Harto ya de estar harto por Raúl Seoane

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Harto ya de estar harto, ya me cansé
de preguntarle al mundo por qué y por qué.

         Tal como dice la primera estrofa de Vagabundear, del catalán Joan Manuel Serrat, ya me cansé, o mejor dicho ya me cansaron con Pluna, el Pepe y otro montón de situaciones que pueden solucionarse rápidamente pero que continúan revolviéndose como un espiral sin fin y que solo sirven para llenar mares de tinta y generar rimbombantes discursos y declaraciones.

Pluna

         El tema Pluna es de esos que nos crispan los nervios, no por las implicancias de un negocio perdido sino por las derivaciones e ilógicas soluciones que muchos sectores están pergeñando para una línea aérea. La línea aérea uruguaya, casi desde su creación debió ser ayudada y subvencionada permanentemente por el gobierno uruguayo.

         Hay una interpelación en la Legislatura a los ministros Astori y Rossi que va a ser pura cháchara, porque nunca se va a llegar a una conclusión donde no existe la razonabilidad, y la razonabilidad está determinada por el hecho de sí Pluna es o no rentable. Y Pluna jamás fue rentable, jamás se valió por sí misma.

         El gobierno, los uruguayos y sobre todo la prensa que siempre necesita escándalos para poder vender generaron que el inicio de la gestión privada en Pluna no fuera todo lo feliz que la nueva empresa necesitaba. Recordemos cómo se cuestionó cuando Pluna hacía viajes a la Meca con fieles musulmanes que, de acuerdo con sus creencias religiosas exigieron determinadas condiciones como que no hubiera mujeres a bordo, etc., etc. En Uruguay se generó el escándalo y la polémica histriónica sin tener en cuenta de que Pluna era una empresa privada con el 75 % de sus acciones en manos privadas y de acuerdo a eso podía hacer los negocios que quisiera y con quién quisiera.

         En un contexto mundial muy acotado para las líneas aéreas por diversas razones, entre las que se encuentra la gran competencia y el costo de los combustibles, Pluna decidió, con buen criterio, suspender los vuelos a Madrid por ser deficitarios, pero firmó un acuerdo con Iberia para utilizar sus servicios con los pasajeros uruguayos.

         Ahí se armó otra vez la hecatombe. Que el gobierno lo impugnaría, que los propietarios privados se retirarían y tanta estupidez junta que todavía continúa como la historia sin fin. ¿No es preferible que Pluna se achique, realice vuelos de cabotaje que son más rentables y quede al acecho en espera de mejores condiciones internacionales? Eso haría cualquier empresario con dos dedos de frente y esa es aparentemente la idea de los directivos de Pluna, pero aquí salieron a tallar los mesiánicos del falso orgullo nacional representado por la aerolínea de bandera, y hoy estamos como estamos.

         ¿Por qué razón una empresa privada no puede rever sus prestaciones si estas son deficitarias?

         La telenovela inventada por el gobierno y los irracionales del orgullo nacional ya me hartaron.

Mujica

         Hay un viejo dicho popular que, palabras más palabras menos dice: “No des por el pito más de lo que el pito vale”, y el pito llamado Mujica no vale nada y lo están inflando desde la prensa y desde la oposición.

         ¿Por qué Mujica viajó a Buenos Aires y a Caracas? Algunos creen que lo hizo como un presidenciable, pero es muy probable que la realidad sea totalmente distinta. Mujica tiene tanto de presidenciable como yo de Madre Teresa.

         Es cierto que sobre este tema lo único que podemos hacer son especulaciones, y mi opinión es que Mujica viajó para averiguar dos cosas; los votos uruguayos en Argentina y el aporte monetario que podría brindarle Chávez, antes de decidirse a lanzar abiertamente su candidatura.

         A pesar de lo que digan los grandes diarios, Mujica no logró nada en su visita a Buenos Aires. Es más, tuvo que aguantar un plantón mientras la Reina Kristina decidía si lo recibía o no. A pesar de que la decisión de Su Majestad fue recibirlo, muy difícilmente el gobierno argentino le aseguraría hacer lo mismo que hizo con Tabaré, dar asueto a los uruguayos radicados en el país para que pudieran votar, porque el que se quema con leche, cuando ve una vaca llora, y la mala experiencia, según el criterio kirchnerista, no avala una segunda vez.

         Tampoco considero ciertas las informaciones de que logró acuerdos sobre Botnia, los cortes de puentes y el Mercosur, como muy alegremente algún diario publicó. El corte del puente internacional ya se viene cayendo por el propio peso de la intransigencia de los ambientalistas. A fines del mes pasado un ciudadano argentino logró pasar por el corte mediante la autorización de la Jueza Federal María José Sarmiento, quien declaró "ilegal" el bloqueo. También existe un planteo similar, por ilegalidad, presentado por el grupo argentino Asamblea Ciudadana Rutas Libres y una presentación ante el Procurador General de la Nación y la intención de llevar la misma ante la Organización de Estados Americanos.

         A su vez, se descubrió el contrabando de combustibles desde Argentina a Uruguay a través del puente cortado, y con la connivencia de por lo menos uno de los asambleístas, según informó el diario Infobae. Con todo esto, el cierre del puente internacional en Gualeguaychú, se está convirtiendo en un grano en las partes pudendas del gobierno argentino, entonces ¿Para qué un acuerdo bilateral cuando todo está cayendo por su propio peso, la ilegalidad?

         Es muy llamativo que luego de su viaje “como presidenciable” a Buenos Aires y Caracas, el senador y ex Ministro de Ganadería se llamara a silencio y desapareciera toda alusión a su candidatura, lo que indicaría que su apuesta se fue a barajas.

         ¿Algún día aprenderemos a analizar los acontecimientos con la cabeza y no con los pies? No me harten más.

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