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Bolivia:
Chávez comete el mismo error que el Che
por Rosendo Fraga
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La crisis boliviana puede derivar en una tregua, pero no en una solución definitiva. Así lo mostró el resultado del referéndum revocatorio, que Evo Morales ganó ampliamente con dos tercios de los votos a nivel nacional, pero triunfaron los cuatro prefectos que gobiernan los departamentos del oriente de país, que reclaman la autonomía (Santa Cruz de la Sierra, Tarija, Pando y Beni). La distribución de la renta energética del país fue el detonante de la ocupación de oficinas del estado nacional por parte de las milicias autonomistas en Pando y Santa Cruz de la Sierra, produciéndose enfrentamientos con decenas de muertos y cientos de heridos y desaparecidos, cuyo número preciso todavía se desconoce. El Presidente ha llamado al diálogo a los prefectos autonomistas, pero simultáneamente la justicia está requiriendo al de Pando, acusándolo de genocidio por los hechos de violencia que han tenido lugar en dicho departamento. Si bien el Ejército ha protegido plantas petroleras y gasíferas, varias empresas han sufrido daños y países como Brasil, Argentina y Chile -que depende del suministro de gas a través de Argentina- que se abastecen de gas boliviano, pueden verse afectados por esa crisis.
El dato nuevo es la actitud políticamente neutral que están adoptando las fuerzas armadas bolivianas. Hasta hace pocos días, los mandos militares expresaron públicamente que respaldarían al Presidente contra cualquier intento de afectar la territorialidad del país, lo que fue interpretado como un mensaje contra el autonomismo. Pero una vez comenzada la violencia, plantearon que no matarían ciudadanos bolivianos. Al anunciar el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que respaldaría a Morales incluso enviando tropas, los mandos militares bolivianos hicieron público que no aceptarían la actuación dentro del país de tropas extranjeras. Chávez respondió intimando a los militares bolivianos a que abandonen su prescindencia y a que actúen contra los autonomistas, amenazando en caso contrario con intervenir. La respuesta militar boliviana fue aun más dura y el 14 de septiembre, el ministro de Defensa de Evo Morales (San Miguel) se vio obligado a declarar públicamente que no se aceptaría la entrada en el país de tropas extranjeras, contradiciendo a Chávez, quien insistió en que no se iba a quedar cruzado de brazos mientras se desplazaba a Evo. El Presidente venezolano está cometiendo el mismo error que el Che Guevara cuarenta años atrás: subestimar el nacionalismo boliviano. El gobierno de Evo respondió denunciando que en los hechos de violencia que tuvieron lugar en Pando, actuaron mercenarios de origen brasileño y peruano, diciendo que se han replegado a territorio del Brasil, buscando así manipular el nacionalismo a su favor.
La crisis boliviana ha tenido efectos regionales, en momentos en que la presencia militar rusa en la región suma otro elemento de tensión. Venezuela, siguiendo la decisión de Bolivia, expulsó al embajador de los EEUU y Honduras -que recientemente se sumó al ALBA- congeló el placet pedido por Washington para su nuevo representante diplomático. Ecuador -que acaba de firmar un acuerdo de cooperación energética con Irán como Evo lo firmó la semana anterior en Teherán con alcances militares- también ha criticado a EEUU por la crisis boliviana, como también lo ha hecho Paraguay, mientras que Raúl Castro desde Cuba ha respaldado al gobierno boliviano, pero con mucho más mesura que Chávez. La reunión de los presidentes de Unasur en Santiago de Chile fue una reacción importante frente a la crisis, pero mostrando limitada capacidad de acción frente al problema concreto. Se evitó mencionar a EEUU como reclamaba Chávez, pero no se tendió un puente con los prefectos autonomistas, sin cuyo acuerdo no se resolverá la crisis. Mientras tanto se realizan en Venezuela los ejercicios aéreos sobre el Caribe entre la Fuerza Aérea venezolana y dos bombarderos rusos de largo alcance con capacidad para llevar misiles nucleares, en respuesta a la política de EEUU de instalar el escudo antimisiles en Europa Central y apoyar el ingreso de Georgia y Ucrania a la OTAN, confirmándose los ejercicios navales ruso-venezolanos para la primera quincena de noviembre. Cabe recordar que Nicaragua ha sido el primer país del mundo en reconocer la independencia de Abjasia y Osetia del Sur. Por su parte, Bolivia anunció que si EEUU le retira los helicópteros suministrados en el marco del programa antidroga, los obtendría de Rusia. La combinación de la regionalización de la crisis boliviana y la presencia militar rusa en la región, crean para Washington una crisis sin precedentes en América Latina desde la caída del muro, la que también pone a prueba la efectividad del liderazgo brasileño en América del Sur.
Mientras tanto, Evo Morales está perdiendo el monopolio del indigenismo dentro de Bolivia. El quinto Departamento en manos de la oposición es Chuquisaca, cuya prefecta, Sabina Cuellar, es una indígena que sólo sabe leer y escribir y tiene una firme oposición a Evo, coincidiendo con los autonomistas. Mientras el Presidente pertenece a la etnia aymará, Cuellar es de la quichua, enfrentada desde antes de la llegada de los españoles. Evo Morales ha dado a las etnias indígenas categoría constitucional de naciones y las tercera es la guaraní, de menor importancia, pero predominante en las regiones fronterizas con Paraguay. Si el conflicto se profundiza, el enfrentamiento entre etnias indígenas puede ser un factor desfavorable para Evo Morales. La inacción de las fuerzas armadas ha llevado a los partidarios del presidente a organizar milicias, a través de las células más combativas del MAS, el movimiento político que lo llevó al poder.
Pero el nacionalismo ha reaparecido, como en otros momentos de la historia del país, como un factor gravitante y desde esta perspectiva Chávez parece estar cometiendo el mismo error que el Che Guevara cuatro décadas atrás, cuando fue percibido por los mismos indígenas bolivianos como el líder de una incursión extranjera en el país.
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