.000.-, sin contar con que el “paquete” de capitalización suponía incluir al Argentino Hotel de Pirlápolis y una garantía estatal adicional por US$ 1:500.000.000.- por el eventual incumplimiento en la proyectada compra de nuevos aviones.
Esto se traduce sencillamente en la siguiente fórmula: si el negocio resulta rentable, Uruguay gana un 25% y el Consorcio de lleva un 75%, pero, si es deficitario, la pérdida es del 100% para quienes sostenemos al Estado.
Este pésimo negocio, que habremos de pagar todos los uruguayos con impuestos, carestía e inflación, no debe pasar como si nada. Hay mucho en juego y debiera prevalecer el interés público por sobre todo otro.
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