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No preguntes lo que tu país te puede dar, sino lo que tú puedes darle a él.
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Año V Nro. 404 - Uruguay, 20 de agosto del 2010 |
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Néstor Kirchner hizo su debut internacional en la Unasur. Luego de ignorar la reunión de Cancilleres (no están a su nivel) se decidió a mediar en el conflicto que mantenían Colombia y Venezuela. Los ingenuos o los kirchneristas a ultranza, creen que el ex Presidente argentino y actual Diputado y cabeza del Partido Justicialista, ya que mantiene todos sus cargos –para vergüenza y escarnio de la inexistente Unasur (de la que ni siquiera el “progresismo” vernáculo está apurado en que exista)– ha demostrado su habilidad y su iniciativa en la negociación. Ignoran que sin duda fue empujado a ello por su gran amigo y financista, el Presidente de Venezuela, quién le debe haber asegurado el éxito de su gestión, ya que el difícil para una solución pacífica, es precisamente Hugo Chávez y no Juan Manuel Santos. El hecho concreto es que se llevó a cabo una histórica reunión en la ciudad colombiana caribeña de Santa Marta, donde murió el Libertador Simón Bolívar, en la cual ambos Presidentes decidieron “relanzar y restablecer” las relaciones diplomáticas, rotas por Chávez el 22 de julio, debido a las denuncias del entonces Presidente Álvaro Uribe sobre la presencia de guerrilleros colombianos en territorio venezolano. Los dos Jefes de Estado se comprometieron, asimismo “a trabajar de forma conjunta para evitar la presencia de grupos armados ilegales en la frontera común”, y “avanzar en beneficio de los dos pueblos” según la declaración conjunta emitida. Para lograr esos y otros objetivos se acordó la creación de cinco comisiones: 1) para el pago de deuda y relanzamiento de las relaciones comerciales; 2) para un acuerdo de complementación económica; 3) para la inversión social en la zona fronteriza; 4) para el desarrollo conjunto de infraestructuras; y 5) para proteger la seguridad de la frontera. Según el internacionalista y profesor de la Universidad Central de Venezuela, Félix Arellano, lo acordado en la reunión para normalizar las relaciones entre Venezuela y Colombia, “será un reto enorme para el presidente Hugo Chávez por su estilo personalista e imprudente con el que ha dirigido la política exterior del país”. (El Universal, 11/8/2010) Ello parece evidente. Conformar la Comisión de Seguridad significa para Chávez aceptar la comprobación si hay o no guerrilla en territorio venezolano y para ello es imprescindible que Venezuela permita a la Comisión trabajar libre y técnicamente en los territorios fronterizos, ya que el gobierno colombiano va a vigilar de cerca el cumplimiento de los acuerdos de Santa Marta. Según observadores imparciales hay señales concretas de la presencia de los terroristas de la FARC en territorio venezolano y, lógicamente Santos va a querer la erradicación de esos grupos. Y allí es –según Arellano “donde comenzarán los conflictos nuevamente, las agresiones verbales y volveremos al principio de la situación”. Sin embargo, hay un avance en el tema de las bases militares de Estados Unidos, ya que Venezuela reconoce el acuerdo militar de cooperación con Colombia “que es un país soberano y libre de firmar cualquier acuerdo”. Lo cual no deja de ser una incoherencia más de Chávez, bienvenida por la paz de la región, pero incoherencia al fin, ya que se reconoce esta situación un año después de haber generado un enorme perjuicio a la zona fronteriza. Por su parte, la Cámara de Comercio Colombo–Venezolana, a través de su Directora Magdalena Pardo, celebró que los Presidentes hayan avanzado en el restablecimiento diplomático, pero insistió en que debe canalizarse el pago de las deudas de 800 millones de dólares a un grupo de exportadores colombianos. Esa suma desde hace dos años la debe Venezuela por retrasos de la Comisión de Administración de Divisas (CADIVI), órgano regulador del control cambiario, creado en el año 2003, por el gobierno bolivariano, preocupado por la fuga de capitales. “Si ellos no asumen que deben otorgar los dólares, entonces las relaciones tendrán un punto de quiebre”, ha dicho Pardo y agregó: “Necesitamos urgentemente eliminar una resolución que impide exportar alimentos frescos de Colombia a Venezuela”. (Radio Caracol 10/8/2010)
Mientras tanto en otros temas, el Presidente Chávez sigue igual que antes, pretende que el pueblo acepte los supuestos planes de invasión por parte del imperio yanqui; insiste con su posible magnicidio; y apela a los resabios ultranacionalistas, como había hecho en la crisis con Colombia. Recordemos que ahora alaba a Santos pero hace muy poco, antes de las elecciones lo había acusado de ser “el azufre del infierno”. Y cuando se descubrió la verdad de los contenedores podridos, acusó a los opositores de ser los responsables. Es bueno recordar que en enero de 2008, el gobierno venezolano creó la Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos (PDVAL), funcionando bajo la égida de PDVSA, como una red alimentaria a escala nacional. Dos años después, se supo la verdad: PDVAL era una gran importadora de alimentos y fuente de corrupción. Los “agentes” o intermediarios, que adquirían los productos obtenían divisas preferenciales para venderlas luego a valor de la “divisa permuta”, tres veces más alta. La gran rentabilidad de estos negocios, significó un escandaloso enriquecimiento ilícito y la pérdida de miles de toneladas de alimentos, por la inoperancia de los estatizados puertos nacionales, que hacían colapsar los mecanismos de desembarque y distribución de la mercadería y provocaba su descomposición. Y así se perdieron 122.000 toneladas de arroz, leche, azúcar, carne, etc... Todo lo cual provocó que el ingenio popular inventara un chiste: “El Presidente Chávez declaró a un periodista inglés: ¿Escasez de alimentos aquí? ¡Chico!, si hasta se nos pudre la comida”. Quosque tandem… ¿hasta cuándo seguirá la ceguera del pueblo con el mandamás venezolano? Compartir este artículo en Facebook © Adolfo Castells Mendívil
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