|
Latin American Revival
Reflexiones de un gorila
por Raúl Seoane
|
|
|
Tengo la rara sensación de que los latinoamericanos en lugar de avanzar estamos retrocediendo. Todo parece indicar que volvemos a las décadas del ‘60/70 cuando la izquierda, la otra izquierda, no la populista, avanzaba sobre los latinoamericanos.
No reniego de grandes líderes socialistas como Emilio Frugoni o Paulina Luisi en nuestro país o Juan B. Justo, José Ingenieros o Alfredo Palacios en Argentina, pero en la actualidad el socialismo está mucho más cerca de la izquierda intransigente y con una carencia de liderazgo total, y para peor ha abrazado el populismo con el cual intenta convencer a las masas de sus bondades.
Podemos apreciar fehacientemente que uno de los denominadores comunes de la nueva izquierda populista es la perpetuación en el poder, intentando hacerlo en una forma pseudo democrática, modificando las constituciones nacionales para ello. Todos, absolutamente todos los actuales regímenes populistas de izquierda lo están haciendo o lo intentaron. Venezuela fue el primero, aunque el bolivariano Chávez fracasó no se amilanó y declaró que volverá a intentarlo.
Ecuador y Bolivia lo están intentando, aunque con diversas reacciones populares. Mientras en Ecuador la resistencia es más legal que violenta, en Bolivia la violencia se ha hecho carne en la ciudadanía cansada de tanto manoseo. Mientras tanto, en Argentina, la perpetuidad en el poder la tiene garantizada el matrimonio con un período cada uno, sin necesidad de ninguna reforma constitucional.
Con un régimen más benévolo, aunque con reminiscencias populistas en su principio, diversos sectores del Frente Amplio intentan la reforma de la Constitución Nacional para buscar la reelección de Tabaré Vázquez, a pesar de todas las desmentidas de éste y de las encuestas en contra.
En los ’70 la manzana de la discordia era Cuba y Fidelito que exportaba su revolución marxista, incluyendo tropas para concientizar y hasta generar y entrenar la revolución armada autóctona de izquierda en los diferentes países latinoamericanos.
En el siglo XXI esa exportación proviene también del Caribe, pero más propiamente dicho, desde la bolivariana Venezuela. Es cierto que no es una revolución tan sangrienta y violenta como las de los ’60/70, pero es mucho peor al ser una revolución populista que está financiada por los millones de dólares del petróleo venezolano, y asentada en la falta de cultura y razonamiento de los pueblos latinoamericanos, pero con algo a su favor, el desinterés total de los Estados Unidos por la suerte que pueda correr Latinoamérica.
Más allá de las antidemocráticas intenciones de Hugo Chávez de perpetuarse en el poder, su intención es convertir a una desestabilizada Venezuela en una nueva Cuba y a la mesiánica idea de convertirse en el nuevo Simón Bolívar del Siglo XXI.
Si uno hace un paralelismo entre los años ’60 y casi medio siglo después, podrá apreciar que en Latinoamérica se está produciendo un revival pero con características totalmente distintas, porque no podemos comparar la pureza ideológica de Oscar Allende en Chile o Juscelino Kubitschek en Brasil, equivocados o no ellos creían fervientemente en su ideología y estaban convencidos de que con eso cambiarían las necesidades de sus pueblos. Hoy, el avance de la izquierda populista de Chávez, Morales o Correa, está más interesada en los logros materiales propios y en mantener el poder a toda costa, que en la necesidad de sus propios pueblos.
El avance de la izquierda latinoamericana en los años ’60 culminó en tragedia, ¿cómo terminará en este siglo?, no lo sé.
» Arriba
Comentarios en este artículo |
|
|